ARATIRI: NADA CLARO
Las intervenciones de funcionarios de gobierno sobre las
condiciones en que se instalaría Aratiri en nuestro país, lejos de aclarar,
suman más confusión y dudas.
Según “El Observador” del 13/4 “ La firma de origen indio
Zamin Ferrous (Aratirí) tendrá 12 meses desde el momento en que firme el
contrato con el Poder Ejecutivo para extraer hierro de la zona de Valentines
(Treinta y Tres) y demostrar su capacidad financiera. Primero, y antes de que
se cumplan seis meses de ese acuerdo, la empresa extranjera tendrá que
mostrarle al gobierno cuál es su capital propio y, a su vez, qué porcentaje de
la inversión representa ese monto. Luego, en el plazo de un año, tendrá que
completar la información de su espalda financiera, ya sea con préstamos o
líneas de crédito. Si cumplido ese plazo Aratirí no cumple con la exigencia
establecida en la ley de minería de gran porte, el contrato cae. El escenario,
entonces, se abre para que se licite el derecho de explotación, o bien el
Estado decida entrar al negocio. Para eso, se deberá crear una empresa o un
ente.
El contrato en proceso de negociación establecerá cuál será la inversión total, dato que servirá para determinar garantías y otros detalles como la exigencia de demostrar capital y financiación. Según dijo a El Observador el ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Roberto Kreimerman, la inversión de Aratirí se estima en US$ 2.770 millones.
El contrato en proceso de negociación establecerá cuál será la inversión total, dato que servirá para determinar garantías y otros detalles como la exigencia de demostrar capital y financiación. Según dijo a El Observador el ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Roberto Kreimerman, la inversión de Aratirí se estima en US$ 2.770 millones.
No está claro –porque la ley de minería de gran porte no lo
previó–qué porcentaje de la inversión debe ser asumida con capital propio y con
financiación. De todos modos, si la firma extranjera informa que tiene 30% del
dinero, luego tendrá que demostrar la capacidad de financiación por el restante
70%, por ejemplo.”
Es decir que el gobierno pretende firmar un contrato con una
empresa que no debe mostrar solvencia financiera al momento de firmar, que no
deberá presentar sus garantías. La improvisación y el “apuro” por cerrar el
negocio con Zamin Ferrus, trae inmediatamente el recuerdo del escándalo de
Pluna.
Tampoco está claro, cuál será la dimensión de las zonas de extracción,
Kreimerman afirmo que: “…. la empresa de origen indio puede extender su proyecto una vez
iniciado. Señaló que, en la medida en que avance la extracción, de forma
paralela se realicen exploraciones que permitan descubrir nuevas zonas para
extraer hierro. Ello siempre y cuando el precio internacional del hierro se
mantenga en niveles rentables para su producción.
El ministro planteó que además de Aratirí pueden instalarse más empresas para realizar tareas de extracción.
El ministro planteó que además de Aratirí pueden instalarse más empresas para realizar tareas de extracción.
Para completar los aspectos más oscuros del negocio Aratiri, el
propio Mujica declaro estar
dispuesto a firmar el
contrato con Aratirí aunque no haya conseguido la autorización previa de la
Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama).
A pesar de meter todo su aparato propagandístico, (incluyendo a
varios sindicatos) para hacer pasar la instalación de la megamineria en nuestro
territorio, ni siquiera han podido firmar el contrato; por más “magia” que
hagan con los números, estos no cierran.
Hay que impulsar a fondo la juntada de firmas por el plebiscito,
hacer masiva la marcha del 9 de mayo para parar definitivamente la instalación
de Aratiri!
Marcelo
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