En México 1% concentra 43% de la riqueza
Ansa
El 1% de la población en México concentra el 43% de la riqueza nacional, arrojó un estudio auspiciado por una organización civil internacional donde se constata que el país exhibe los mayores niveles de concentración del ingreso en el mundo.
Que la desigualdad en este país es brutal y los contrastes entre ricos y pobres asoman por todas partes parece un lugar común, pero hasta ahora no se había hecho una medición tan precisa como la de esta investigación, auspiciada por Oxfam México.
El documento, titulado "Desigualdad extrema en México: concentración del poder económico y político", a cargo del economista Gerardo Esquivel, revela en tercera dimensión lo que hasta ahora aparecía en blanco y negro, apenas esbozado tenuemente en las estadísticas.
"El 10 por ciento más rico de la población es más rico de lo que pensábamos. Comparado con todos los otros países de los que tenemos datos, es el país con mayor nivel de concentración (de riqueza e ingreso) en el uno por ciento", dijo Esquivel.
Esa décima parte de los mexicanos concentra el 64,4% de la riqueza nacional, que representa el valor de todos los activos de la nación como acciones, capital, el valor de las empresas, edificios y bonos.
En total, el 21% de los ingresos totales de la nación, o sea, los flujos monetarios medibles, se va al uno por ciento de la población.
Un selecto club integrado por 16 magnates, entre los que destacan Carlos Slim (telecomunicaciones), Germán Larrea (minería), Alberto Bailleres (minería, comercio y seguros) y Ricardo Salinas Pliego (televisión y comercio), obtienen ingresos similares a los del 20% de los más pobres.
El común denominador de estos acaudalados empresarios es que sus imperios se fundaron en concesiones de empresas privatizadas o reguladas por el Estado, "entregadas en condiciones benévolas y que gozan de regulaciones laxas", dijo Esquivel.
"Tener un monopolio, durante tanto tiempo, con tarifas por encima del promedio mundial, se tradujo en una pérdida de bienestar superior a 129.000 millones de dólares", afirmó Esquivel citando un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Oxfam México considera en este documento que la profunda desigualdad afecta el propio crecimiento económico del país, el cual ha sido del 25% acumulado en dos décadas, mientras que las tasas de pobreza permanecen igual, lo cual significa que las políticas sociales han sido "un rotundo fracaso".
Como reflejo de esta falta de resultados en los programas antipobreza figura el hecho de que el salario mínimo es la cuarta parte que el de hace 30 años.
Jesús Cantú, presidente del Consejo de Oxfam México, afirma que el crecimiento económico "no se distribuye, lo cual no permite ampliar el mercado interno, y hace que el país dependa del crecimiento de otras economías".
El análisis indica que la política fiscal "favorece a quien más recursos tiene, puesto que grava el consumo por encima del ingreso", no se aplica a las ganancias de capital en el mercado accionario y reduce tributos como el de la propiedad inmobiliaria.
Para enfrentar la asimetría y la falta de cohesión social se plantea "un gasto público mejor focalizado, con proyectos de alto rendimiento, rentables y en zonas más urgentes". El análisis propone "construir un Estado social moderno para proveer de servicios básicos a todos los individuos, y erigir un sistema sólido de ingresos fiscales".
La OCDE divulgó en mayo pasado un estudio sobre la tema en la que enlistó a México como el segundo país más desigual de los integrantes de la organización, sólo por debajo de Chile.
El reporte indicó que en México, la crisis financiera global presionó aún más los niveles de desigualdad.
En 2012 el ingreso promedio del 10% de la población más rica fue más de 30 veces que el del 10% más pobre, una proporción de 22 veces similar a la vigente en la década de los 80, según ese sondeo.
Fuente: http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/fdg/201506251832459559/201506251832459559.html
Que la desigualdad en este país es brutal y los contrastes entre ricos y pobres asoman por todas partes parece un lugar común, pero hasta ahora no se había hecho una medición tan precisa como la de esta investigación, auspiciada por Oxfam México.
El documento, titulado "Desigualdad extrema en México: concentración del poder económico y político", a cargo del economista Gerardo Esquivel, revela en tercera dimensión lo que hasta ahora aparecía en blanco y negro, apenas esbozado tenuemente en las estadísticas.
"El 10 por ciento más rico de la población es más rico de lo que pensábamos. Comparado con todos los otros países de los que tenemos datos, es el país con mayor nivel de concentración (de riqueza e ingreso) en el uno por ciento", dijo Esquivel.
Esa décima parte de los mexicanos concentra el 64,4% de la riqueza nacional, que representa el valor de todos los activos de la nación como acciones, capital, el valor de las empresas, edificios y bonos.
En total, el 21% de los ingresos totales de la nación, o sea, los flujos monetarios medibles, se va al uno por ciento de la población.
Un selecto club integrado por 16 magnates, entre los que destacan Carlos Slim (telecomunicaciones), Germán Larrea (minería), Alberto Bailleres (minería, comercio y seguros) y Ricardo Salinas Pliego (televisión y comercio), obtienen ingresos similares a los del 20% de los más pobres.
El común denominador de estos acaudalados empresarios es que sus imperios se fundaron en concesiones de empresas privatizadas o reguladas por el Estado, "entregadas en condiciones benévolas y que gozan de regulaciones laxas", dijo Esquivel.
"Tener un monopolio, durante tanto tiempo, con tarifas por encima del promedio mundial, se tradujo en una pérdida de bienestar superior a 129.000 millones de dólares", afirmó Esquivel citando un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Oxfam México considera en este documento que la profunda desigualdad afecta el propio crecimiento económico del país, el cual ha sido del 25% acumulado en dos décadas, mientras que las tasas de pobreza permanecen igual, lo cual significa que las políticas sociales han sido "un rotundo fracaso".
Como reflejo de esta falta de resultados en los programas antipobreza figura el hecho de que el salario mínimo es la cuarta parte que el de hace 30 años.
Jesús Cantú, presidente del Consejo de Oxfam México, afirma que el crecimiento económico "no se distribuye, lo cual no permite ampliar el mercado interno, y hace que el país dependa del crecimiento de otras economías".
El análisis indica que la política fiscal "favorece a quien más recursos tiene, puesto que grava el consumo por encima del ingreso", no se aplica a las ganancias de capital en el mercado accionario y reduce tributos como el de la propiedad inmobiliaria.
Para enfrentar la asimetría y la falta de cohesión social se plantea "un gasto público mejor focalizado, con proyectos de alto rendimiento, rentables y en zonas más urgentes". El análisis propone "construir un Estado social moderno para proveer de servicios básicos a todos los individuos, y erigir un sistema sólido de ingresos fiscales".
La OCDE divulgó en mayo pasado un estudio sobre la tema en la que enlistó a México como el segundo país más desigual de los integrantes de la organización, sólo por debajo de Chile.
El reporte indicó que en México, la crisis financiera global presionó aún más los niveles de desigualdad.
En 2012 el ingreso promedio del 10% de la población más rica fue más de 30 veces que el del 10% más pobre, una proporción de 22 veces similar a la vigente en la década de los 80, según ese sondeo.
Fuente: http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/fdg/201506251832459559/201506251832459559.html
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