martes, 26 de noviembre de 2019

CHILE



América Latina en su hora.
El continente se agita como nunca, las rebeliones populares en Ecuador y Chile, el golpe y la resistencia en Bolivia, el rápido agotamiento de Macri y Bolsonaro , las movilizaciones en Colombia, la sostenida lucha del pueblo Haitiano…
Si algo parece tener en común la situación en Chile, Ecuador e inclusive en Bolivia es que los pueblos tienden a superar a las direcciones tradicionales de la izquierda institucionalizada. La necesidad de enormes sectores de la juventud y los explotados de abrir una nueva salida se manifiesta, además de en esta tendencia a superar a las viejas direcciones, en tumultuosas asambleas populares, cabildos que discuten el camino a seguir.
En Chile, la rebelión dura ya semanas cuando el Gobierno de Piñera apostaba al desgaste, en lugar de eso ha crecido en calidad sumando a sectores obreros, mineros y extendiéndose por todo el país.  Piñera intento ceder, retirando el aumento del transporte, pero aquel primer reclamo fue rápidamente superado apareciendo en toda su dimensión el hartazgo del pueblo Chileno con décadas de saqueo. En el correr de la semana la población se ha dado mayores niveles de organización a la hora de manifestarse y de enfrentar la brutal represión de Carabineros que ya se ha cobrado más de 20 muertos además de  miles de heridos y detenidos. En su aislamiento Piñera ha oscilado en prometer concesiones varias (como una variante de Constituyente trucha) y el reforzamiento de la represión, mandando un paquete de nuevas leyes represivas y convocando a retirados de carabineros a volver a las calles. Tan fuerte ha sido la movilización que el Presidente aceptaría una nueva constitución que reemplace a la vigente (y hasta ahora intocable) Constitución Pinochetista.
Chile, puesto como ejemplo de desarrollo en la región, es en verdad el ejemplo de desigualdad, privatizaciones y saqueo. Su régimen de jubilaciones privadas (AFJ) ha servido de ejemplo para numerosos países del continente (incluido Uruguay) y la privatización de los recursos naturales ha permitido el enriquecimiento explosivo de una minoría.
El estallido está lejos de ser sorpresivo, la juventud Chilena lleva años de pelea por la educación, chocando con los sucesivos gobiernos de izquierda y derecha por igual. Desde opinadores del la izquierda progresista se insiste en señalar que el levantamiento popular es contra el fascismo y el “neoliberalismo” utilizando esto, en plena campaña electoral por estos lares, para tratar de arrimar algún voto con el cuco del retorno de la derecha. Pero el propio pueblo chileno contesta en forma contundente a eso cuando levanta la consigna de “no son 30 pesos, son 30 años” (30$ es el precio del boleto). "El problema no son los 30 pesos. Son los 30 años de corrupción y de abuso de la clase política, la iglesia y las Fuerzas Armadas" señala un dirigente sindical.
En estos 30 años a los que se refieren los manifestantes se han alternado gobiernos de derecha e izquierda, todos han mantenido el fondo de la política económica y las prebendas a las FFAA.  El levantamiento no es entonces contra el Neoliberalismo o la derecha, el levantamiento cuestiona el régimen mismo.
LO NUEVO
Como señalábamos antes esta gran lucha esta recorrida por un gran debate por abajo, en asambleas y cabildos se discute el futuro, los reclamos de cambios en la educación, la eliminación de las AFJ, una asamblea constituyente. Para la gran mayoría esta claro que no hay que abandonar la calle, el olfato les permite ver las maniobras que pretenden llevar el movimiento a una salida “ordenada” que los deje con las manos vacías. Una serie de partidos, entre ellos el Partido Comunista, el Socialista, la Democracia Cristiana, entre otros, han armado una salida de este tipo que incluye un plebiscito y la convocatoria a una asamblea constituyente. Desde estos sectores como también la CUT se impulsa el abandono de la consigna de “Fuera Piñera” para abrir un dialogo de salida, la combativa Coordinadora de Secundarios (ACES) rompió con la Unidad social denunciando esta maniobra.
Al final el 14 de Noviembre el gobierno y parte de la oposición (PS, Radical, etc.) firmaron un acuerdo para una nueva constitución que implica un larguísimo derrotero que comienza en Abril del año próximo con un plebiscito que determine la composición de la Asamblea constituyente. Esta maniobra pretende desarmar al movimiento de lucha y ponerlo de nuevo como apéndice de los partidos del régimen. Otra vez la Coordinadora de Secundarios denuncio la maniobra y llamo a seguir en las calles.
Esta todo para ganar, el paro del 14 de Noviembre mostro una adhesión de más del 80% y la participación activa en movilizaciones y bloqueos de sectores muy fuertes como mineros o portuarios. Chile despertó y no lo duerme nadie más.



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