viernes, 24 de abril de 2015

Uruguay Libre

COMUNICADO /
Montevideo, 24 de abril de 2015
ARATIRÍ ESTA DETENIDO, PERO NO DESCARTADO, LA LUCHA CONTINÚA
Las recientes declaraciones del presidente Tabaré Vázquez indicando que el proyecto minero de Aratirí "está detenido" y que no dispone ninguna información de su reactivación, a lo que agregó que "pensar un puerto de aguas profundas sin Aratirí no sería redituable", cayeron como un balde de agua fría en ciertos sectores de la sociedad, cuando solo son una constatación realista de la inviabilidad a la que llegaron esos proyectos por sus propias debilidades e inconsistencias.
Algunos han sostenido que el presidente Vázquez le dio un carpetazo o está frenando el proyecto de Aratirí -en una actitud diametralmente opuesta a la de su antecesor José Mujica-, cuando en realidad no sucede nada de esto. Si la minera estuviera interesada el gobierno actual la seguiría apoyando, pero lo que sucede es que Zamin Ferrous (la dueña de Aratirí) detuvo su propuesta porque el precio del hierro y su evolución en el futuro cercano no hacen rentable el negocio.
¿Esto era imprevisible? Para nada. Desde el principio, nosotros objetamos la conveniencia de la propuesta de Aratirí en Uruguay no solo por sus altos impactos ambientals y sociales sino porque era un proyecto para apovechar una coyuntura económica excepcional. Entre 2008 y 2011 el precio del hierro pasó de 36 a 190 dólares la tonelada y los asesores del gobierno sostuvieron que el precio se mantendría a 120 dólares la tonelada durante 30 años. Pero era previsible que esos valores iban a caer porque todas las dinámicas especulativas son de corta duración.
Dos factores demoraron la decisión sobe Aratirí. Por un lado, no haber obtenido la licencia social para operar, al enfrentar una creciente oposición al proyecto de amplios sectores de la población uruguaya y, por el otro lado, no haber logrado cumplir con los requisitos de la legislación ambiental para ser autorizada a iniciar las obras. Esta demora terminó por inviabilizar económicamente al proyecto pues el precio se encuentra hoy a menos de 50 dólares la tonelada y el proyecto Aratirí para ser rentable necesita un precio del hierro por encima de 90 dólares la tonelada.
Al detenerse el proyecto minero, se inviabilizan también los proyectos asociados que carecían de sustento propio, como sucede con el puerto de aguas profundas y la regasificadora. El problema grave con la regasificadora es que ya se firmaron los contratos y se comenzó la obra.
Si el Proyecto Valentines se hubiese iniciado en 2011, como estaba previsto, hoy tendríamos los cráteres y las otras obras a medio empezar porque Aratiri los habria abandonado; cuando los precios bajan, las mineras detienen todas las actividades. Pueden esperar años porque no les cuesta casi nada retener los títulos y esto es justamente lo que está queriendo hacer ahora Aratirí con la propuesta de pasar a un proyecto extractivo de menor escala (diez veces menor).
Es obvio que, si el proyecto en gran escala hoy no es rentable, mucho menos lo será un proyecto más chico. El propósito de Zamín Ferrous es sacar el proyecto del marco de la Ley de Minería de Gran Porte por la cual, si no firma el contrato en el plazo establecido, la minera debe entregar los títulos al Registro de Vacancias. Saliéndose de esa ley, por la reforma del Código de Minería votada en 2011, las mineras pueden retener los títulos de prospección y exploración por hasta 12 años.
La minera podrá continuar así especulando con esos títulos a la espera de un precio del hierro que haga redituable la explotación y/o de un comprador interesado. Por esta vía, las áreas retenidas por Aratirí seguirán dependiendo de sus decisiones, colocando a los dueños de los campos como rehenes de la minera. Y esto ocurrirá no solo con las tierras comprendidas en el distrito minero sino con las 120.000 hectáreas que detenta Aratirí en seis departamentos y que nunca abandonó.
Que Aratirí u otros proyectos no sean viables hoy no significa que no puedan reanudarse como lo declaran voceros de la minera y del actual gobierno nacional. Esta es la razón fundamental por la cual, aunque el proyecto Aratirí hoy no esté avanzando, Uruguay Libre seguirá recogiendo firmas para realizar un plebiscito que prohiba la minería metalífera a cielo abierto en el territorio nacional. Esta es es la única forma legal de eliminar definitivamente esa amenaza del país.
URUGUAY LIBRE DE MEGAMINERÍA
24 de abril de 2015.

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