Gobierno busca elevar recaudación, aunque rige una nueva baja del IVA
para compras con débito
Con el arranque de 2017 el gobierno puso en marcha un nuevo conjunto de medidas, que persigue el objetivo de reducir el déficit fiscal y que tendrá impacto en las finanzas de las empresas y asalariados.
Uno de los cambios más sobresalientes pasa por el aumento de tasas en las franjas superiores del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social (IASS). Se trata de una de las modificaciones emblema del ajuste fiscal dispuesto en la última Rendición de Cuentas. El menú también incluye modificaciones tributarias para las empresas.
Con ello el gobierno se plantea elevar la recaudación en US$ 335 millones por la vía de modificaciones impositivas, y bajar erogaciones en US$ 135 millones mediante diferimiento de gastos y recortes en el sector público. La meta que persiguen las autoridades es mejorar el resultado fiscal en un punto del Producto Interno Bruto (PIB) para 2019, hasta 2,5% (hoy está en 3,5%). El éxito está condicionado a cómo evolucione la economía en el futuro. Hoy la duda gira en torno a si el ajuste resultará suficiente para demostrar que se mantienen las cuentas públicas bajo control o si será necesario aplicar medidas adicionales sobre la marcha.
Otro cambio de importancia son los ajustes vigentes desde este mes para las tarifas públicas, que tienen un incremento promedio de 8%. El tema abrió en las últimas semanas la discusión respecto a su magnitud. A nivel de gobierno, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, negó que los aumentos tengan afán recaudatorio y argumentó que están acompasados al comportamiento de la inflación (se estima que cerró el año en el eje de 8%). No piensan lo mismo en filas de la oposición política, donde se repite una y otra vez que se trata de un "tarifazo" para hacer caja.
Uno de los ejemplos manejados es el de las tarifas de UTE. Aunque los equipos técnicos entendían suficiente una suba de 5,5% para atender el incremento de sus costos (salarios, dólar, inflación y costo de abastecimiento de la demanda), terminó prevaleciendo la opinión del Ministerio de Economía. Así se adicionaron dos puntos porcentuales con el objetivo que el ente pueda cumplir con la meta de mejorar en unos US$ 40 millones adicionales el desempeño operativo en 2017.
Energía eléctrica, telefonía, combustibles y agua potable
Las tarifas de electricidad son desde este mes 7,5% más caras. Esa corrección aplica por igual para casi la totalidad de los clientes de UTE, sin ajustes diferenciales. La excepción son unos 80.000 hogares que pagan tarifa social y que no tendrán modificaciones.
En el caso de ANTEL las tarifas de telefonía y datos tienen una corrección al alza de 8% en promedio. Además, los servicios de OSE ajustan 8,2% con un adicional de 7,3% sobre el cargo fijo de agua, según la capacidad instalada medida a través del diámetro de conexión de cada cliente.
También suben 8% los precios de los combustibles que comercializa ANCAP. En este caso tampoco hay diferenciales como en otras oportunidades. Dentro de esa corrección se contempla un ajuste del Impuesto Específico Interno (Imesi) sobre los combustibles. Por cada litro de nafta Súper que un consumidor paga en el surtidor, el Imesi trepará de $ 18,99 a $ 20,51 (sube $ 1,52).
Modificaciones en franjas de IRPF e IASS
Los nuevos criterios de aportes por IRPF rigen para los salarios superiores a $ 50.100. La franja que va de esa cifra a $ 167.000 se divide en dos. Esas dos nuevas franjas, que antes pagaban una tasa unificada de 20%, pasan a pagar 24% (hasta $ 100.200) y 25% (hasta $ 167.000). La franja siguiente, que va de $ 167.000 a $ 250.500 pagará 27%; hasta el año pasado pagaba 22%. Para el tramo de ingresos entre $ 250.501 y $ 384.100 hay un aumento de seis puntos: de 25% a 31%. En tanto, la franja superior a $ 384.101 pagará 36%, cuando antes pagaba 30%. En todos los casos mencionados las deducciones pasan a ser calculadas a una tasa fija de 8%.
Para el impuesto a las jubilaciones se mantiene igual la tributación para las pasividades de entre $ 26.721 y $ 50.100. Los cambios se concentran en la franja que va entre $ 50.101 y $ 167.000, cuyo aporte se incrementa de 20% a 24%. Los ingresos que superan los $ 167.001 por mes aportarán 30% de IASS, cuando antes estaban gravados con el 25%.
Utilidades fictas de empresas y pérdidas fiscales
Las utilidades de las empresas que sean retenidas por más de tres ejercicios de antigüedad, que no se hayan distribuidas entre los accionistas o reinvertido, serán gravadas con una tasa adicional del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) de 7%, equiparando el tributo con el que pagan las utilidades repartidas. Este cambio estará vigente desde marzo.
Hasta ahora las ganancias pagaban esa tasa, pero cuando eran distribuidas entre los accionistas. Según datos de la Dirección General de Impositiva (DGI), 84,6% de las empresas no realizaron distribución formal de utilidades en los ejercicios 2008-2014, y por lo tanto no pagaron el adicional del IRAE por ese monto.
Se podrán deducir las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores acumuladas durante los últimos cinco períodos pero solo hasta el 50% del Resultado Fiscal Positivo, en lugar del 100% como se permitía anteriormente al momento de tributar IRAE.
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