domingo, 29 de noviembre de 2020

PERU

 

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En el camino de los levantamientos populares

A comienzos del mes, en un indisimulado golpe, el presidente Peruano Martin Vizcarra fue destituido y sustituido rápidamente por la figura de Merino. El golpe protagonizado por una alianza de partidos no hizo más que poner en el centro del descontento popular a un desprestigiado parlamento, así como a la variada gama de partidos atravesados por la corrupción, desde Fujimoristas a partidarios de Humala.

La  gran protagonista en las calles fue la combativa juventud Peruana que rechazo la maniobra y logro la caída, en pocos días, del presidente interino Merino. La brutal represión en las calles termino con la muerte de dos jóvenes estudiantes y termino precipitando la caída del usurpador y la asunción en pocos días de un  tercer presidente, haciendo recordar a la debacle post De la Rúa en Argentina.

La designación de Francisco Sagasti busco frenar el estallido social que tiene raíces más profundas que la reacción al golpe parlamentario, Perú vive una fuerte crisis económica acelerada por la pandemia. El PBI cayó en los primeros meses del año un 30%  y se han perdido millones de puestos de trabajo. La aparición del Covid 19 hizo colapsar el sistema sanitario y dejo en evidencia la falta de respuesta de las autoridades.

La lucha de la juventud contra la maniobra destituida no debe verse como un apoyo a Vizcarra, un elemento manchado por las denuncias de corrupción sino como reacción contra todo el régimen. Rápidamente la consigna central de las movilizaciones fue “ni Vizcarra ni Merino” mostrando el hartazgo generalizado hacia un régimen podrido atravesado por todo tipo de denuncias de corrupción que van desde Alan García a Fujimori y alcanzan a decenas de Partidos que vienen surgiendo vinculados a intereses empresariales.

Como viene sucediendo en los distintos levantamientos populares en América Latina, las movilizaciones superan rápidamente a la izquierda institucionalizada, los viejos aparatos centroizquierdistas que quedan al margen y se suman a las maniobras para dar una “salida ordenada” a las luchas. En Perú la centroizquierda del Frente Amplio y otros no tuvo mejor idea que la de sumarse al golpe parlamentario mientras la dirección burocrática de la CGTP vinculada al Partido Comunista y aliados hacia mutis por el foro.

La movilización popular toma como norte el tirar abajo la constitución Fujimorista, como en Chile con la Pinochetista, base de las políticas “neoliberales”  y privatizadoras. La necesidad de una Asamblea Constituyente aparece en los debates de las bases.

 

 

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