El atentado suicida que mató a decenas de jóvenes en misión de solidaridad con Kobane, en el Kurdistán, tiene la complicidad del gobierno de Ankara, acusa al Partido Libertad y Solidaridad (ODP).
Un atacante suicida el lunes mató a más de 30 jóvenes, dejando a otros 100 heridos, 30 de ellos en estado crítico, en los jardines del centro cultural de Suruç, cerca de la frontera con Siria. Alrededor de 300 jóvenes vinculados a la Federación Socialista de asociaciones de jóvenes se disponían a cruzar la frontera para ayudar a reconstruir la ciudad de Kobane, devastada por las tropas del Estado Islámico y símbolo de la resistencia de las milicias kurdas en la región. Los jóvenes que tenían el almuerzo en el hotel, fueron testigos de esta foto publicada en Twitter justo antes de la explosión.
En un comunicado, el Partido Libertad y Solidaridad (ODP) – la gran sorpresa de las elecciones en Turquía, que eliminó la mayoría absoluta del AKP, el partido del presidente Erdogan – condenó el “ataque contra la libertad, la paz y la vida” y señaló con el dedo al régimen de Ankara.
“El principal responsable de esta masacre son los que han llevado armas y bombas al Estado Islámico en camiones de los servicios secretos”, denuncia el ODP, culpando a Erdogan y el primer ministro, Ahmet Davutoglu, por complicidad en las masacres contra el Estado Islámico kurdos.
“El gobierno del AKP tiene sus manos manchadas de sangre en su intento de evitar que el pueblo de Rojava apele por la paz y la libertad”, acusa el ODP. Horas después de la masacre de Suruç se produjeron manifestaciones de repudio por el ataque y la solidaridad con el pueblo kurdo en Turquía, pero también en Alemania y Suecia.
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