Los estadounidenses a las calles
Miles de personas marcharon en Estados Unidos pidiendo por los derechos civiles y contra violencia policial
Unos 25.000 manifestantes paralizaron barrios de Nueva York y miles de otros marcharon por Washington este sábado, en una nueva ola de protestas que exigen justicia para los afroestadounidenses muertos en manos de policías blancos.
Las manifestaciones en Washington, Nueva York, Boston y Berkeley, California, fueron de las más importantes de este movimiento desencadenado por la muerte de Michael Brown, un joven negro abatido por un policía blanco en agosto pasado en la localidad de Ferguson, Misuri.
La decisión de un gran jurado de no emprender acciones penales contra el policía que lo baleó, Darren Wilson, pese a estar desarmado, y otra similar en Nueva York que dejó sin castigo al agente que mató a Eric Garner, un vendedor ilegal de cigarrillos y padre de seis niños, en julio pasado, atizó la bronca.
En Washington, una ciudad donde históricamente se han llevado a cabo grandes manifestaciones por los derechos civiles, la protesta fue organizada por el pastor Al Sharpton, figura de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.
Bajo el lema "Justicia para Todos" ("Justice for all"), la protesta superó los 5.000 manifestantes esperados inicialmente, entre ellos familiares de Brown, Garner, y de otros dos afro-estadounidenses que murieron en manos de policías: Tamir Rice y Trayvon Martin.
Rice era niño de 12 años que tenía en las manos una pistola de juguete cuando fue baleado por un agente blanco en Cleveland, y Martin, un adolescente negro que perdió la vida baleado por un vigilante en 2012 en el estado de Florida.
Estas muertes despertaron el fantasma del racismo en Estados Unidos y en estas últimas semanas se registraron protestas en todo el país contra el abuso policial hacia las personas negras.
A escasa distancia de la Casa Blanca, miles de personas gritaban "Sin hay justicia no hay paz", la principal consigna de estas movilizaciones.
"Pedimos al Congreso que dicte una ley" contra el racismo en los cuerpos policiales, reclamó desde el podio improvisado en la Freedom Plaza Laura Murphy, de la Asociación de Defensa de las Libertades individuales (ACLU).
"No es una marcha de negros contra blancos", dijo Sharpton. "Es una marcha estadounidense por los derechos de los ciudadanos estadounidenses", añadió antes de darle la palabra a familiares de las recientes víctimas.
"Es un momento histórico"
"Estoy aquí para marchar no sólo por Eric Garner sino por vuestras hijas, vuestros hijos, vuestras sobrinas, vuestros sobrinos, todas vuestras familias", dijo Esaw, la viuda de Garner dirigiéndose a la multitud.
La madre de Garner, Gwen Carr, advirtió por su parte que las movilizaciones continuarán realizándose hasta que los parlamentarios tomen en cuenta los pedidos de reformas. "Es un momento histórico", expresó.
Los manifestantes protestaron pacíficamente. Muchos coreaban consignas contra la "policía racista" y sostenían pancartas con leyendas como "La vida de los negros cuenta".
Una de las pancartas se dirigía directamente al presidente Barak Obama: "Presdente Obama, aproveche este momento para actuar, los antepasados miran".
El primer presidente negro de Estados Unidos avanza con prudencia sobre este tema: llama al respeto de las decisiones de la Justicia y asegura entender la cólera de quienes tienen el sentimiento de que el color de piel influye en la manera en que se aplica la ley.
En Nueva York unas 25.000 personas protestaron al grito de "Justicia ahora" ("Justice now!") y bloquearon un sector de seis kilómetros del parque Washington Square y el puente de Brooklyn. "Bloquearemos la ciudad de Nueva York", prometieron los organizadores.
Cole Fox, un camarero de 24 años, marchó junto a su madre, llevando una pancarta que decía: "Gran Jurado, Reforma Ahora". "Deben hacerse importantes cambios. Es sólo una cuestión de días antes de que una próxima persona, negra o blanca, sea asesinada," dijo.
Miles de personas salieron también a las calles de Boston, donde algunas rutas estaban bloqueadas y, según la policía del estado de Massachusetts, hubo varios detenidos.
Manifestantes marcharon también en Berkeley donde una efigie de un hombre negro fue colgado a la entrada de una universidad con la frase "No puedo respirar" escrita en su pecho. Esas fueron las últimas palabras pronunciadas por Garner antes de morir asfixiado por un policía en un violento arresto.
Las manifestaciones en Washington, Nueva York, Boston y Berkeley, California, fueron de las más importantes de este movimiento desencadenado por la muerte de Michael Brown, un joven negro abatido por un policía blanco en agosto pasado en la localidad de Ferguson, Misuri.
La decisión de un gran jurado de no emprender acciones penales contra el policía que lo baleó, Darren Wilson, pese a estar desarmado, y otra similar en Nueva York que dejó sin castigo al agente que mató a Eric Garner, un vendedor ilegal de cigarrillos y padre de seis niños, en julio pasado, atizó la bronca.
En Washington, una ciudad donde históricamente se han llevado a cabo grandes manifestaciones por los derechos civiles, la protesta fue organizada por el pastor Al Sharpton, figura de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.
Bajo el lema "Justicia para Todos" ("Justice for all"), la protesta superó los 5.000 manifestantes esperados inicialmente, entre ellos familiares de Brown, Garner, y de otros dos afro-estadounidenses que murieron en manos de policías: Tamir Rice y Trayvon Martin.
Rice era niño de 12 años que tenía en las manos una pistola de juguete cuando fue baleado por un agente blanco en Cleveland, y Martin, un adolescente negro que perdió la vida baleado por un vigilante en 2012 en el estado de Florida.
Estas muertes despertaron el fantasma del racismo en Estados Unidos y en estas últimas semanas se registraron protestas en todo el país contra el abuso policial hacia las personas negras.
A escasa distancia de la Casa Blanca, miles de personas gritaban "Sin hay justicia no hay paz", la principal consigna de estas movilizaciones.
"Pedimos al Congreso que dicte una ley" contra el racismo en los cuerpos policiales, reclamó desde el podio improvisado en la Freedom Plaza Laura Murphy, de la Asociación de Defensa de las Libertades individuales (ACLU).
"No es una marcha de negros contra blancos", dijo Sharpton. "Es una marcha estadounidense por los derechos de los ciudadanos estadounidenses", añadió antes de darle la palabra a familiares de las recientes víctimas.
"Es un momento histórico"
"Estoy aquí para marchar no sólo por Eric Garner sino por vuestras hijas, vuestros hijos, vuestras sobrinas, vuestros sobrinos, todas vuestras familias", dijo Esaw, la viuda de Garner dirigiéndose a la multitud.
La madre de Garner, Gwen Carr, advirtió por su parte que las movilizaciones continuarán realizándose hasta que los parlamentarios tomen en cuenta los pedidos de reformas. "Es un momento histórico", expresó.
Los manifestantes protestaron pacíficamente. Muchos coreaban consignas contra la "policía racista" y sostenían pancartas con leyendas como "La vida de los negros cuenta".
Una de las pancartas se dirigía directamente al presidente Barak Obama: "Presdente Obama, aproveche este momento para actuar, los antepasados miran".
El primer presidente negro de Estados Unidos avanza con prudencia sobre este tema: llama al respeto de las decisiones de la Justicia y asegura entender la cólera de quienes tienen el sentimiento de que el color de piel influye en la manera en que se aplica la ley.
En Nueva York unas 25.000 personas protestaron al grito de "Justicia ahora" ("Justice now!") y bloquearon un sector de seis kilómetros del parque Washington Square y el puente de Brooklyn. "Bloquearemos la ciudad de Nueva York", prometieron los organizadores.
Cole Fox, un camarero de 24 años, marchó junto a su madre, llevando una pancarta que decía: "Gran Jurado, Reforma Ahora". "Deben hacerse importantes cambios. Es sólo una cuestión de días antes de que una próxima persona, negra o blanca, sea asesinada," dijo.
Miles de personas salieron también a las calles de Boston, donde algunas rutas estaban bloqueadas y, según la policía del estado de Massachusetts, hubo varios detenidos.
Manifestantes marcharon también en Berkeley donde una efigie de un hombre negro fue colgado a la entrada de una universidad con la frase "No puedo respirar" escrita en su pecho. Esas fueron las últimas palabras pronunciadas por Garner antes de morir asfixiado por un policía en un violento arresto.
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