Recortes y pujas internas debilitan áreas
esenciales del Ministerio de Ambiente
La incertidumbre de los contratos del
personal técnico del área ambiental debido a limitaciones presupuestales y
diferencias políticas ponen en cuestión la función de la nueva cartera
Víctor L. Bacchetta (Para SUDESTADA)
El vencimiento el 31
de diciembre próximo de los contratos de 81 funcionarios técnicos en el novel
Ministerio de Ambiente desató una crisis semejante a la de junio último cuando vencieron
71 de esos mismos vínculos laborales. Las demoras en la renovación hizo que los
trabajadores afectados estuvieran más de dos meses sin cobrar su salario, pero
los inconvenientes trascienden los perjuicios laborales y económicos.
La revisión de contratos que antes eran
renovados casi automáticamente está alterada por las decisiones del nuevo
gobierno que, para enfrentar un elevado déficit fiscal y la presión tributaria,
redujo en 15% los gastos del Estado en 2020 en comparación con 2019. Las reducciones
presupuestales nunca son parejas y dan lugar a una lucha por prioridades que
tiene como trasfondo las políticas del área en cuestión.
Esas circunstancias se
acentúan al tratarse de un organismo donde, más allá del consenso legislativo
en su creación, existen diferentes enfoques sobre la manera de ejecutar sus
responsabilidades. Entre ellas se encuentran la preservación de los ecosistemas
y el control de las cianobacterias en las corrientes de agua, o las
autorizaciones ambientales de proyectos como la nueva planta de celulosa de UPM
y la disposición final de la basura.
Las condiciones de
creación del ministerio agudizaron las dificultades de gestión. En el inicio
del gobierno el área quedó a cargo de Cabildo Abierto, se previó que luego
sería asignada al Partido Nacional, pero la imprevista renuncia de Talvi a la
Cancillería lo hizo caer en el Partido Colorado. Mientras no sea sancionada la
Ley de Presupuesto, Cabildo Abierto siguió firmando resoluciones del nuevo
ministerio.
Con el colorado Adrián
Peña, de Ciudadanos, como ministro, el nacionalista Gerardo Amarilla, del
sector Todos, como subsecretario, y de subdirectores Eduardo Andrés, de Cabildo
Abierto, o Andrés Saizar, de la Lista 15, entre otros, el nuevo ministerio es
un 'Frankenstein político' cruzado por orientaciones y personalidades
disímiles, en donde los funcionarios no encuentran una dirección segura frente
a la cual plantear sus problemas.
En junio de este año,
la Dinama poseía 106 profesionales, administrativos y técnicos especializados en
distintas áreas de la temática ambiental con contratos a término. Todos habían
ingresado por llamado público, tenían una antigüedad media de cinco años, 10%
con antigüedad mayor de 10 años. El vínculo contractual es de Servicios
Personales, por lo que deben afiliarse a la Caja de Profesionales y al BPS.
De ese total existente
en junio, no fueron renovados 10 contratos correspondientes a cinco técnicos
del área de Información, Planificación y Calidad Ambiental, y cinco del área
Ecosistemas. Asimismo, en los nuevos contratos se incorporaron reducciones
horarias no voluntarias afectando del 20 al 50 por ciento del horario anterior
de ocho funcionarios, cinco del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).
Trabajar
sin cobrar
En su comparecencia
ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Senadores, el lunes
pasado, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, afirmó que
"ya hay una veintena de contratos renovados en la Dinama, más siete
que están en camino" y agregó que más del 90% de los contratos
van a ser renovados a fines de diciembre. Sin embargo, los funcionarios no
tienen noticias de tales renovaciones.En los últimos días, una delegación de
funcionarios reclamó al titular de la Dirección Nacional de Medio Ambiente
(Dinama), Eduardo Andrés, iniciar la renovación de los contratos que están por
vencer en un mes. El trámite de renovación tiene una demora de dos a tres meses
donde estos funcionarios, además de verse obligados a trabajar sin cobrar,
deben seguir cumpliendo los aportes profesionales y al BPS.
"El clima de incertidumbre provocó la renuncia de trabajadores en
áreas claves para la Dinama, lo que sumado a los contratos que no fueron
renovados en junio, debilita las capacidades de algunas áreas, sobre todo de
personal con presencia en el territorio, como el SNAP y del Departamento de
Gestión Costero Marino", declaró a Sudestada la
socióloga Soledad Ávila, en representación de los funcionarios contratados.
Obviamente, la
desarticulación de los equipos técnicos implica pérdida de capacidades
adquiridas en varios años, muy difíciles de compensar en el corto plazo. La
paradoja de haber creado un Ministerio de Ambiente con el fin de fortalecer la
política ambiental y -en cambio- estar debilitándolo, no es un resultado casual
sino el producto de diferentes enfoques sobre el rol que este organismo debería
desempeñar en esta coyuntura.
La inestabilidad de la
situación de los funcionarios llegó al extremo de que se realizó un concurso
para un contrato de seis meses y, luego de adjudicado, se plantea reducirlo a
tres. En el nuevo ministerio, los funcionarios comenzaron a formar el sindicato
correspondiente, con la diferencia de que ahora buscarán reunir a los
funcionarios presupuestados y contratados en la misma organización.
La polémica por los tributos ambientales y las bolsas
plásticas
Plantearán iniciativas legislativas locales contra el
paso del tren de UPM
UPM confirmó construcción de segunda planta pero dejó
dudas ambientales
El nuevo Ministerio de Ambiente y los cambios en el
sistema de las áreas protegidas
No hay comentarios:
Publicar un comentario