LUC: Tenencia
responsable y bienestar animal
La
convivencia con animales domésticos y el bienestar animal ha sido
históricamente en nuestro país, tema de grupos, organizaciones y colectivos
animalistas. Sobre ellos recae sistemáticamente una responsabilidad, la de
cuidado y protección, que poco se reconoce como una necesidad de la sociedad
toda, y por lo tanto del orden de lo público.
Si bien se
ha convertido en los últimos tiempos en un tema de agenda, ha sido más por
motivos políticos que por la búsqueda de soluciones reales, como lo deja claro
la ausencia de políticas eficaces y eficientes, asignación presupuestaria ni
interés en legislar particularmente en relación al maltrato animal. Los tibios
intentos de dar algún tipo de respuesta tanto por parte del estado central como
de las intendencias, tienen además un sesgo que está lejos de entender la
concepción misma de la protección, y más próximo al abuso de poder.
Desde el
gobierno se ha planteado que la Ley de Urgente Consideración (LUC), al crear el
Instituto Nacional de Bienestar Animal que pasará a reemplazar a la Comisión de
Tenencia Responsable y Bienestar Animal (COTRyBA), supone un avance
significativo en cuanto a la institucionalización de las acciones.
Pero
parece olvidar dos puntos fundamentales. Por un lado, que la creación de un
espacio estatal, si no va acompañado con una asignación presupuestal acorde, es
igual a no hacer nada, y en la Ley de Presupuesto aprobada, nada hace pensar
que realmente haya interés en el desarrollo de acciones y políticas
sostenibles.
Por otro
lado, este nuevo órgano continua dependiendo del Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca (MGAP), y esto ya ha demostrado traer importantes
dificultades. Se dice que al tener mayor jerarquía que la comisión a la que
reemplaza, el instituto como unidad ejecutora, logrará efectivizar acciones,
sin embargo, no se trata de un cambio significativo, ya que es exactamente el
mismo lugar, con las mismas capacidades de hecho y el mismo presupuesto.
Cambiar el nombre, si no se cambian contenidos, solo da más de lo mismo, que ya
ha probado ser poco e ineficiente.
Increíblemente,
los cometidos que se le dan a este instituto también son fundamentalmente de
corte represivo: controlar (la cantidad de animales de compañía, confiscar los
animales que se entienden son “un peligro” para las personas sin aclarar cuál
será su fin), reprimir (a través de multas que suponen entradas de dinero pero
que nada cambia si no hay otro tipo de acciones que lo acompañen), y, de
costado, organizar y supervisar en forma directa las campañas de identificación
y castraciones.
La ley
crea el Programa Nacional de Albergue de Animales Callejeros con la finalidad
de dar protección y bienestar, además de la instalación de centros de
castración, distribuidos en todo el país en función de la población y cantidad de
animales aproximada de cada zona. Nuevamente, sin recursos y sin
infraestructura, más se parece a la antigua perrera que a cualquiera de los
espacios que la sociedad civil ha sabido darse, justamente para salvar a los
animales del trato que ahí recibían.
Las
organizaciones animalistas rechazan que el nuevo instituto dependa del MGAP y
proponen que dependa del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) o el futuro
Ministerio de Medio Ambiente.
Se dice
que las ventajas del MGAP es que hay una infraestructura nacional del
ministerio implantado en todo el territorio, cuenta con recursos humanos y
económicos que facilitarían el trabajo. Olvidan nombrar que, la enorme
desventaja es que en el MGAP es una institución con una clara visión del animal
como un objeto de producción, al cual se le asigna un valor en su función, y
nada entienden ni en relación a la visión respetuosa del animalismo, ni sobre
el valor sentimental o afectivo que pueden tener los animales de compañía. La
cultura institucional del animal objeto de producción para el uso humano y el
abuso permanente y sistemático de parte del hombre no solo está probado, sino
naturalizado y valorado.
¡CONTRA TODA LA LUC!
Coordinadora Anti-Luc de la
Costa
Coordi.antiluc.delacosta@gmail.com
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