Pandemia, Plataformas on line y Primaria
Se terminó la primer semana de suspensión de clases y para los maestros y maestras de Uruguay fue
un subidón de emociones.
Dos problemas importantes se presentan ante esta situación inédita.
El primero, la ausencia de
comedor. Muchos de nuestros niños y niñas se alimentan en los comedores escolares y poder
solucionar este aspecto es fundamental.
El segundo, la ausencia de clases.
Esta semana, el consejo de Primaria y los inspectores deben de haber trabajado más que nunca,
porque ha sido una de elevar normativas y circulares nunca antes vista.
Frente al tema del comedor.
Varias posturas, aquellos docentes que no tenían problema en ir a
realizar las guardias y repartir las bandejas, mientras que en la vereda de enfrente, aquellos
paralizados, víctimas de la psicosis comunicativa y/o temerosos por sus familiares adultos mayores,
no quieren ni asomarse fuera de su casa.
Discusiones entre compañeros, entre directores, entre
familias, etc. En un momento donde más hermanados deberíamos de estar, para acompañarnos y
sostenernos, la psicosis nos gana y terminamos actuando sin razón. Se cerraron las escuelas sin
comedor y se organizaron guardias con maestros disponibles, parece que de cierta manera se
encaminó y todos aquellos que entre lunes y martes se inscribieron, comenzaron el miércoles a
recibir su bandeja de alimento.
Pero, el problema que no parece encauzarse, es el de la ausencia de clases. Primaria exige,
amenazando con la retención del sueldo, que todo maestro, desde nivel 3 hasta 6to año, suba
actividades a la plataforma CREA. Querido lector, leyó muy bien, desde nivel 3.
Como casi todo lo de
primaria, esto no tiene un pienso, pero si un objetivo claro: demostrar al mundo que en Uruguay se
pueden dar clases a distancia.
La infinidad de situaciones particulares que yo podría desarrollar en estas líneas, llevaría al lector a
comprender que esto simplemente es una situación delirante.
El arte de enseñar y el arte de
aprender, implica socialización, contacto, mirada, juego, vínculo, situaciones que no pueden ser
dadas a través de una pantalla. Pero Primaria sigue insistiendo. Entonces, los maestros que antes
estaban indignados con tener que ir a dar una mano en el comedor, ya no lo están tanto frente a
esta nueva situación. Se mantienen protegidos del coronavirus y si el niño o la niña, accede o no
accede a la plataforma, ese ya no es nuestro problema.
Es así, que esta situación de emergencia, termina por sacar a flote todo lo podrido de un sistema
obsoleto, arcaico y desgastado.
EL Plan Ceibal es buenísimo, de las mejores cosas que se han hecho
en primaria, pero no funciona. No funciona en todos los medios sociales por igual. En los contextos
menos favorecidos, las tablets se rompen con una frecuencia que el coronavirus envidiaría.
Ni que
hablar de la conexión a internet. Muchos alumnos se conectan de la red de la escuela, pero dada
esta situación es de entender que no lo harán, a menos que presionados por los medios de prensa
que muestran la idea como algo maravilloso, se conecten igual, saliendo de sus casas, contradiciendo
la norma de seguridad.
No todas las familias tienen internet, vivimos en la era digital, pero no podemos olvidarnos que la
pobreza en Uruguay es mucha y que muchos de nuestros niños ni agua corriente tienen. Primaria
pasa hablando de la atención a la diversidad y la famosa inclusión. Pero en la primer oportunidad
excluye y unifica, dando una sola propuesta para todo el grupo y desconociendo la problemática de
acceso de miles y miles de niños.
Sin embargo, lo que más me indigna, no es Primaria, sino el maestro, en su rol educativo. Ser
maestro es una acto de rebeldía en sí mismo y como dice Paulo Freire: “Su tarea exige un
compromiso y una actitud en contra de las injusticias sociales Luchar contra el mundo que los más
capaces organizan a su conveniencia y donde los menos capaces apenas sobreviven.
Donde las
injustas estructuras de una sociedad perversa empujan a los "expulsados de la vida”. El maestro/a
debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando
transformaciones sociales." Sin embargo acá en Uruguay, molesta más dar un plato de comida que
subir una actividad a una nube a la cual sólo accederán algunos.
En situaciones excepcionales, las medidas han de ser excepcionales. Y no creo, sinceramente, que
hacer o no hacer, una tareita por CREA sea vital para pibes que hoy, lo que no tienen, es su lugar de
referencia, de resguardo, de refugio.
No doy crédito que como maestros y maestras que somos, esta
situación no nos interpele y no nos cuestione, y nos quedamos tan tranquilos en casa subiendo
tareitas a una nube imaginaria y compartiendo un posteo poniéndome a las órdenes para ayudar en
las tareas.
Situaciones especiales, requieren medidas especiales e inclusivas. Como maestros, agentes de
educación y socialización, deberíamos estar preparándonos en las escuelas o en nuestras casas, para
los tiempo más duros que vendrán, creando ideas, desarrollando sistemas, produciendo algo.
Dejemos de romantizar el encierro y hagámonos cargo. #yomequedoencasa es la opción más
cómoda.
Fernanda Blanco
el plan ceibal esta hecho a medias. deberia estar bajo control de los propios docentes. carlos de Maroñas
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