LO QUE NO SE PUEDE OCULTAR
En
2015 la Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer (IARC, por sus siglas en inglés)
dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que el uso de
agroquímicos puede provocar cáncer en seres humanos. Para llegar a esta
conclusión se basaron en estudios del
Instituto Nacional del Cáncer de Argentina.
El
estudio permaneció oculto durante cuatro años por la presión del lobbie sojero
pero el trabajo de abogados y ambientalistas que reclamaron acceder a esta
información permitió que saliera a la luz.
Esto
tiene particular importancia ya que es la primera vez que el propio Estado
reconoce la relación entre el uso de estos agroquímicos con algunos tipos de
cáncer. Algo que ya era denunciado por organizaciones sociales ante casos como
el de Entre Ríos donde los casos de Cáncer han crecido exponencialmente en una
provincia copada por los cultivos transgénicos.
“El documento
informa de la
evidencia limitada de su carcinogenicidad en humanos, de la
suficiente evidencia de carcinogenicidad en animales experimentales; lo que
conduce a su clasificación como probablemente cancerígeno. Además, de la fuerte evidencia de que el
glifosato puede operar con dos características claves de conocidos carcinógenos
humanos (genotoxicidad y estrés oxidativo), y que éstos pueden actuar en
humanos”
En nuestro País el uso descontrolado de agroquímicos se ha
disparado hace rato de la mano del crecimiento de los monocultivos transgénicos
sin que haya ningún organismo estatal que ejerza control alguno ,la creación
del nuevo Ministerio de Ambiente se ha demostrado rápidamente como meramente
decorativa.
Esta política de sustitución de cultivos empujada por las pasteras
y el precio en crecimiento de la Soja ha sido impulsada con igual fervor por
“progres” y derechistas mostrando la falsedad de la “grieta” que nos quieren
vender.
Mago
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