sábado, 27 de septiembre de 2014

Turbias

Nutrientes: un problema generalizado

Altas concentraciones de fósforo y nitrógeno en todos las campañas de monitoreo de 2013

“Es un problema a nivel del país”, dijo a El Observador Beatriz Brena, directora de Unidad de Calidad de Agua de la Intendencia de Montevideo (IMM) respecto a los niveles excesivos de fósforo y nitrógeno que se encontraron en todos los cursos de agua de la ciudad.
Ninguna de las estaciones del Arroyo Miguelete cumplió con la normativa vigente: el promedio de fósforo total fue de 1,86 miligramos por litro, es decir, 74 veces más que el valor máximo permitido (0,025 miligramos por litro); mientras que el promedio de nitrógeno total fue de 20,91: 11 veces por encima del límite (1,87 miligramos por litro). Las mejorías que se registraron en otros indicadores no se replicaron en los nutrientes. Las concentraciones medias fueron similares o levemente menores a las medias de los años 2011 y 2012. El valor máximo de nitrógeno total de los últimos tres años se alcanzó en 2013: 65,84 miligramos en la estación ubicada a la altura de camino Osvaldo Rodríguez. Esto representa una concentración 35 veces más de lo permitido.
Los valores obtenidos en el Pantanoso fueron mejores. La concentración promedio de fósforo total fue de 2,68 miligramos por litro; es decir, 107 veces por encima de la norma. La cifra es alta pero encendió “una luz de esperanza” como señaló Brena. En 2013 se apreció una disminución de los valores de fósforo prácticamente en toda la extensión del curso de agua.
Respecto al nitrógeno total, la concentración promedio fue de 24,32 miligramos por litro.
“En estos cursos de aguas tan afectados por coliformes fecales, es impensable que el nivel de nitrógeno y fósforo estuviera de otra manera”, explicó Brena. En comparación con otros indicadores, la acumulación de nutrientes es la más difícil de atacar.
En el Informe Anual 2013 del Programa de Monitoreo de Cuerpos de Agua de Montevideo se lee: “Todas las cuencas hidrográficas de Montevideo desembocan en el Río de la Plata o en el Río Santa Lucía, aportando altas cargas de nitrógeno y fósforo a dichos cuerpos de agua, favoreciendo las condiciones, junto a otros parámetros ambientales, para la aparición de floraciones de cianobacterias potencialmente tóxicas”.
Las campañas de muestreo no registraron floraciones de cianobacterias, pero sí colonias dispersas en la cuenca baja del Río Santa Lucía.

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