CONCIENCIA E INDIFERENCIA: CONFLICTO DE NUESTRO PRESENTE
La gravedad del momento actual
Luis E. Sabini Fernández https://revistafuturos.noblogs.org
De un tiempo a esta parte las relaciones políticas en general, en el mundo entero, han entrado en un cono de sombra si reparamos en los riesgos de violencia, en dureza de tratamientos, en geopolíticas de poder.
No es nada nuevo. Ha existido siempre, pero se han ido acentuando, presentando como hoy las experimentamos, al punto tal que comparar estas relaciones actuales con las de las décadas del ’60 del siglo pasado, por ejemplo, y hasta con las de la primera década de este siglo, cuando ya se había decretado que ante “el terrorismo internacional” cabía esperar casi cualquier cosa (todavía ni sabíamos la naturaleza del invocado terrorismo y menos aún su origen como organizaciones de bandera falsa, como DAESH o ISIS).1 En resumen, estamos pasando por una coyuntura inusualmente grave, casi sin precedentes desde la última conflagración mundial o mundializada (1939-1945).
Esa coyuntura se procesa entre factores físicos, materiales a tener en cuenta, por ejemplo, el desgaste planetario con veranos cada vez más intensos, tormentas más frecuentes ocasionadas por la elevación de la temperatura de los mares (y la consiguiente elevación de sus niveles), inundaciones (que siempre hubo pero ahora también más frecuentes y/o intensas), incendios, maremotos, que expresan las alteraciones de Gaia que entendemos tienen su origen en la acción humana que poco a poco ha ido incidiendo cada vez más decisivamente en la (única) biosfera que habitamos. La observación del Nobel de Química Frederick Soddy,2 hace un siglo, es más pertinente que nunca: ‘la humanidad [o los ricos de entre ella] están gastando en décadas, a lo sumo un par de siglos, lo que la Tierra acumuló mediante sucesivas extinciones masivas (bosques, dinosaurios), como energía potencial, durante millones de años.’
Pero si lo natural es tan maltratado por nuestra sociedad contemporánea, ¿qué decir del tratamiento político en su sentido más estrecho, en el orden de las decisiones humanas, que atañen nuestra convivencia?
La “guerra global contra el terrorismo” es una de tales decisiones. Asumida por los estados, mejor dicho por los estratos influyentes en dichas constelaciones nacionales, que se sienten protagonistas de su propio destino, y sobre todo del ajeno. Es una política que devino protagónica con el nuevo siglo, disparada con un equívoco acontecimiento: derrumbe al parecer por implosión de las torres gemelas del WTC en Nueva York que –al revés de los cinco ácidos fuertes que todos saben que son cuatro; el nítrico, el clorhídrico y el sulfúrico– son tres.3
De allí en adelante, al parecer, el peso de los servicios secretos (cuyo origen nacional se pierde en penumbras, puesto que se trata de servicios ocultos a la luz de la política) pasa a ser decisivo. Y la nebulosa que mediáticamente nos impide ver, permite en sociedades tan surcadas de tantos canales informáticos, que podamos igualmente entrever huellas y líneas maestras.
Por ejemplo, ya sabemos qué postula “el orden internacional basado en reglas” que tanto invoca Donald Trump como invocaba Joe Biden y otros personeros y “representantes” del llamado Primer Mundo; de Inglaterra, Francia, Alemania, Israel.
Esas reglas configuran nuestra modernidad. Las reglas son clarísimas, como las ilustró el senador israelo-estadounidense Sydney Graham,4 invocando las presuntas regulaciones del “orden internacional liberal”. Pero esas invocaciones, como desnuda Graham, son válidas exclusivamente para liberales, enriquecidos, genocidas instalados desde la comodidad.
Siempre es igual, sigue siendo igual. Cuando el muy constitucional gobierno argentino del presidente Bartolomé Mitre, a fines del siglo xix, y la montonera acaudillada por Felipe Varela, inician tratativas de paz, en la Mesopotamia argentina, los caudillos bárbaros proceden a iniciar el intercambio de prisioneros y los representantes de la civilidad democrática miran sorprendidos. ¿Canje? No tenían prisioneros. El gobierno de Buenos Aires había matado a todos los sublevados aprisionados. La lucha era, como sostenía un doctor de la ciudad entre civilización y barbarie. Pero, ¿quiénes eran los bárbaros?
¿Y cuando los hereros en el sur africano reaccionan ante la invasión alemana, a comienzos del s xx desistiendo de acatar las órdenes de los recién llegados? El ejército teutón los mata a todos, hombres, mujeres, niños, cumplimentando así lo que los historiadores denominan “el primer genocidio del siglo XX”.
El civilizador rey belga, Leopoldo II, con fama de filántropo dentro de Europa y de luchador contra los traficantes de esclavos, lleva a cabo su “tarea civilizadora” en África a fines del s xix y hasta avanzado el s xx. No lo mueve “ningún egoísmo”,5 confiesa, y por lo tanto la estimación de asesinados en la población congoleña, en millones (¿5, 10, 20?), habría que atribuirlo a codicia, abuso, desprecio. Y algo más. Porque los correctivos del rey Leopoldo no empezaban con la muerte del desdichado invadido, sino a través de un régimen acumulativo de “faltas” para quienes no cubrían las cotas de producción exigidas por los recién llegados; mutilación de una mano por vez, de un pie. Había quienes se quedaban primero con una mutilación. Pero la “falta de rendimiento” seguramente se agudizaba, y las “faltas” atraían nuevas mutilaciones y los empresarios/conquistadores/policías/catequistas podían seguir su tarea “civilizadora”. A los europeos, entonces, no los movía egoísmo alguno. ¿Codicia, abuso, desprecio? Tanto empeño civilizatorio es propiamente, terror.
Se va viendo el inaudito precio de la expansión capitalista y empresaria. Un precio que recayó con más saña sobre originarios, sobre “marrones” y “negros”. Entremezclando la búsqueda de ganancias con nociones de belleza (racista).
El primer emprendimiento independentista del sur y centro americano fue en Haití. Toussaint Louverture, su primer presidente, fue capturado por el poder colonial y murió en prisión en
Francia, en 1803. Sus pasos será seguidos por Héctor Miranda, Simón Bolívar, José Artigas, José de San Martín, Bernardo O’Higgins. El poder colonial en Haití no era monárquico; fueron los generales bonapartistas quienes no perdonaron la rebelión. El Tío Sam después, tampoco.
“Derrotar el mal.” Otra de las consignas que constituye un norte político y moral de las élites empeñadas en rehacer el mundo a su imagen, por más que postulen el más abarcativo universalismo: sustituir la política por la moral no nos acerca el inexistente cielo sino al infierno. En particular, acerca al infierno a las sociedades colonizadas.
Gaza y toda Palestina pertenecen a una de las últimas “adquisiciones“ blancas que caracterizaron al colonialismo e imperialismo moderno. ONU iba a ser el nuevo ministerio de colonias, pero con un cambio sustantivo respecto del colonialismo hasta entonces oficial o aceptado. Las colonias no iban a “lucir” las banderas de las metrópolis que se adueñaban de ellas; iban a lucir sus propias banderas; la “prueba” de que eran independientes.
El presente nos otorga un ejemplo “en vivo y en directo” de los planes de los poderosos, que por los desarrollos técnicos, computacionales y mediáticos, podemos observar, percibir a través de celulares y pantallas, en nuestros corazones. Atrocidades que han caracterizado a la humanidad en tantos y tantos episodios (aunque sepamos que existen muchísimos otros en que no se presentan dichas atrocidades). En la Franja de Gaza, una población dominante, con mayores y mejores recursos que la allí asentada, fue aplicando una política de torniquete a la sociedad local. Desde hace décadas, muchas décadas.
Un escalón decisivo en la “bajada a los infiernos” sobrevino en 2006 cuando los gazatíes votaron mal. Como diría un eurooccidental cabal: ‘les enseñamos cómo es la democracia, les pusimos una opción política para que elijan representantes democráticos y terminan votando por una organización política que no nos acepta ni reconoce: ¡no aprendieron nada! Tuvimos que anularles la votación y encarcelar a tantos candidatos elegidos como pudimos.
El corolario de las elecciones limpias de 2006, no fue para quienes diseñaron y continúan el proyecto sionista, aceptar el resultado electoral de la voluntad mayoritaria, sino aprender a no hacer votaciones cuando uno no está totalmente seguro el resultado: una forma elegante de preservar la instancia democrática.
Al rechazar Israel el rechazo gazatí a la ocupación votando a Hamás, la cúpula sionista dispuso del destino de Gaza por otra vía: la franja fue sitiada por completo (obteniendo el permiso del maltrecho pero dictatorial Egipto para encerrar el único borde del territorio que no linda con Israel).
Para completar el encierro inutilizaron el puerto y derribaron las instalaciones del aeropuerto y generaron así un bolsón conectado con “el resto del mundo” únicamente por los pasos israelíes: se saboteó la tierra de cultivo por diversos métodos; poniendo bajo fuego tierras consideradas peligrosas para la seguridad de Israel (cerca o no tan cerca de la frontera) y contaminando otras, echando detritus desde territorio israelí aprovechando la bajada del terreno hacia el mar; se cortaron todos los suministros liquidando así gradualmente toda producción artesanal o industrial que se generaba en la Franja.
Respecto de una fuente nutricia tradicional de los habitantes de la Franja, la pesca, que significa tanto aporte proteico, se prohibió a pescadores ejercer su actividad, su oficio ancestral, tolerando únicamente la pesca en la costa. Aventurarse apenas mar adentro se pagaba con balaceras y a veces con pescadores así asesinados.
Inutilizaron las instalaciones sanitarias o depuradoras que había en la Franja y junto con la crisis de agua potable, encarecieron brutalmente su suministro estableciendo que Mekorot, la entidad reguladora del agua potable para el Estado de Israel y monopolizadora de toda el agua regional, cobrara el agua a palestinos mucho más que a israelíes. No por razones mercantiles,
sino estrictamente políticas. obviamente, de torniquete. Se prohibió todo depósito de agua (defensa ancestral de toda población), dañando tanques o albercas.
Los alimentos, en suma, pasaron a estar bajo completo control israelí. ¡En Franja de Gaza, uno de los territorios con más antigüedad agrícola del mundo entero! Gaza fue convertida en una cárcel con carceleros soberbios, crueles que se consideraban “los mejores”.
El deterioro alimentario se hizo sentir cada vez más desde entonces. Y el ahogo generalizado también.
Desde el 7 octubre 2023 el torniquete dio varias vueltas.
Se expulsa a UNRWA, la red de asistencia de ONU para atender, atemperar, disimular, la apropiación israelí de Palestina, mediante la asistencia a los despojados pobladores.
En sí, semejante expulsión funciona como una declaración de la intención genocida por parte del organismo expulsor; el Estado de Israel. Porque UNRWA brindaba asistencia a palestinos “a la intemperie” en 400 puestos de contacto y atención.
UNRWA proviene de ONU, la organización con la cual EE.UU. aspiró a dirigir el mundo entero tras la Segunda Guerra Mundial.
Las soberanías nacionales se revelaron más tenaces de lo que “los nuevos amos” imaginaron, y el experimento soviético introdujo en la palestra internacional otra “superpotencia”, con lo cual el proyecto “mundial” de EE.UU. entró en hibernación (hasta que renacieron las esperanzas al unicato mundial con el colapso soviético de 1991).
El “efecto UNRWA” tuvo diversos resultados y proyecciones: la acción de la ONU reconoce a Palestina como “estado legítimo” (algo que al menos en teoría ONU ya había propiciado, pero que en los hechos abandona en 1947, ante la fuerza militar de Israel ocupando tierra). Al mismo tiempo, el personal de UNRWA, quienes realizan tareas en el terreno, son en su mayoría palestinos y conocen bien “las cosas que pasan cada día”; el hambre, el miedo, el terror, las privaciones, conocen a niños aterrorizados, a jóvenes indignados, a madres sufrientes… y es intensa una corriente de simpatía y solidaridad para con los desplazados.
A mediados de este año, desde la UNRWA ven la realidad al desnudo: “Las personas en Gaza no están vivas ni muertas, son cadáveres andantes.” 6 Décadas de degradación programada
EL LENGUAJE DEL PODER DEL OCCIDENTE ATLÁNTICO
El analista Glenn Diesen, noruego, nos ayuda a entender el poder de los que se declaran ajenos al poder, predican ser consustancialmente democráticos y a lo sumo asumen un intervencionismo humanitario. Diesen rememora la noción orweliana de neolengua: la creación de un nuevo lenguaje que hace imposible expresar e incluso pensar algo en contra. La «diplomacia de la cañonera» es ahora «libertad de navegación»; no perseguimos el dominio ni imponemos nuestros dictados, apenas negociamos desde una «posición de fuerza»; no apoyamos la tortura, pero tenemos «técnicas de interrogatorio avanzadas»; no hacemos subversión, hacemos «promoción de la democracia»; no apoyamos golpes de estado, apoyamos «revoluciones democráticas»; no invadimos países, sino que llevamos a cabo «intervenciones humanitarias»; no ampliamos un bloque militar dentro de Europa, sino que ayudamos a la «integración europea».7
La concreción de tales pulimentos la sintetiza Achamr Akhad: “Occidente ha matado más de 5 millones de seres humanos en el Cercano Oriente desde 2003 e invocan que Irán es una amenaza para la paz. Esta contradicción puede perdurar, incluso innominada porque el mundo no ve los 5 millones de humanos asesinados en el Cercano Oriente como seres humanos.”8
Porque, como sostiene Ron Unz, él mismo judío y norteamericano: “[...] el sionismo internacional, que ahora domina fuertemente el sistema político estadounidense y, a través de él, gran parte del mundo" 9 cuenta con la impunidad que otorga la ”protección” cultural de EE.UU. y la cohorte satélite de la UE, y sobre todo, el dominio a que alude Unz.
Y advierte que: “gran parte de la legitimidad política actual del gobierno estadounidense y de sus diversos estados vasallos europeos se basa en una narrativa histórica particular de la Segunda Guerra Mundial, y cuestionar esa narrativa podría tener consecuencias políticas nefastas.”
Esas consecuencias son las que han pagado, con tiempo, miedo, dinero y cárcel, diversos historiadores y testimonios de la historia devenida oficial, como ha acontecido con los dictámenes del IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance, Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto): David Irving, Gyorgi Nagy, Ursula Haverbeck, entre otros.
Unz repasa los mecanismos mentales de fijación al nazismo: “Tras los atentados del 11-S, los neoconservadores judíos llevaron a EE.UU. a la desastrosa guerra de Irak y la consiguiente destrucción de Oriente Medio, mientras los comentaristas de nuestros televisores afirmaban sin cesar que ‘Saddam Hussein es otro Hitler’. Desde entonces, hemos escuchado con frecuencia el mismo eslogan, con diversas versiones modificadas, diciendo que ‘Muamar el Gadafi es otro Hitler’, ‘Mahmud Ahmadineyad es otro Hitler’, ‘Vladimir Putin es otro Hitler’ o incluso ‘Hugo Chávez es otro Hitler’” y concluye sus incursiones en historia con que lo “sorprendió bastante descubrir gradualmente que Adolf Hitler no era Adolf Hitler.” En resumen: la historia oficial está muy lejos, de la verdad, y su relación resulta más bien del tipo que define otro historiador, también judío –Norman Finkelstein– en su investigación La industria del Holocausto: que el holocausto tiene una vinculación con la realidad, aunque lejana.
El dominio mediático que alude Unz es el que le permite a Israel estar, otra vez –con las palabras del ya citado afroamericano Akhad– “matando de hambre intencionalmente a los palestinos de Gaza desde el 8 de octubre [2023]”.
No es falta de información, ciertamente: “[...] La hambruna, la fase más crítica de la inseguridad alimentaria, es 'inminente'.”10 Es una decisión político-ideológica. Todos sabemos que cuando “se declara una hambruna es demasiado tarde para mucha gente”, sostuvo Jens Laerke, recordando que en Gaza, hay medio millón de personas que en la práctica ya la sufren, no hay un flujo comercial [ni no comercial] de alimentos, los camiones con ayuda humanitaria entran a cuentagotas y tienen muchas dificultades para circular una vez dentro." 11
Esto tiene una razón política: Israel expulsó toda la red UNRWA del territorio gazatí y la “reemplazó” por otra israeloestadounidense, la Fundación Humanitaria [sic] de Gaza (GHF) que estableció cuatro puestos de atención a las necesidades alimentarias, higiénicas.
La mera enumeración de su cantidad, 4, para una población de unos 2 millones de seres humanos en un territorio de 6 o 10 km. de ancho por casi 50 km de longitud revela claramente la voluntad de maltrato en grado superlativo: a población sin agua, sin alimentos, sin
protección, sin abrigo se la impele a largas caminatas para procurarse vituallas. Los puestos de atención parecen diseñados para fieras en exhibición, con largos pasillos enrejados y estrechos por donde los mendicantes tienen que arrastrar sus pies para recibir… no sabemos qué, porque demasiado a menudo los soldados israelíes, supremacistas buena parte de ellos, disparan contra los enrejados, habiéndose producido hasta ahora decenas de incidentes, trampas mortales procurando un mendrugo o una bolsa de harina.12
El diseño de la GHF es en sí una expresión de supremacismo, racismo, lenguaje doble y mendacidad. Revela el desprecio del engendro sionista hacia los moradores expulsados de su tierra. Una alegoría monstruosa del cuco.
Los guarismos de muertes en la población gazatí se presentan siempre a la baja. Se invocan números emitidos por autoridades locales palestinas, gazatíes, cuando toda la estructura social de la Franja de Gaza se derrumbaba. Esos números no revelaban todo el horror: la muerte incluso del personal que hacía los relevamientos.
Hubo semanas en que ese guarismo rondaba, estacionario, en los 30 mil muertos, mientras los derrumbes, mediante artillería y las incursiones militares arreciaban a diario (y el hambre iba diezmando cuerpos, familias enteras, niños, ancianos, hospitalizados, inmovilizados.
VUELTA DE TUERCA: HACER DEL VICIO VIRTUD
La prensa atlántica se ha aferrado a la violencia –innegable, insoslayable– desatada el 7 de octubre 2023. “Puñalada trapera”, dicen los kibutzianos más progresistas, refiriendo que hasta tareas de peón le ofrecían a los hambreados gazatíes en los cultivos (otrora) colectivistas del kibutz, kibutzim que se diseñaran para abolir el trabajo asalariado y sus miserias… aunque tal vez, ahora por piedad, se dignaban ofrecer esas changas a sus empobrecidos vecinos.
Con comidas de primer mundo, con locomoción de último modelo, los kibutzianos no alcanzaban a ver el fondo del abismo a que Israel y su proyecto sionista arrojara a los palestinos, otrora los habitantes indiscutidos de esas tierras (aunque ni siquiera fueran sus dueños soberanos, porque las sociedades árabes no eran precisamente igualitarias).
Un periodista italiano sin velos ideológicos se sintió fuertemente shockeado cuando visitó la Franja de Gaza, con colonos israelíes allí instalados (es decir, antes de 2005). Vio niños palestinos, de corta edad, sedientos en verano y allí, a 200, 300 mts. en los terrenos que habían ocupado los colonizadores israelíes vio cultivos generosamente regados y autos lavados dispendiosamente con agua. Se le dañó el alma y como buen periodista, lo transmitió.13 Tal vez sin saberlo, estaba presenciando los prolegómenos de un experimento en abyección que iba a derivar, más o menos inevitablemente en genocidio.
Porque TODO era así: los alimentos que llegan en camiones demorados al sol, los dolientes y parturientas que debían esperar en los checkpoints para recibir la autorización de paso a un hospital, por ejemplo; el abuso de soldaditos casi imberbes que fueron forjando su displicencia, su desprecio, su sentimiento de superioridad, ejerciendo a diario esas pequeñas, miserables muestras de poder en las calles y hogares palestinos con la inerme población ocupada. Por cada mil jóvenes soldados que pasaban por esas experiencias uno se rebelaba y aparecieron así los refuseñik, los Anarquistas contra el Muro, un joven con estatura moral, como Gilad Atzmon (que cuando vio, como conscripto, las dimensiones de las celdas para palestinos, que él
confundiera con casillas para perros) renunció… al ejército, al país, a la condición de judío. Porque vio las celdas deformes y la sonrisa cruel y sobradora de “los suyos”.
El mundo atlántico, el de los que mandan y gozan en EE.UU, Reino Unido, Francia, Alemania, sigue ofendido por “el ajuste de cuentas” propinado por un copamiento de Hamás al cuartel regional en Gaza del Ejército de Defensa (sic) de Israel. Pero ha dicho poco y nada por todos los “ajustes de cuentas”, de años, décadas, que se han permitido hacer los israelíes sobre los despojados pobladores de Gaza en particular y Palestina en general.
Un copamiento, del que falta aún saber lo decisivo, lo llevó a cabo Hamás y ajustició no se sabe a cuántos militares.14 Pero todavía no sabemos por qué Israel y su mando supremo tardó casi 7 horas en reaccionar: no estamos en Siberia o en Canadá con miles de km de distancia entre poblados; estamos en el país con vehículos veloces y flamantes con distancias entre centros poblados de pocos km. (el país en todo su largo no llega a 500 km).
Así y todo, en el Reino Unido tras el golpe guerrillero del 7 octubre han advertido que ondear la bandera palestina es delito.15 ¡Ya deberíamos saber que las libertades democráticas son para demócratas!
La hambruna y las matanzas sobrevinientes –como balear en la cabeza a infantes palestinos– ha ido dificultando la campaña antipalestina que se iniciara con tanto “vigor”, pero la ferocidad inicial contra el trastorno del “orden de las cosas”, al decir de Biden, Blinken, Shaked, Gvir, Herzog, Netanyahu y sus repetidoras, fue nítida. Los editores del medio que acabamos de citar aclaran: “(c) 2023 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.” La libertad entonces es libre, pero si está sujeta, es mejor.
No vi ninguna democracia prohibiendo las camisetas patrocinando matar madre palestina y bebe con una sola bala.
Y el apoyo “atlántico” sigue en pie, con un nuevo servidor, o sirviente: Donald Trump.
Aun así, pocas veces un poder se desnuda como estamos presenciando en Gaza.
¿De dónde proviene tanta impudicia? Me inclino a pensar que el “cachetazo” propinado por Hamás, por lo inesperado, por lo inhabitual, por lo único, desencadenó una reacción fuera de control. Si hasta entonces, como el gato maula, se había jugado con la proporción de muertes cien o más a uno (‘ni cien palestinos valen lo que un israelí’), el 7 de octubre rehízo “cuentas”y para mantener “la superioridad”, habría que zambullirse en monstruosidades, cálculos de sangre, daño y horror… lo que termina siendo un genocidio.□
1 Esto último, significa, históricamente que, con mirada ingenua, un atentado firmado por árabes tenía como autor árabes, que un atentado llevado a cabo con rúbricas religiosas, estaba llevado a cabo por religiosos: los atentados de falsa bandera, ocultan su origen y “cantan errado”
2 Soddy además, probando ser un pensador complejo, nada que ver con un especialista, sostenía que la economía volcada crecientemente a las finanzas olvidaba el sentido propio de la economía, de estimar los costos, los gastos, las reposiciones de nuestras estructuras materiales, y derivaba hacia conceptos crecientemente abstractos, por no decir imaginarios.
3 Las Torres Gemelas, de 110 pisos de altura cada una, y una tercera (identificada como ·Edificio 7 dentro del complejo edilicio de ese centro), de enorme planta y 47 pisos de altura que se desplomó sobre sí mismo… sin choque aéreo mediante. Se adujo que los escombros de una o de las dos torres habrían sido decisivas para su derribo. Todo fue filmado en vivo y mi impresión al menos fue que se trató de una implosión. Como si el edificio hubiera estado “preparado”. Y en tal caso, como si la “puesta en escena” de tamaño acontecimiento hubiese perdido sincronización, y el Edificio 7 (depósito sin humanos) hubiese entrado en escena antes de tiempo. Pero esto es sólo una impresión, visual. Carezco de datos para entender la secuencia de horror y daño.
4 Véase mi nota “La decisión judeosionista de exterminio de la sociedad palestina”, 14 julio 2025, https://revistafuturos.noblogs.org.
5 “Leopold II et la Conférence Geographique de Bruxelles (1876), en Hochschild, Adam, El fantasma del rey Leopoldo, Malpaso ed., Barcelona, 1998.
6 https://news.un.org/es/news? 2025 07 24.
7 https://infoposta.com.ar/notas/14205/fundamentalismo-ideol%C3%83%C2%B3gico-en-la-pol%C3%83%C2%ADtica-internacional/
8 https://x.com/BlackIntifada.
9 https://www.unz.com/runz/more-falsehoods-of-world-war-ii/
10 https://elpais.com/planeta-futuro/2024-03-10/la-inminente-hambruna-en-gaza-como-hemos-llegado-aqui.html
11 https://news.un.org/es/story/2024/03/1528032.
12 Con una bolsa al hombro, 25 o 40 kilos, ¿cuánta distancia habrá de recorrer el portador para llegar a un sitio y con un mínimo de agua y algunos cacharros, elaborar algo para sus hijos, sus padres, sus hermanos lisiados?
13 Genaro Carotenuto.
14 Los números oficiales de Israel no son confiables. Porque mienten, siempre o casi siempre, mienten.
15 https://www.europapress.es/internacional/noticia-reino-unido-advierte-ondear-bandera-palestina-puede-ser-considerado-delito-orden-publico-20231010213944.html.
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