Obdulio Varela: El reposo del centrojás
(A Daniel Divinsky)
El 16 de julio de 1950, en el
estadio Maracaná de Rio de Janeiro, nació una de las últimas leyendas del
fútbol rioplatense; ese día, el imponente centromedio uruguayo Obdulio Varela
silenció a 150 mil fanáticos que festejaban el gol brasileño en la final de la
Copa del Mundo, convertido por el puntero Friaca. A los seis minutos del
segundo tiempo, Brasil abrió el marcador alentado por las repletas tribunas del
Maracaná, inaugurado especialmente para ese torneo. Entonces, todo Río de
Janeiro fue una explosión de júbilo; los petardos y las luces de colores se
encendieron de una sola vez.
Obdulio, un morocho tallado sobre
piedra, fue hacia su arco vencido, levantó la pelota en silencio y la guardó
entre el brazo derecho y el cuerpo. Los brasileños ardían de júbilo y pedían
más goles. Ese modesto equipo uruguayo, aunque temible, era una buena presa
para festejar un título mundial. Tal vez el único que supo comprender el
dramatismo de ese instante, de computarlo fríamente, fue el gran Obdulio,
capitán--y mucho más--de ese equipo joven que empezaba a desesperarse.
Y clavó sus ojos pardos, negros,
blancos, brillantes, contra tanta luz, e irguió su torso cuadrado, y caminó
apenas moviendo los pies, desafiante, sin una palabra para nadie, y el mundo
tuvo que esperarlo tres minutos para que llegara al medio de la cancha y
espetara al juez diez palabras en incomprensible castellano.
No tuvo oído para los brasileños
que lo insultaban porque comprendían su maniobra genial: Obdulio enfriaba los ánimos,
ponía distancia entre el gol y la reanudación para que, desde entonces, el
partido--y el rival--, fueran otros.
Hubo un intérprete, una estirada
charla--algo tediosa-- entre el juez y
el morocho. El estadio estaba en silencio. Brasil ganaba uno a cero, pero por
primera vez los jóvenes uruguayos comprendieron que el adversario era
vulnerable. Cuando movieron la pelota, los orientales sabían que el gigante
tenía miedo.
Fue un aluvión. Los uruguayos
atropellaban sin respetar a un rival superior pero desconcertado. Obdulio
empujaba desde el medio de la cancha a los gritos, ordenando a sus compañeros.
Parecía que la pelota era de él, y cuando no la tenía, era porque la había
prestado por un rato a sus compañeros para que se entretuvieran.
Llegó el empate. Los brasileños,
sintieron que estaban perdidos. El griterío de la tribuna no bastaba para dar
agilidad a sus músculos, claridad a sus ideas. Las casacas celestes estaban en
todas partes y les importaba un bledo del gigante. Faltaban nueve minutos para
terminar cuando Uruguay marcó el tanto de la victoria.
El mundo no podía creer que el
coloso muriera en su propia casa ,despojado de gloria.
Osvaldo Soriano
(16 de julio de 1972)(argentino)
La Historia de vida (Suplemento
cultural del diario La opinion BsAs)
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Entre el maracanazo y
el hoy, una historia diferente.
Hoy. Es una historia
sabida por nosotros "los viejos", aquéllos que fuimos activistas
sociales o políticos, o informados y politizados al menos, tomando partido por
el lado crítico de la sociedad que nos fue tocando vivir, que las
multinacionales aprovechan todo evento, para acrecentar sus negocios, sus
influencias y control de lo que haga, coma, disfrute y o sufra la humanidad
entera y sus fabulosas ganancias en el planeta. Todo cotiza en las bolsas de
valores, directa o indirectamente, todo se calcula o se transa de acuerdo a lo
que puede rendir en recaudación. Tienen precio estimativo las guerras, las
asistencias humanitarias luego de masacres guerreras, las ayudas en comida,
medicina, materiales para reconstrucción luego de desastres naturales, son un
negocio para alguna de las cada vez mas pocas manos, en las que concentra la
riqueza y el poder de decisión mundial.
Es notorio e inocultable que hay muchos de aquéllos que,
siendo jóvenes, disfrutan sin cuestionar nada lo que el mundo de los negocio
les ofrece. Mac Donald trae juguetes que
salen de manos esclavas, de presos supliciados, de niños que mueren muy jóvenes
de súper explotación. Sin embargo es muy atractiva la oferta de brillo,
glamour, imagen de estar a la moda hamburguesa, en éste mundo periférico
uruguayo. Heredero del maracanazo. Perdido desde el maracanazo en cocinarse en
la misma sopa. Se suman al goce las
nuevas tecnologías informáticas, aunque sea a hablar de los autos con pantallas
de guía a colores, y el sonido de audio espectacular, el último celular, la
velocidad de correr tras algo que aun no se tiene pero seguramente lo inventará
algún científico robotizado para trabajar por ese consumo desmesurado de lo que
venga. Siempre que distraiga, emocione, o simplemente ofrezca estatus con
caducidad asegurada, la cuestión es no quedar por fuera de ese mundo.
Es la maravilla de ser parte
de forma ignorante, o consiente y cínica, de la colonización cultural
mundial. Las tristezas y dolores,
no forman parte o no deben estar en éste programa. Si siempre hay tristeza, nos
destruye la psiquis.
Entonces el mundo de los medios de propaganda y control
mental, los del marketing, los que crean necesidades para crear luego la
satisfacción, aprovechan y llevan la masificación del consumo al otro polo: la
euforia.
Se celebra por tele la buena vida ajena. Aun que sea de
plástico descartable a corto plazo.
La euforia para ser negocio debe durar intensamente, y poco.
En esa utilización está el deporte colectivo más hermoso del
mundo: el fútbol.
Son noticia disfrutable entre la humanidad mencionada, los
pases millonarios entre clubes de futbol, los jugadores que vienen a defender
la celeste. Son celestes un ratito. Siguen siendo "propiedad" del
Barcelona, del Totenham, del equipo que sea de Francia, Italia, Inglaterra,
España o cualquier país del planeta que tenga futbol enriquecido por las
multinacionales y su inserción en el control del mismo, que necesita mercancías
humanas buenas y nuevas, en permanente recambio. Mercancías humanas. Tal vez
nacidas en barrios y familias pobrísimas, pero ganando el dinero fantástico
jamás imaginado.
Los jugadores de futbol transmiten energía, adrenalina,
valor, patriotismo, éxitos, éxitos!! Y los mimos de públicos, y de los medios
que viven de ellos. Aquello que no se tiene a nivel masivo. Los jugadores son
tan lindos!! Han llegado a arrasar en entusiastas públicos femeninos. Muchas
mujeres, a quienes el fútbol les rechinaba hace una generación atrás, porque
les sacaba tiempo de sus hombres, en casa, en el trabajo, o en atender la
pareja o los hijos, hoy están abrazadas a la pelota y a sus nuevos ídolos.
No se cuestiona casi nada, dentro del cada vez más masivo
público.
Y menos cuando juega la celeste.
Aunque abajo en los cimientos y en los alrededores de los
estadios haya corrido sangre. Se difunde que en los estadios en construcción ya
del próximo mundial en Qatar van 1.200 obreros muertos en las obras!! Y faltan
4 años!! Habrá que difundir más si es así. Pero se imaginan con que poder se
puede hacer esa difusión. Cuántos muertos hubo en las obras de Brasil 2014??
Alguien lo sabe?? O lo difunde?? Gorzi, Scelza, Sanchez Padilla, quien??
Si dentro de un partido del mundial de hoy hubiera una
tragedia, cada marca de vestimenta, agua, ropa, y toda aquella que haya pagado
para estar, saldrá en cámaras. Es parte del show, la civilización del
espectáculo, con dinero creciendo en algún bolsillo lejano. Millones de
posibles compradores están mirando.
Otros no tan jóvenes, y nada ignorantes, me han escrito: "disfruta
y desenchúfate 30 días" !!
A mi me gusta el fútbol. Me ha saturado la estupidización
colectiva de tanta gente inteligente que se ha vuelto cínica, insolidaria y
ciega ante el dolor ajeno tan cercano. Y el fútbol del mundo les da la gran
oportunidad de aislarse. De vivir el deporte, de sacarse las ganas de gritar un
triunfo o de putear con ganas un error o una jugada fallida, sin dejar el enojo
por la falta de urbanidad de la gente que no respeta el tránsito como en EEUU y
Europa!!
La celeste atrae muchísimo más nuestra atención, campaña
mediática sin tregua por cuanto alcahuete del sistema esté al frente del
negocio de publicitar deporte y marcas para vender, embanderado de celeste
Porque fuimos allá en los 50 campeones del mundo en Brasil. Y tal vez pudimos
repetir aquella hazaña. Tal vez. Pero no estábamos en forma. Y no era el plan
multinacional, tal vez.
Los marginados barrios de las periferias --donde las
banderas no son muchas y la euforia es menor--
llenas de basura, o agua de inundaciones, o sin transporte, escuelas, o
policlínicas, llenos de jóvenes vulnerables a otras adicciones, tan
insolidarias y destructivas como las mencionadas antes, con la diferencia que
la de ellos los lleva a la destrucción personal y familiar, a los manicomios, a
las cárceles, o a los baldíos donde amanecen acribillados "ajustados"
de cuentas!! Se inundan las cárceles de desesperados que en su inmensa mayoría
no pasan los 30 años de edad, la edad de retiro millonario de los futbolistas.
Los que están presos hasta olvidaron leer y escribir, aquellos que habían
tenido alguna oportunidad.,
Terminó el mundial celeste, las ilusiones celestes, ahora
queda la bronca celeste por la injusta sanción a Suarez. Y el negocio disminuyó
pero sigue por otros carriles. Los programas de las radios y la tele, y los
diarios, lo siguen fogoneando.
El joven Suárez vuelve de oferta a pedir perdón. No puede
quedar fuera del negocio de su vida. Y los zánganos que viven de él tampoco.
Las multinacionales del fútbol no pueden perder una valiosa mercancía tampoco.
Suarez aun tiene jugo para dar. Obdulio ya dio lo suyo, tal
vez con una "pequeña" diferencia.
Firma : Marcos Rojo
(con un poco de celeste)
excelente articulo!!!
ResponderEliminarMuy buena. E patriotismo futbolero es un veneno, dio vergüenza ver a mujica ir dos veces a esperar a Suarez al Aeropuerto.
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