martes, 26 de noviembre de 2019

SADO SINDICALISMO


SADO SINDICALISMO

En el transcurso del año hemos podido apreciar la cara más maquiavélica de algunos dirigentes de FUS. Acciones donde el fin justifica los medios, o actuar políticamente teniendo como herramienta el miedo y no el amor y la conciencia, no son elementos nuevos en la historia.Lo que sorprende es la postura de algunos sindicatos. Sorprende porque su lógica para actuar no parece precisamente eso, lógica. Circula un video donde un dirigente de FUS le dice a la cara a los trabajadores del Americano que la lucha de ellos no es prioritaria para la FUS, los trabajadores escuchan impávidos esa afirmación que los condena de antemano a una lucha en solitario.
 Algunos pensadores europeos de principio del siglo XX expresaron que vivíamos en la época de un "nihilismo acontecido " una especie de falta de valor ético, es decir, estoy mal, muy mal, pero mejor, me quedo como estoy. Aquello de "acorralado cualquiera pelea " parece ser que ha quedado ...¿cómo decirlo?  Demodé.  Ahora el miedoqueda intacto, aunque lo peor sea inevitable. Ante la posibilidad de quedar huérfanos, o sea, sin conducción, sin guía, muchos sindicatos han decididoque es preferible tener un “padre maltratador", a no tener ninguno.¿No será necesario asumir nuestra mayoría de edad y denunciar estos padres maltratadores,  o mejor aún, no será necesario quitarles la patria potestad?
Hemos hecho aquí varios análisis sobre neoliberalismo, acerca del sujeto, de la conciencia de clase y también de la posibilidad o no de la lucha de clase. Lo que no hemos hecho es analizar ciertos comportamientos que nos hacen cuestionarnos si no hay un síndrome de Estocolmo en el sindicalismo.
A los hechos me remito, advertimos una identificación con el verdugo, una cierta comprensión de su actitud, y en su defecto una tibia condena, que luego vuelve a desaparecer.  En la lógica amigo-enemigo, no se puede estar en el medio, pues te matan los dos bandos. Muchos dirigentes sindicales se encuentran a mitad de camino entre sus compromisos con la cúpula de la FUS y los intereses de sus propios compañeros. Tarde o temprano esa lucha se da. Como decía Jean
Paul Sartre: " nuestros actos nos definen " y podemos entender que el miedo y la culpa obturen cualquier tipo de razonamiento medianamente coherente.  Pero mirar sin parpadear que te digan a la cara que tu lucha no es importante o escuchar que la lucha de la Española y el SUATT es un problema entre empresarios y que los trabajadores no deben meterse, para luego pagar esa indiferencia con rebajas salariales y el riesgo de cierre de la empresa, parece algo rayano en una nueva perversión: elsado-sindicalismo.
Encender nuestra conciencia, estrechar los vínculos con nuestros compañeros de clase, levantar la mirada, aprender a estar de pie, aunque duela, aunque muchas veces signifique angustia, sigue siendo el camino de la liberación tanto individual como colectiva. Mauricio


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