Por JUAN D´OLIVERA
‘‘Uruguay debería exportar jugadores de futbol y músicos’’ dijo alguna
vez Mandrake Wolf hace ya unos cuantos años en alguna entrevista. Y no estaba
tan errado… aunque dejemos el fútbol de lado, hablemos de lo segundo
La cultura
uruguaya hoy en día ha adquirido una madurez que en otros campos no se ha
visto. La variedad de propuestas artísticas que van desde el pasillo de un
ómnibus hasta el teatro Solís es inagotable y se lo debemos pura y
exclusivamente a ellos, Los Artistas. Cada arista de este sistema en algún
momento de la historia tuvo su lugar destacado, inclusive la música extranjera.
Entrados los noventa pululaban las bandas de cumbia y copaban cada recinto
bailable mientras el rock venia remando muy desde el ‘‘under’’. Antes de eso la
música popular en tiempos de dictadura como máxima expresión artística.
Acercándose los 2000 tomo más fuerza el rock gracias a algunas movidas
organizadas desde radios dedicadas a este palo. Y se empezó a generar algo más
redituable para empresarios y porque no decir políticos como fue el caso del
Pilsen Rock, La fiesta final, Rock de acá donde vimos bandas que hoy en día
tocan más en el exterior que acá y otras que dejaron marcado un camino a pesar
de no existir más... Y la bola de nieve comenzó a rodar. Reggae, metal,
electrónica, pop, candombe, popular, reggaetón, tango, hip-hop, sub-géneros
mixes y una larga lista de etcéteras ocupan la cartelera nacional. Si
tuviéramos que denominar en que ‘’momento’’ vivimos hoy sin ninguna duda
estamos en la era de Los Tributos... No covers, esa palabra perdió algo de
vigencia ( y marketing).
Se trata de interpretar a una banda de una forma lo más fiel posible, Repetir
sus canciones inalteradamente. Aquellos que nutrimos los oídos con bandas de
los 80's estamos de buenas, grandes bandas que marcaron las historia vienen
siendo "tributadas" asiduamente tanto en inglés como español. No es
que no hay cosas nuevas y buenas para escuchar, claro que si las hay (no son
muchas). Pero los uruguayos somos nostálgicos y también exigentes a la hora de
brindar un aplauso. Existe (a mi entender) como una revisión de las bibliotecas
musicales tanto del público como de los músicos, ver de dónde venimos para
saber dónde vamos. Es un rescate de las canciones que marcaron nuestra vida,
aquellas que nos hicieron crecer y sentir. B Un pueblo sin memoria es un pueblo
sin futuro, y vaya si será cierto. La
otra explicación es que la creatividad está en vías de extinción y ahí sí que
estamos en el horno. (Solo una interpretación subjetiva de la realidad,
cualquier similitud con la misma o no es pura coincidencia.)
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