QUÉ PLANTEA LA LUC EN MATERIA DE "SEGURIDAD"
El
sistema represivo y punitivo es utilizado en la mayoría de los países
del mundo, y Uruguay no es la excepción. En nuestro país, estas medidas
han sido sostenidas en el
tiempo y reforzadas gobierno, tras gobierno. Bajo la excusa
de solucionar los problemas
de seguridad y mantener el orden y la tranquilidad en el territorio, los estados ponen,
cada vez más, todos sus
recursos y sus cuerpos militares y
policiales en las calles para tener un control social total sobre las personas que los habitan.
Está
demostrado que Iejos están estas medidas de cumplir con los supuestos
objetivos. Este sistema solo refuerza mecanismos perversos como la criminalización de la pobreza,
habilitado y legitimando el gatillo fácil por parte de los fuerzas
policiales. Impone el
aumento sistemático de penas, a
pesar de que no solucionan el problema de la reinserción de las personas privadas
de libertad. Aumenta
la persecución y la
criminalización de la protesta, profundizando
de esta forma el control
de nuestras luchas y
el recorte de nuestras libertades.
Profundiza
el modelo represivo
Uruguay
cuenta con más de 1100 personas recluidas en sus cárceles, siendo una de las
tasas más altas de personas privadas de libertad per cápita en Latinoamérica.
La superpoblación y el hacinamiento llevan al aumento en los índices de
reincidencia delictiva. Las políticas que
el estado aplica no velan por la reinserción de las personas en la sociedad y
los gobiernos tienden a ver la reclusión de las personas como un castigo y como
un negocio, como es el caso de las cárceles de participación público privada. La LUC profundiza aún más los aspectos
punitivos con el aumento de penas y la creación de nuevos delitos: aumenta
penas, elimina libertades y crear nuevos delitos o agravantes a delitos
preexistentes.
Nuevamente
se plantea un aumento de las penas a adolescentes y amplía la permanencia de
antecedentes penales. Al mismo tiempo
limita las alternativas a la prisión, generando la profundización del
hacinamiento y las condiciones inhumanas de las cárceles.
Aumenta
la criminalización de la pobreza
Con
la LUC se profundiza la criminalización de la pobreza, no solo producto del
aumento de penas, sino también por una serie de artículos que refuerzan el
poder de los cuerpos militarizados. Esto les dará aún más impunidad y
legitimidad para la violencia policial, que como siempre vulnera
principalmente, en las calles y en los barrios, a la gente más pobre.
Se
amplía el marco de la legítima defensa, esto da un marco de impunidad mayor
para el gatillo fácil y la violencia policial. Se presume que el accionar
policial siempre es en cumplimiento de la Constitución, las Leyes y la
normativa, salvo prueba contraria. Esto facilitará que los policías en los
casos de gatillo fácil queden impunes.
Crea
la figura de apariencia delictiva y deja a criterio del personal policial
cuáles son las actitudes y las apariencias sospechosas, lo que generará aun más
discriminación y represión a ciertas personas.
Se
amplían las causas para el uso de la fuerza y de armas de fuego, así también se
prevé que se puede omitir la identificación y advertencia por parte del
personal policial antes de detener o disparar a una persona.
En
la LUC se prevé una mayor autonomía para el accionar policial, lo que vulnera
muchos de los derechos adquiridos por las personas. La policía tendrá autonomía
para hacer interrogatorios dentro de las comisarías sin presencia de
autoridades judiciales ni defensa de la persona detenida. Se extiende el tiempo
para comunicar las detenciones y procedimientos a la fiscalía, se pasa de dos a
4 horas. Aquellas personas que sean testigos de hechos "delictivos"
podrán permanecer hasta 24hs en dependencias policiales.
Aumenta
la criminalización de la protesta
En
esta Ley también se pueden ver artículos que apuntan a un aumento de los
mecanismos por parte del estado para la criminalización de la protesta,
controlando aún más nuestras luchas, adquiriendo nuevas garantías legales para
seguir reprimiendo nuestras movilizaciones y recortando nuestras libertades. A
su vez recorta la libertad de expresión y el derecho a huelga.
Se
crean los delitos de resistencia al arresto y agravio a la autoridad policial,
ambos con penas máximas de penitenciaría. Se posibilita el uso de la fuerza por
parte de las fuerzas de seguridad en movilizaciones, por el solo hecho de
ocultar su identidad.
Se
limita y controla aún más el derecho de huelga, al generarse importantes
cambios en las obligaciones que deberán asumir aquellos sindicatos que tomen
bajo control obrero sus lugares de trabajo.
Se
prohíben los cortes de calles, retomándose el camino iniciado por el decreto
antipiquetes de 2017. La policía podrá disolver la movilización sin que sea
necesaria previa autorización judicial.
Se
habilita al Ministerio del Interior para pedir información a las empresas de
telecomunicaciones sin participación judicial.
La
secretaría de inteligencia pasa a manos del Poder Ejecutivo, lo que habilita un
control social aún mayor por parte del gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario