El Mundial de las protestas
Publicado el 31/5/2014 - 20:35
A doce días de la máxima fiesta del fútbol mundial la ola de protestas se extiende y se intensifica en todo Brasil.
El creciente descontento de la ciudadanía y de sectores como los indígenas, profesores, médicos, maestros, transportistas y policías fue aprovechado ante la inminencia de la Copa del Mundo para dar visibilidad a sus reclamos de aumento de salarios, seguridad, educación, salud, entre otros. En la larga lista de problemas que ensombrecen la fiesta están también el atraso por las obras del Mundial, el fallecimiento de obreros de la construcción, los desalojos de familias carenciadas, la inseguridad, las falencias en traslados, conectividad y otras áreas de logística, y hasta una posible epidemia de dengue.
El estancamiento de la economía brasileña -una de las más importantes del mundo-, sumado a la persistencia de la inflación y un fuerte sentimiento de inseguridad frente al crimen, han generado un cuadro de malestar que no ha logrado tener una respuesta adecuada por parte del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, en cuyo mandato no se ha avanzado en solucionar los problemas estructurales que hoy repercuten directamente en la población y que irritan a la clase media.
“Existe una enorme insatisfacción latente en la sociedad brasileña, principalmente en relación con las decisiones del Gobierno. El torneo del año pasado, así como el Mundial, son oportunidades para que este malestar tenga visibilidad”, sostiene el sociólogo Paulo Magalhães, del Instituto de Estudios del Trabajo y Sociedad (IETS) en Río de Janeiro. “La falta de atención del sector público al ciudadano, principalmente en el área de la salud y educación, es lamentable y humillante”, dijo el sociólogo carioca.
La creciente inseguridad está en la agenda diaria de los medios de comunicación. En Brasil asesinan al día a más de 150 personas, lo que equivaldría a que un avión cayera cada 24 horas con la muerte de todos sus ocupantes, afirman los analistas en las cadenas de televisión brasileña tras conocerse esta semana el Mapa de la Violencia 2014.
“Nuestras tasas de homicidios son entre 50 y 100 veces” más altas que las de algunos países desarrollados, ponderó Waiselfisz, coordinador del equipo que elabora el Mapa de la Violencia. “El mapa marca cuánto nos queda por hacer para llegar a una tasa mínimamente civilizada, (y no se puede descartar que en el futuro) veamos una tendencia hacia el aumento” de los homicidios, advirtió el coordinador del Área de Estudios de Violencia de Flacso Brasil en una entrevista con la prensa local.
Una vendedora ambulante, oriunda de San Pablo, pero que trabaja en las calles de Foz de Iguazú dijo a LA REPÚBLICA que la violencia va en aumento y no solo en las ciudades grandes, también en las más pequeñas. “Yo le recomiendo a los turistas que no anden solos en las calles y que no saquen los teléfonos móviles, porque vienen los ‘caballos locos’ (ladrones que roban los celulares) y se los llevan por la fuerza”.
“Yo antes que anochecer levanto el puesto y me encierro en casa”, dijo y recordó que en muchos semáforos les ponen a los automovilistas una pistola en la cabeza para robarle las pertenencias. Según la estadística, en Brasil mueren cada hora 6,4 personas como víctimas de la violencia.
“Yo antes que anochecer levanto el puesto y me encierro en casa”, dijo y recordó que en muchos semáforos les ponen a los automovilistas una pistola en la cabeza para robarle las pertenencias. Según la estadística, en Brasil mueren cada hora 6,4 personas como víctimas de la violencia.
La semana culminó con paros de conductores de autobuses que reclaman mejores condiciones salariales en varias ciudades. Los trabajadores exigen un aumento salarial del 40% y rechazan el acuerdo alcanzado en abril pasado por el sindicato que los representa, que acordó con los propietarios de las empresas de autobuses, un incremento del 10%.
A esto se sumaron las violentas manifestaciones registradas el martes pasado en Brasilia, donde activistas del Comité Popular contra la Copa, del Movimiento de Trabajadores Sin Techo e indígenas armados con arcos y flechas chocaron con la policía frente al estadio nacional Mané Garrincha, ubicado a unos dos kilómetros del Palacio del Planalto.
Entre sus reivindicaciones están la reanudación de las demarcaciones de tierras indígenas, la exigencia de viviendas para las personas trasladadas de las áreas en las que se construyeron los nuevos estadios, la derogación de la ley que concede exención fiscal a la FIFA y sus socios comerciales, la desmilitarización de la policía y el fin de la represión policial a los movimientos sociales.
En la protesta un policía resultó herido por la flecha lanzada por un indígena, mientras la Iglesia acusó a las fuerzas de seguridad de haber reprimido a los manifestantes, entre quienes hubo al menos cuatro heridos. Según denuncia Amnistía Internacional (AI), la policía ha reprimido con el uso excesivo de la fuerza y, en algunos casos, con armas como gases lacrimógenos y balas de goma.
“Nunca esperé que el gobierno del Partido de los Trabajadores de Rousseff, que se viste de demócrata, actuara con tanta arbitrariedad”, cuestionó el cacique Uilton Tuxá, uno de los líderes de las protestas.
“Nunca esperé que el gobierno del Partido de los Trabajadores de Rousseff, que se viste de demócrata, actuara con tanta arbitrariedad”, cuestionó el cacique Uilton Tuxá, uno de los líderes de las protestas.
También salieron a las calles los profesores de secundaria en reclamo de mejores salarios, además los médicos y personal de la salud reclamó ante la falta de insumos para atender a los enfermos en los centros públicos. Las olas de huelgas prometen mantenerse en los próximos días, según han adelantado ya, entre otros sindicatos, el que agrupa a los obreros del Metro de Sao Paulo, la ciudad más poblada del país.
Fernando de Souza, empleado en el sector servicios en Curitiba, dijo a LA REPÚBLICA que “estas protestas si bien son justas complican a todo lo relacionado con el Mundial. Muchos turistas están temerosos de los que pueda suceder y muchos desistirán de visitar el país”.
El ex jugador y leyenda del fútbol Pelé, se refirió a las protestas que se oponen a la organización de la Copa y a los reclamos de mayor inversión en salud y educación. Dijo estar de acuerdo con estas demandas, pero advirtió que si las protestas continúan, pueden alejar a los turistas.
Fernando de Souza, empleado en el sector servicios en Curitiba, dijo a LA REPÚBLICA que “estas protestas si bien son justas complican a todo lo relacionado con el Mundial. Muchos turistas están temerosos de los que pueda suceder y muchos desistirán de visitar el país”.
El ex jugador y leyenda del fútbol Pelé, se refirió a las protestas que se oponen a la organización de la Copa y a los reclamos de mayor inversión en salud y educación. Dijo estar de acuerdo con estas demandas, pero advirtió que si las protestas continúan, pueden alejar a los turistas.
Los gastos cuantiosos para organizar el Mundial que suman al menos unos 11 mil millones de dólares no cuentan con el apoyo de muchos sectores que reclaman más inversión en los sectores básicos para tener una mejor calidad de vida. Este Mundial triplica a los gastos de Alemania 2006, y cuadriplica los de Sudáfrica 2010.
Sin olvidar las acusaciones de corrupción, afirmaciones como la de la nieta de Joao Havelange aumenta la indignación de los brasileños. “Lo que tenía que ser gastado, robado, ya fue hecho”, escribió en su cuenta de la red social Instagram Joana Havelange, hija de Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Teixeira renunció al cargo que ocupó durante 25 años en marzo del 2012 en medio de acusaciones de corrupción.
De acuerdo a las últimas encuestas 52% de los entrevistados no quiere el Mundial, afirmó el periodista brasileño Jamil Chade, autor de La Copa Tal como Es. En el país del fútbol y que ha ganado más Copas del Mundo, el 66% estima que el Mundial traerá más inconvenientes que ventajas, dicen otros sondeos.
La presidenta Dilma Rousseff no parece estar dispuesta a correr riesgo alguno e intenta tranquilizar a todos, para lo cual puso la seguridad del evento bajo el control de las Fuerzas Armadas. Brasil movilizará a 157.000 policías y soldados para garantizar la seguridad durante el Mundial, que se celebrará en 12 ciudades entre el 12 de junio y 13 de julio.
Tras la violenta manifestación del martes pasado, la presidenta brasileña, dijo a empresarios con los que se reunió, que su gobierno garantizará la seguridad durante la Copa. “No va a ocurrir en la Copa del Mundo lo que pasó en la Copa de las Confederaciones”, de junio de 2013, cuando cientos de miles de personas se manifestaron en las calles y se registraron violentos enfrentamientos con la policía, les dijo la mandataria a los empresarios.
Tras la violenta manifestación del martes pasado, la presidenta brasileña, dijo a empresarios con los que se reunió, que su gobierno garantizará la seguridad durante la Copa. “No va a ocurrir en la Copa del Mundo lo que pasó en la Copa de las Confederaciones”, de junio de 2013, cuando cientos de miles de personas se manifestaron en las calles y se registraron violentos enfrentamientos con la policía, les dijo la mandataria a los empresarios.
El gobierno, que espera sacar rédito de la fiesta del fútbol en año electoral, se enfrenta al dilema de cómo manejar la política monetaria en un escenario de crecimiento anémico y elevada inflación (6,28% en 12 meses en abril, peligrosamente cerca del techo oficial de 6,5%). El Banco Central mantuvo su principal tasa de interés en 11% esta semana, para alarma de los industriales que la consideran altísima.
El alza del PIB fue de 0,2% en el primer trimestre del año, inferior al 0,4% del cuarto trimestre de 2013 (cifra revisada a la baja del 0,7% anunciado anteriormente), informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial). El 10% del sector más rico de la población brasileña tiene más del 40% del ingreso, mientras que el 10% más pobre, menos del 1%. En Suiza, las proporciones son, respectivamente, 19% y 7,5%.
En la calle la gente sostiene que luego del Mundial llega la devaluación. Muchos esperan que un triunfo de Brasil puede apaciguar los reclamos y protestas, pero si la selección local perdiera hay quienes alertan: “si no ganamos nos vamos todos al infierno”.
El alza del PIB fue de 0,2% en el primer trimestre del año, inferior al 0,4% del cuarto trimestre de 2013 (cifra revisada a la baja del 0,7% anunciado anteriormente), informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial). El 10% del sector más rico de la población brasileña tiene más del 40% del ingreso, mientras que el 10% más pobre, menos del 1%. En Suiza, las proporciones son, respectivamente, 19% y 7,5%.
En la calle la gente sostiene que luego del Mundial llega la devaluación. Muchos esperan que un triunfo de Brasil puede apaciguar los reclamos y protestas, pero si la selección local perdiera hay quienes alertan: “si no ganamos nos vamos todos al infierno”.
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