sábado, 6 de marzo de 2021

y el trabajo donde esta?

 


BUSCANDO

Luego de 11 meses de pandemia, que represento un golpe mayúsculo a la economía de las familias trabajadoras, la situación del empleo es grave. Si previo a la emergencia sanitaria (febrero 2020) el desempleo según cifras oficiales era de 10.5% (con un 8.8% en hombres y un 12.4% en mujeres) y tenemos en cuenta que las formas de medir del Instituto estatal buscan maquillar las cifras, está claro que los números que se exhiben hoy desde el MTSS son una autentica falsificación.

Según declara el pasado 8/2 el Ministro de Trabajo Mieres, la desocupación estaría hoy entre un 12 % y un 13% aunque no tiene más remedio que “sorprenderse “por las cifras oficiales (que continúan situando el desempleo en alrededor del 10%) y argumentar que hay un “desempleo oculto” porque la gente dejo de buscar trabajo. El propio Mieres admite la falsificación!

Es que, como se puede hacer una medición real cuando se acepta que el 25% de los trabajadores están en la informalidad (ya lo estaban en el gobierno anterior) y lógicamente fueron los primeros golpeados por la pandemia.

Para cualquiera que vive en un barrio de trabajadores, y no en la burbuja en la que lo hacen los políticos y funcionarios de todo pelo, la emergencia por la desocupación es palpable. El empleo que consiguen los jóvenes es precario, con contratos cortos y sin seguridad.

Ya se hablaba en el periodo 2019 2020 de más de 60 mil empleos perdidos. Cuantos se suman tras estos 11 meses de pandemia?

La falta de trabajo se suma a la pérdida salarial producto de los acuerdos puente firmados en los últimos meses. Acuerdos firmados bajo el chantaje de: para conservar el trabajo hay que resignar el salario. Un chantaje llevado adelante por las patronales y buena parte de las dirigencias sindicales.

Las ollas populares y merenderos en los barrios tienen que servir como impulsor de la organización de los desocupados, esto es importante para enfrentar los intentos de cooptación por parte de las Intendencias, el Estado, ongs o los aparatos centroizquierdistas.

Desde las ollas y merenderos se debe organizar el reclamo por obras en los barrios, por un plan de obra pública, por empleo genuino.

Desde los barrios hay que organizarse con independencia.

 

 

 

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