El engaño capitalista, muestra en la obra de Steinbeck
John Steinbeck (1902-1968) fue albañil, jornalero, empleado de comercio guía turístico, periodista por muy poco tiempo, … trabajó en lo que pudo, como hoy hacen los jóvenes y no tan jóvenes en lo que llamamos España, mientras tanto comenzaba su obra literaria alcanzando pocos años antes de su muerte el Premio Nobel de Literatura. Este hombre trabajador escribía con el ansia de conocer mejor el mundo de su alrededor, y así defendió a la clase obrera. Reflejó en sus obras las condiciones de vida de ésta y las contradicciones del ideario político estadounidense que se estrellaban contra la realidad, contradicciones que habían sido impuestas por lo que constituiría la gran burguesía, acabada de hacerse en la salida de la independencia colonial. Podemos leer “La otra historia de EEUU”, de Howard Zinn.
En el conjunto de su obra destacan “A un dios desconocido”, “De ratones y hombres”, “Las uvas de la ira”, “Los arrabales de Cannery”, “La perla”, “Viaje a Rusia”, “Al Este del Edén”, “¡Viva Zapata!”, y “Tortilla Flat”.
Con sus personajes de gran carácter simbólico y la alegoría de sus obras, denunciaba las injusticias que desde el poder y sus amigos se impartían contra la clase obrera. Debido a su literatura los señalados por ser causantes de tales crímenes sociales le acusaron, como corresponde a un gran enemigo, de “socialista”, y trataron de disminuirle llamándole con desprecio, como corresponde también a ser su enemigo, “escritor obrero”, o “escritor proletario”. Aunque podría decirse que su obra, más que una visión política de transformación, lo que muestra es una gran humanidad, una gran consideración hacia la clase obrera.
Su obra “De ratones y hombres”, una novela corta, es una buena muestra de lo considerado en líneas anteriores. En ella cuenta una experiencia propia de cuando él era jornalero, con los debidos cambios para convertirla en literatura; los protagonistas Lennie y George, jornaleros en busca de trabajo durante la crisis capitalista de 1929, representan el mito estadounidense de la libertad individual como medio para conseguir el triunfo en la vida, y también representan el estado general del ideario que rige socialmente y que se encuentra en descomposición, como la sociedad misma. Pero no es sólo eso, también nos dice Steinbeck que la única salida se encuentra dejando atrás lo que está muerto, aquello que lastra el avance social, y en este caso Lennie representa esa carga que impide el cambio, el personaje sufre una deficiencia mental y a consecuencia de ello quiere que George le repita continuamente la conquista imaginaria de la riqueza que es la imaginaria riqueza del imaginario del conquistador.
El problema que manifiesta es que el tiempo en el que los personajes se mueven es el tiempo del capitalismo en crisis absoluta, que por lo que se refiere a los campesinos estadounidenses les supuso la desposesión de sus bienes por impago a los usureros bancarios. ¿Recuerdan el boom inmobiliario aquí, en España?. Ahora que vivimos su decadencia vivimos el abuso más extremo de los mismos gerentes del sistema capitalista, los usureros bancarios y la expulsión de las gentes de sus casas por impago de los préstamos. En otra magnífica novela, “El camino del tabaco” de Erskine Caldwell, se nos cuenta cómo los banqueros se quedaban con todo lo que los campesinos tenían; tras pasar por una etapa de producción acelerada que ofrecía la maquinaria moderna adquirida, la competencia con las grandes empresas era imposible y la ruina les sobrevenía tras el impago de los préstamos siempre embaucadores.
En el caso de “De ratones y hombres” el poder se manifiesta en la figura del dueño de la granja, que se beneficia de la mano de obra barata y abundante que la crisis ha dejado, también se manifiesta en la violencia física constante que ejerce contra los jornaleros, represión que muestra su temor a que éstos se unan en torno a una misma queja. La figura de Lennie, que es la añoranza de lo no conseguido, pero ansiado a causa del espíritu primero del tiempo pasado, se verá insultada y golpeada, él, que a causa de su deficiencia mental retoma una y otra vez la promesa incumplida por el sistema.
Junto a esto siempre esta la alternativa de George, que en ocasiones no quiere que se cumpla por lo que supone de abandono de Lennie. George repite que sin su compañero podría hacer una vida mejor, menos dependiente, sabe que dejando atrás ese lastre mejoraría su existencia. Es por eso por lo que la vida de Lennie está amenazada desde el primer momento. El sistema social ha dado en crisis y aquella primera idea del enriquecimiento por la acción individual resulta ya imposible: se trabaja en masa para otro, que además explota sin ninguna misericordia. A causa de esto sale a flote la necesidad de abandonar la vieja idea y a quien la representa, un hombre que no entiende ni tiene respuesta, grande físicamente, pero incapaz de mantener la relación equilibrada con quien le acompaña, su amigo que, por este motivo, le viene salvando y le llama la atención para que pueda salir adelante. Y en esto último se encontrará el motivo por el que Lennie perderá su vida, y además a manos de su acompañante George.
Junto a ellos en la granja aparece Slim, que se ocupa de los caballos y resulta una persona sensible, capaz de escuchar y entender las diferentes voces, y capaz de hacer de puente con el futuro por el que George debe empezar a caminar.
En “De ratones y hombres” Steinbeck muestra, además del clasismo bajo el que viven los personajes, el estado racista bajo el que se encuentra la raza negra, sostenido por los mismos trabajadores blancos que sufren la explotación más extrema. El único negro que hay en la granja cuenta la vida de su familia y su propia vida una vez que se separa del grupo al que pertenece. A pesar el de mayor conocimiento, lee, sabe de la sociedad en la que se encuentra, entiende lo que les pasa por la cabeza de los trabajadores blancos, y a pesar de todo sabe por qué se ve aislado y por qué su vida se encuentra en constante peligro.
Como vemos la novela de Steinbeck se convierte en un símbolo de su tiempo, tiene una estructura circular que induce a la interpretación de lo acontecido, comienza y acaba en un mismo lugar, pero ni en la misma circunstancia ni con la misma continuidad.
En cierta medida sigue los pasos de la teoría evolucionista, al principio aparece en una charca una garza y una culebra de agua que saca la cabeza; al final aparece una garza y una culebra de agua que saca la cabeza, y la garza la atrapa. Lennie no es más que una carga para George, sus ideas pertenecen al pasado; el tiempo nuevo da por terminado aquello y arrastra a quienes necesitan para desarrollarse.
Steinbeck construyó la novela pensando en su representación teatral, por eso en su mayor parte es dialogada, dramática y emocional. Otro de sus logros fue el que los reaccionarios se opusiesen a su difusión, además de que al autor le propinasen lo que esta especie considera insulto, con lo que buscaban el rechazo social hacia la justicia que esta llamada a cambiarlo todo.
No se queden sin leerla.
Título: De ratones y hombres.
Autor: John Steinbeck.
Editoriales: Edhasa, Vicen-Vives, Mondadori.
Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, en Libros libres, de rebelion.org, y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.
En el conjunto de su obra destacan “A un dios desconocido”, “De ratones y hombres”, “Las uvas de la ira”, “Los arrabales de Cannery”, “La perla”, “Viaje a Rusia”, “Al Este del Edén”, “¡Viva Zapata!”, y “Tortilla Flat”.
Con sus personajes de gran carácter simbólico y la alegoría de sus obras, denunciaba las injusticias que desde el poder y sus amigos se impartían contra la clase obrera. Debido a su literatura los señalados por ser causantes de tales crímenes sociales le acusaron, como corresponde a un gran enemigo, de “socialista”, y trataron de disminuirle llamándole con desprecio, como corresponde también a ser su enemigo, “escritor obrero”, o “escritor proletario”. Aunque podría decirse que su obra, más que una visión política de transformación, lo que muestra es una gran humanidad, una gran consideración hacia la clase obrera.
Su obra “De ratones y hombres”, una novela corta, es una buena muestra de lo considerado en líneas anteriores. En ella cuenta una experiencia propia de cuando él era jornalero, con los debidos cambios para convertirla en literatura; los protagonistas Lennie y George, jornaleros en busca de trabajo durante la crisis capitalista de 1929, representan el mito estadounidense de la libertad individual como medio para conseguir el triunfo en la vida, y también representan el estado general del ideario que rige socialmente y que se encuentra en descomposición, como la sociedad misma. Pero no es sólo eso, también nos dice Steinbeck que la única salida se encuentra dejando atrás lo que está muerto, aquello que lastra el avance social, y en este caso Lennie representa esa carga que impide el cambio, el personaje sufre una deficiencia mental y a consecuencia de ello quiere que George le repita continuamente la conquista imaginaria de la riqueza que es la imaginaria riqueza del imaginario del conquistador.
El problema que manifiesta es que el tiempo en el que los personajes se mueven es el tiempo del capitalismo en crisis absoluta, que por lo que se refiere a los campesinos estadounidenses les supuso la desposesión de sus bienes por impago a los usureros bancarios. ¿Recuerdan el boom inmobiliario aquí, en España?. Ahora que vivimos su decadencia vivimos el abuso más extremo de los mismos gerentes del sistema capitalista, los usureros bancarios y la expulsión de las gentes de sus casas por impago de los préstamos. En otra magnífica novela, “El camino del tabaco” de Erskine Caldwell, se nos cuenta cómo los banqueros se quedaban con todo lo que los campesinos tenían; tras pasar por una etapa de producción acelerada que ofrecía la maquinaria moderna adquirida, la competencia con las grandes empresas era imposible y la ruina les sobrevenía tras el impago de los préstamos siempre embaucadores.
En el caso de “De ratones y hombres” el poder se manifiesta en la figura del dueño de la granja, que se beneficia de la mano de obra barata y abundante que la crisis ha dejado, también se manifiesta en la violencia física constante que ejerce contra los jornaleros, represión que muestra su temor a que éstos se unan en torno a una misma queja. La figura de Lennie, que es la añoranza de lo no conseguido, pero ansiado a causa del espíritu primero del tiempo pasado, se verá insultada y golpeada, él, que a causa de su deficiencia mental retoma una y otra vez la promesa incumplida por el sistema.
Junto a esto siempre esta la alternativa de George, que en ocasiones no quiere que se cumpla por lo que supone de abandono de Lennie. George repite que sin su compañero podría hacer una vida mejor, menos dependiente, sabe que dejando atrás ese lastre mejoraría su existencia. Es por eso por lo que la vida de Lennie está amenazada desde el primer momento. El sistema social ha dado en crisis y aquella primera idea del enriquecimiento por la acción individual resulta ya imposible: se trabaja en masa para otro, que además explota sin ninguna misericordia. A causa de esto sale a flote la necesidad de abandonar la vieja idea y a quien la representa, un hombre que no entiende ni tiene respuesta, grande físicamente, pero incapaz de mantener la relación equilibrada con quien le acompaña, su amigo que, por este motivo, le viene salvando y le llama la atención para que pueda salir adelante. Y en esto último se encontrará el motivo por el que Lennie perderá su vida, y además a manos de su acompañante George.
Junto a ellos en la granja aparece Slim, que se ocupa de los caballos y resulta una persona sensible, capaz de escuchar y entender las diferentes voces, y capaz de hacer de puente con el futuro por el que George debe empezar a caminar.
En “De ratones y hombres” Steinbeck muestra, además del clasismo bajo el que viven los personajes, el estado racista bajo el que se encuentra la raza negra, sostenido por los mismos trabajadores blancos que sufren la explotación más extrema. El único negro que hay en la granja cuenta la vida de su familia y su propia vida una vez que se separa del grupo al que pertenece. A pesar el de mayor conocimiento, lee, sabe de la sociedad en la que se encuentra, entiende lo que les pasa por la cabeza de los trabajadores blancos, y a pesar de todo sabe por qué se ve aislado y por qué su vida se encuentra en constante peligro.
Como vemos la novela de Steinbeck se convierte en un símbolo de su tiempo, tiene una estructura circular que induce a la interpretación de lo acontecido, comienza y acaba en un mismo lugar, pero ni en la misma circunstancia ni con la misma continuidad.
En cierta medida sigue los pasos de la teoría evolucionista, al principio aparece en una charca una garza y una culebra de agua que saca la cabeza; al final aparece una garza y una culebra de agua que saca la cabeza, y la garza la atrapa. Lennie no es más que una carga para George, sus ideas pertenecen al pasado; el tiempo nuevo da por terminado aquello y arrastra a quienes necesitan para desarrollarse.
Steinbeck construyó la novela pensando en su representación teatral, por eso en su mayor parte es dialogada, dramática y emocional. Otro de sus logros fue el que los reaccionarios se opusiesen a su difusión, además de que al autor le propinasen lo que esta especie considera insulto, con lo que buscaban el rechazo social hacia la justicia que esta llamada a cambiarlo todo.
No se queden sin leerla.
Título: De ratones y hombres.
Autor: John Steinbeck.
Editoriales: Edhasa, Vicen-Vives, Mondadori.
Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, en Libros libres, de rebelion.org, y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.
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