viernes, 23 de agosto de 2013

LA VERDADERA SITUACIÓN DE LA ESCUELA PUBLICA


El diario El País entrevisto al dirigente de la FUM ( maestros) Macedo quien es docente en la Escuela 167 de la Unión ,una escuela que cuenta con un alto índice de repetición .Vale la pena reproducir algunas partes de la nota ,que rebela la situación que enfrentan día a día los maestros.

"La escuela 167 está a cinco cuadras de Avenida Italia y siete de 8 de Octubre. Es un barrio obrero pero la clase media sacó a sus hijos de la escuela. Esto es parte de un deterioro progresivo de la educación pública que se vive desde 1973. Los niños que vienen a la escuela tienen situaciones muy complejas. La mayoría carece de cuestiones básicas como agua caliente en sus casas o la alimentación necesaria. Está bravo para un niño no cenar, pasar frío, tener parásitos y venir a aprender, no es changa", dijo.
En momentos de conflicto con el gobierno por mayores salarios, Macedo reivindica el papel de los maestros en las zonas de contexto crítico.
"En el aula yo no me doy cuenta de que exista un impacto de las políticas sociales. Y no digo que con esto la culpa de la situación la tenga el Mides. Digo que hay una preocupación por mostrar las grandes cifras, el pasaje de la indigencia a la pobreza, pero nada más. Ese es el logro de las políticas asistencialistas, pero por ahí quedan", dijo.
Reclamó que las autoridades responsables de las políticas sociales lleguen hasta las escuelas para coordinar. "Todo queda librado a la voluntad que tenga la Dirección de la escuela para conectarse con el barrio, lo cual se hace y en muchos casos muy bien, con el desarrollo de redes y el involucramiento de los padres. Pero faltan políticas de largo plazo y con todos. Se hizo bien con el Plan Bucal de Presidencia, pero nada más. Todos los otros esfuerzo se hacen sin coordinar, se gasta dinero y todo cae en saco roto", afirmó.
Y acotó: "en las zonas rojas los médicos y el transporte ya no entran, a los policías les cuesta cada vez más hacerlo y, sin embargo, el maestro, con su túnica blanca, va y viene todos los días. Y lo respetan porque quienes allí viven saben que la educación es su última oportunidad para dejar ese lugar. Los maestros son el último eslabón con los pobres y están solos. Siempre estamos solos. Cada uno tironea para su lado y le echa la culpa al otro", opinó.
Dijo que la escuela es el primer contacto del Estado con la gente y por ello es también la primera en recibir las descargas de los marginados. "Nadie va al despacho de un ministro ni a la comisaría a descargar sus frustraciones con la sociedad. Lo hacen en la escuela, la rompen o insultan o le pegan al maestro. Pero a nivel político se le pega y se usa a la escuela pública porque es el lugar donde resulta más fácil cosechar réditos", dijo.
Macedo consideró que es necesario que esas personas tengan "verdaderas oportunidades para salir" más allá de las políticas asistencialistas.
"Cuando esta situación se reproduce durante tanto tiempo resulta muy difícil revertirla. Pero hay que empezar porque de lo contrario en 2050 nuestra sociedad va a padecer muchísimo. No hay que ir muy lejos para ver lo que nos espera, alcanza con ir a Centroamérica", sostuvo.

Macedo contó que hace unos años se integró a la escuela donde dictaba clases una maestra que siempre había trabajado en colegios privados. Lo primero que le llamó la atención fue la estatura de los niños y comentó que los del privado eran "muy grandes" para la edad. Macedo respondió: "no son grandes, son normales y estos son muy chicos". El docente destaca así que los problemas de alimentación siguen siendo una constante en las zonas de contexto crítico e inciden decididamente en el rendimiento del niño. También advirtió sobre el alto porcentaje de parásitos que presentan los niños, lo cual los condiciona desde todo punto de vista. La Intendencia de Montevideo detectó que en las escuelas el 65% de los niños tiene parásitos, y en algunos casos se llega al 80%.
"Es un dato espantoso. El que no los tiene no puede imaginarse lo que eso implica. Hay que embarrarse un poco y se verá que la cosa está muy difícil", indicó.

La escuela 167 donde se desempeña Macedo es de tiempo completo. El docente afirma que el hecho de ofrecer desayuno, almuerzo y merienda incide y mucho en la decisión de los padres para enviar a sus hijos a la escuela. "Es un componente muy importante porque estamos hablando niños que viven en zonas de contexto socioeconómico muy bajo", indicó.
No obstante, no considera que la extensión de las escuelas de tiempo completo sea la solución a todos los problemas.
"Más que tiempo necesitamos calidad. Yo soy de la idea de que los maestros deben trabajar seis horas, cuatro con el niño y dos planificando y estando en contacto con el barrio y las familias de los niños. Por su parte, los niños deben dedicar esas dos horas que no están con los maestros para participar de talleres en los que puedan desarrollar su imaginación, su veta artística, etc.", explicó.
Macedo explicó que en una escuela de tiempo completo donde los docentes cumplen ocho horas queda muy poco tiempo para establecer redes con el barrio y trabajar con los padres de los alumnos, algo que consideró indispensable y que depende en gran medida de la actitud que tenga el cuerpo docente.
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