Aparece un testigo clave en el caso Pluna
El exabogado de López Mena será citado a declarar y con su testimonio puede comprometer al dueño de Buquebus en una causa que aún lo mantenía inmune
“Arrastrado” por el gobierno. Así se metió Juan Carlos López Mena en el escándalo de Pluna, según aseguró el dueño de Buquebus. No quería los aviones, pero ofertó para alquilarlos. No conocía a Calvo Sánchez, pero había sido su empleado y era padrino de sus nietos. Cosmo no era su testaferro, pero le pagó 500.000 euros no queda claro por qué. La entrevista que el semanario Búsqueda publicó ayer revela nuevas inconsistencias y contradicciones del relato sobre el capítulo posterior al cierre de la aerolínea de bandera Pluna.
El capítulo que pareció cerrarse para el gobierno con los procesamientos del exministro de Economía, Fernando Lorenzo, y del expresidente del BROU, Fernando Calloia, se reabre ahora por problemas entre privados. López Mena sale forzado ante las acusaciones del empresario español, dueño de Cosmo. Pero como consecuencia, el Ejecutivo vuelve a verse implicado en el mayor revés político desde que el FA llegó al poder.
López Mena admitió que luego de las idas y venidas sobre el aval y el desenlace judicial, su relación con el gobierno ha cambiado. “No puedo decir ni que bien, ni que mal”, respondió. Ahora no le quieren renovar el permiso de su terminal en el puerto. Y se siente perseguido.
Testaferro
Cuando se reveló la verdadera identidad de Calvo Sánchez, y junto a ello el vínculo previo con López Mena, con su hijo Juan Patricio y con la empresa Buquebus, se especuló con que se trataba de un testaferro. El empresario naviero negó primero lo que era evidente. Incluso reunió en su despacho de Carrasco a legisladores de la oposición para mentirles en la cara: les dijo que no conocía a Calvo. Luego admitió lo inevitable. Pero la contradicción se agrandó cuando el dueño de Cosmo, Antonio Álvarez, aseguró que todo estuvo armado por López Mena, y que Calvo era un testaferro. Informó incluso que había recibido 500.000 euros como adelanto de ese pago y que lo habían hecho pasar por un préstamo. Pero el empresario argentino lo niega de forma rotunda, aunque admite el pago. Parece débil, de todos modos, la excusa de por qué le pagó ese medio millón de euros. Dice que fue ante la posibilidad de consecuencias judiciales, y que se trató de un préstamo debidamente documentado.
Trámite del aval
Desde el principio el gobierno y López Mena ocultaron la verdadera historia del aval bancario dado por el Banco República a Hernán Calvo, para que participara a nombre de Cosmo del remate de los aviones. Cuando llegó la hora de la verdad ante la Justicia, el presidente del Banco, Fernando Calloia, reveló que había sido el dueño de Buquebus quien directamente gestionó el documento y que se lo habían concedido porque él estaba detrás. Incluso detalló que un funcionario del BROU, Raúl García, fue advertido que recibiría una llamada de López Mena para redactar el aval que luego entregaría al español Calvo Sánchez. García lo confirmó ante la Justicia. El empresario naviero niega ahora saber “los pormenores del aval”.
Frecuencias
Otra especulación sobre el rol de López Mena en la subasta tenía relación con las frecuencias de Pluna. Si un comprador se llevaba los aviones, o el remate fracasaba, las frecuencias de la aerolínea de bandera quedarían sin adjudicar. Sobre todo los horarios más rentables a Buenos Aires (llamados “slot”) eran un botín muy tentador para BQB, la aerolínea de López Mena. Cuando Búsqueda le preguntó sobre esto, el empresario argentino respondió que la teoría no tiene sentido, pero agregó: “Si la subasta se declaraba desierta, BQB quedaba como la única aerolínea de bandera uruguaya. ¿Entonces? ¿Qué iba a pasar con las frecuencias? ¿Me va a decir usted que el Estado uruguayo iba a preferir perderlas y, contrariando el derecho, negarle más frecuencias a BQB?”.
Garantías
En la entrevista publicada ayer en el semanario Búsqueda, López Mena destaca que él nunca pidió al Estado, “ni a nadie”, que saliera de garantía de sus emprendimientos. Habla del capitalismo, su crisis y “la moral”, y termina con una frase que contradice su participación en el escándalo de Pluna: “No es admisible que empresarios insolventes hagan negocios con garantías ajenas”. Justamente él fue garantía de Cosmo, una empresa con menos de US$ 10 millones que aspiraba a comprar siete aviones por US$ 137 millones.
LOPEZ MENA ACORRALADO----------------------
Apareció un testigo clave en el caso Pluna. Se trata de Daniel Rocca, el exabogado y mano derecha del dueño de Buquebus y BQB Líneas Aéreas, Juan Carlos López Mena. Como un delantero desequilibrante en el área rival, Rocca puede aportar nuevos elementos y cambiar la suerte del empresario argentino que hasta ahora sólo ha declarado como testigo en la megacausa de Pluna, aunque hay indicios fuertes de que estuvo detrás del negocio desde el primer momento.
El fiscal de Crimen Organizado Juan Gómez citará a declarar al exdirector del Departamento Legal de Buquebus, informó ayer Búsqueda en base a fuentes cercanas al caso. El fiscal tomó la decisión luego de acceder a la demanda civil que Rocca presentó contra López Mena, para quien trabajó durante 27 años.
En la demanda a la que accedió El Observador, Rocca asegura que participó en “repetidas reuniones con autoridades al más alto nivel del gobierno, Banco República Oriental del Uruguay (BROU) y sistema político”. Este apunte es el que motivó la citación del fiscal, ya que el exabogado puede aportar datos sobre el contenido de esas reuniones.
En lo civil, Rocca reclama
US$ 2 millones a López Mena “por honorarios profesionales impagos por múltiples, complejos y continuos asesoramientos legales brindados al citado (López Mena).
Pero no sólo le exige el cobro de los honorarios, sino que parte del monto reclamado responde a una demanda por “daños y perjuicios”. En ese sentido, el abogado expresa que López Mena fue “ofensivo y desleal” en su obrar y lesionó su “honor y moral”, aunque no explica concretamente de qué manera lo hizo.
El abogado destaca que estuvo involucrado en el caso Pluna desde el 3 de octubre, el día en que López Mena almorzó con el exministro de Economía Fernando Lorenzo y el representante de Cosmo, Antonio Calvo, en el restaurante Lindolfo. Rocca no participó de esa reunión, pero sí estuvo presente en otras instancias clave de la negociación.
El vínculo con López Mena cesó el 23 de mayo de 2014, por decisión del abogado, según expresa en la demanda.
Según supo El Observador, el asesor legal de López Mena participó, por ejemplo, de la reunión que el empresario mantuvo con dirigentes de la oposición en Carrasco el 12 de octubre. A su vez, asegura haber estado presente en reuniones “con autoridades al más alto nivel del gobierno”, por lo que se deduce que estuvo en Presidencia. Ante el fiscal y la jueza Adriana de los Santos, el abogado deberá explicar cuándo fueron esas reuniones, quiénes participaron y cuál fue el contenido.
López Mena dijo ayer a Búsqueda que mantuvo “permanentes y extensas conversaciones con el gobierno” por este negocio. En muchas de ellas, estuvo presente Rocca, uno de sus principales asesores, hasta que rompió el vínculo con el empresario.
“El doctor Rocca fue durante más de 20 años nuestro asesor legal, percibía un honorario mensual fijo muy importante y gozaba de toda mi confianza”, dijo López Mena al semanario. Agregó que no entiende la conducta de su exasesor, “ni como profesional ni como persona”.
Consultado por El Observador sobre estos dichos, Rocca expresó que le pasa lo mismo, pero al revés. “No entiendo su conducta, ni como profesional ni como persona”, dijo. “Ratifico en todos los términos la demanda entablada contra López Mena”, agregó.
“La empresa no le debe nada” a Rocca, dijo López Mena. Sin embargo, la demanda civil presentada por el abogado no es contra Buquebus, sino contra su dueño.
La audiencia de conciliación previa al juicio civil fue fijada para el 4 de agosto. Si hay acuerdo, no habrá juicio.
Cambio de escenario
López Mena declaró en calidad de testigo por el caso Pluna. Sin embargo, las declaraciones públicas realizadas por el propietario de Cosmo, Antonio Álvarez, y los emails que intercambió éste con Calvo, revelan que López Mena estuvo involucrado en el negocio.
En la correspondencia, que difundió El País, Calvo llama “mi presi” a López Mena y se muestra como su testaferro. Sin embargo, López Mena lo niega y señala a Calvo como responsable de la maniobra (ver página 3).
La aparición del dueño de Cosmo y de los emails se suman a la renuncia, demanda y citación de Rocca, con lo que el escenario judicial de López Mena puede cambiar radicalmente.
La jueza ya citó a declarar en calidad de indagado a Calvo y citará en calidad de testigo a Rocca y al dueño de Cosmo. Los testimonios de estos tres involucrados, si mantienen lo que han expresado hasta ahora, provocarán la citación de López Mena.
De hecho, allegados al empresario argentino manifestaron preocupación por lo que el profesional pueda declarar en la Justicia.
El fiscal de Crimen Organizado Juan Gómez citará a declarar al exdirector del Departamento Legal de Buquebus, informó ayer Búsqueda en base a fuentes cercanas al caso. El fiscal tomó la decisión luego de acceder a la demanda civil que Rocca presentó contra López Mena, para quien trabajó durante 27 años.
En la demanda a la que accedió El Observador, Rocca asegura que participó en “repetidas reuniones con autoridades al más alto nivel del gobierno, Banco República Oriental del Uruguay (BROU) y sistema político”. Este apunte es el que motivó la citación del fiscal, ya que el exabogado puede aportar datos sobre el contenido de esas reuniones.
En lo civil, Rocca reclama
US$ 2 millones a López Mena “por honorarios profesionales impagos por múltiples, complejos y continuos asesoramientos legales brindados al citado (López Mena).
Pero no sólo le exige el cobro de los honorarios, sino que parte del monto reclamado responde a una demanda por “daños y perjuicios”. En ese sentido, el abogado expresa que López Mena fue “ofensivo y desleal” en su obrar y lesionó su “honor y moral”, aunque no explica concretamente de qué manera lo hizo.
El abogado destaca que estuvo involucrado en el caso Pluna desde el 3 de octubre, el día en que López Mena almorzó con el exministro de Economía Fernando Lorenzo y el representante de Cosmo, Antonio Calvo, en el restaurante Lindolfo. Rocca no participó de esa reunión, pero sí estuvo presente en otras instancias clave de la negociación.
El vínculo con López Mena cesó el 23 de mayo de 2014, por decisión del abogado, según expresa en la demanda.
Según supo El Observador, el asesor legal de López Mena participó, por ejemplo, de la reunión que el empresario mantuvo con dirigentes de la oposición en Carrasco el 12 de octubre. A su vez, asegura haber estado presente en reuniones “con autoridades al más alto nivel del gobierno”, por lo que se deduce que estuvo en Presidencia. Ante el fiscal y la jueza Adriana de los Santos, el abogado deberá explicar cuándo fueron esas reuniones, quiénes participaron y cuál fue el contenido.
López Mena dijo ayer a Búsqueda que mantuvo “permanentes y extensas conversaciones con el gobierno” por este negocio. En muchas de ellas, estuvo presente Rocca, uno de sus principales asesores, hasta que rompió el vínculo con el empresario.
“El doctor Rocca fue durante más de 20 años nuestro asesor legal, percibía un honorario mensual fijo muy importante y gozaba de toda mi confianza”, dijo López Mena al semanario. Agregó que no entiende la conducta de su exasesor, “ni como profesional ni como persona”.
Consultado por El Observador sobre estos dichos, Rocca expresó que le pasa lo mismo, pero al revés. “No entiendo su conducta, ni como profesional ni como persona”, dijo. “Ratifico en todos los términos la demanda entablada contra López Mena”, agregó.
“La empresa no le debe nada” a Rocca, dijo López Mena. Sin embargo, la demanda civil presentada por el abogado no es contra Buquebus, sino contra su dueño.
La audiencia de conciliación previa al juicio civil fue fijada para el 4 de agosto. Si hay acuerdo, no habrá juicio.
Cambio de escenario
López Mena declaró en calidad de testigo por el caso Pluna. Sin embargo, las declaraciones públicas realizadas por el propietario de Cosmo, Antonio Álvarez, y los emails que intercambió éste con Calvo, revelan que López Mena estuvo involucrado en el negocio.
En la correspondencia, que difundió El País, Calvo llama “mi presi” a López Mena y se muestra como su testaferro. Sin embargo, López Mena lo niega y señala a Calvo como responsable de la maniobra (ver página 3).
La aparición del dueño de Cosmo y de los emails se suman a la renuncia, demanda y citación de Rocca, con lo que el escenario judicial de López Mena puede cambiar radicalmente.
La jueza ya citó a declarar en calidad de indagado a Calvo y citará en calidad de testigo a Rocca y al dueño de Cosmo. Los testimonios de estos tres involucrados, si mantienen lo que han expresado hasta ahora, provocarán la citación de López Mena.
De hecho, allegados al empresario argentino manifestaron preocupación por lo que el profesional pueda declarar en la Justicia.
López Mena le soltó la mano a Hernán Calvo
El empresario marca distancia de quien fue su empleado y a quien recurrió para conseguir oferente para los aviones
“Cuando presenté a Hernán Calvo, lo hice porque lo conocía bien y pensaba que esa era una alternativa viable. Tal vez ese fue el otro error”, dijo ayer el dueño de Buquebus, Juan Carlos López Mena, en una entrevista con Búsqueda.
Esa afirmación del empresario marca la intención de separarse de Calvo, quien se presentó en el remate y ofertó por los aviones en representación de la española Cosmo.
López Mena se ha mantenido en señalar que ante la insistencia del gobierno en que consiguiera algún interesado para los aviones de Pluna contactó a Calvo y este a la aerolínea Cosmo pero niega su vínculo con la empresa española y niega que haya sido su testaferro.
Cuando pocos días después del remate del 1° de octubre de 2012 El Espectador divulgó que Calvo había participado de la subasta con su segundo nombre y apellido, para ocultar su vínculo con Buquebús, López Mena se reunió con los líderes de la oposición y les expresó que no tenía “nada que ver con Cosmo ni con el señor Hernán Calvo, alias Antonio Sánchez”, indicó ese 5 de octubre de 2012 el líder colorado Pedro Bordaberry en base a la versión que les había dado el empresario.
Luego tuvo que admitir el vínculo innegable.
Incluso, cuando Calvo declaró ante la Justicia como testigo, lo hizo asistido por el mismo abogado que López Mena, el penalista Jorge Pereira Schurmann.
Hoy Calvo pasó a ser indagado de la causa por falsificación de documento por haberse presentado al remate con una falsa indentidad, y con el surgimiento de la correspondencia que mantuvo con el dueño de Cosmo, Antonio Álvarez Hernández y que este entregó a El País, aparece bastante comprometido.
Ante esa situación, López Mena se desligó de Calvo. En la entrevista de Búsqueda sostuvo: “No puedo hacerme cargo del contenido de esos emails revelados por la prensa, que me sorprenden tanto como a usted. Por ejemplo, no entiendo por qué a Hernán Calvo le preocupaba que lo vincularan con Buquebus”.
Pero, además, en la denuncia que presentó por extorsión contra los propietarios de Cosmo, López Mena centró toda la responsabilidad del negocio con Cosmo en Calvo, dijo que el vínculo con esa empresa siempre fue a través de Calvo.
Admitió que lo contactó porque lo conocía “desde hacía muchos años por ser amigo de su hijo Juan Patricio, ser padrino de sus hijos y haber trabajado en Buquebus España, entre otros emprendimientos”. Agregó que él siempre negoció con “el representante de Cosmo, Hernán Calvo”.
Esa afirmación del empresario marca la intención de separarse de Calvo, quien se presentó en el remate y ofertó por los aviones en representación de la española Cosmo.
López Mena se ha mantenido en señalar que ante la insistencia del gobierno en que consiguiera algún interesado para los aviones de Pluna contactó a Calvo y este a la aerolínea Cosmo pero niega su vínculo con la empresa española y niega que haya sido su testaferro.
Cuando pocos días después del remate del 1° de octubre de 2012 El Espectador divulgó que Calvo había participado de la subasta con su segundo nombre y apellido, para ocultar su vínculo con Buquebús, López Mena se reunió con los líderes de la oposición y les expresó que no tenía “nada que ver con Cosmo ni con el señor Hernán Calvo, alias Antonio Sánchez”, indicó ese 5 de octubre de 2012 el líder colorado Pedro Bordaberry en base a la versión que les había dado el empresario.
Luego tuvo que admitir el vínculo innegable.
Incluso, cuando Calvo declaró ante la Justicia como testigo, lo hizo asistido por el mismo abogado que López Mena, el penalista Jorge Pereira Schurmann.
Hoy Calvo pasó a ser indagado de la causa por falsificación de documento por haberse presentado al remate con una falsa indentidad, y con el surgimiento de la correspondencia que mantuvo con el dueño de Cosmo, Antonio Álvarez Hernández y que este entregó a El País, aparece bastante comprometido.
Ante esa situación, López Mena se desligó de Calvo. En la entrevista de Búsqueda sostuvo: “No puedo hacerme cargo del contenido de esos emails revelados por la prensa, que me sorprenden tanto como a usted. Por ejemplo, no entiendo por qué a Hernán Calvo le preocupaba que lo vincularan con Buquebus”.
Pero, además, en la denuncia que presentó por extorsión contra los propietarios de Cosmo, López Mena centró toda la responsabilidad del negocio con Cosmo en Calvo, dijo que el vínculo con esa empresa siempre fue a través de Calvo.
Admitió que lo contactó porque lo conocía “desde hacía muchos años por ser amigo de su hijo Juan Patricio, ser padrino de sus hijos y haber trabajado en Buquebus España, entre otros emprendimientos”. Agregó que él siempre negoció con “el representante de Cosmo, Hernán Calvo”.
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