Cali,

 

COLOMBIA

Duque reprime y recula

El gobierno colombiano ha tenido que recular ante la cada vez más potente movilización popular, buscando desactivarla, tras el retiro de la reforma tributaria se vino abajo también la reforma del sistema sanitario.

Duque se ha empleado a fondo en la represión causando decenas de muertos, heridos y desaparecidos, algo que no es novedad en un régimen históricamente caracterizado por sus crímenes. Cada año cientos de dirigentes sociales, ex guerrilleros, periodistas, son asesinados por las fuerzas para estatales dirigidas por gobernantes y ejército y ligadas a los poderosos carteles narcos.

Ya en 2019, en pleno auge de las rebeliones en el continente habían sorprendido las crecientes movilizaciones populares contra las reformas antipopulares del gobierno, pero ahora han tomado una dimensión que desconcierta a todo el arco de partidos en el País.

“Bogotá, Medellín,

Cali, Popayán, Ibagué, Pereira, Cúcuta, Barranquilla, Villavicencio, Barrancabermeja, El Zulia… La protesta es generalizada en toda Colombia, y abarca la más amplia pluralidad de sectores sociales: comunidades negras, indígenas, campesinos, maestros, estudiantes, feministas, mineros, vendedores informales, amas de casa, hinchas de fútbol y, en primera línea, la juventud excluida, que reclama su propia interlocución en la negociación con el Gobierno. Las reivindicaciones del Paro Nacional han sido asumidas por amplias capas de la ciudadanía colombiana, que ha tomado las calles a pesar de la orden del presidente Iván Duque de militarizar el país y acabar con los bloqueos de carreteras.” (Rebelión 21/5).

Colombia muestra una desigualdad social brutal con casi la mitad de la población viviendo en la pobreza, una creciente desocupación  y un acceso a la salud y educación prohibitivo para las mayorías.

La rebelión popular en tierras cafeteras empalma con la tendencia en buena parte del continente, con su punto más alto en Chile