¿Se acuerdan de aquel programa radial llamado
"Las mil voces de Eduardo D'Angelo? En él tenía un gracioso espacio que
decía esa frase "¿Usted no desconfiaría?" y hacia un relato que te
dejaba cavilando...
Bien entonces, emulando un poquito a aquel entrañable
actor uruguayo, uno de los grandes del humor rioplatense, les traslado en el
mismo tono aquella recordada interrogante, pero lo hago sin una pizca de humor.
¿Ustedes no desconfiarían?
Es innegable que cuando se tiene la enorme facilidad
de enredar con las palabras y el público es permeable al juego retórico, el
empoderado se siente libre de hacer y deshacer a su antojo y sin el menor
prurito. Esto es exactamente lo que se ha visto en este último tiempo y está
pasando justo ahora en el seno de la FUS.
Una vez más me he quedado pasmado ante la demagogia
burda y el controversial uso y abuso de poder, pero ¿quién le pondrá el
cascabel al gato?
La mayoría política de la Federación Uruguaya de la
Salud, utilizó como instrumento una Dirección Nacional para adelantar nada
menos que 1 año la realización del 19 Congreso, acto éste que pisotea los
propios estatutos de la Federación, ya que el órgano con facultades para tal
cambio es la Asamblea General de Afiliados. Con argucias y caramelización de
las palabras, con frases trilladas y apelando al miedo para enfatizar el grado
de urgencia, convencieron a los sindicatos de la necesidad de adelantar el
Congreso.
Entonces: ¿a ningún dirigente o representante presente
en dicha Dirección Nacional le llamó la atención esta flagrante falta a los
estatutos? ¿O será, tal vez, que el fin justifica cualquier medio que se
utilice?
Lo más irónico de todo esto, es que la misma mayoría
política de FUS que hoy adelanta el 19 Congreso y lo hace argumentando que es necesario por la
victoria alcanzada en las pasadas elecciones nacionales por los partidos
políticos de derecha, esa misma mayoría en el Congreso anterior, con el mismo
juego de palabras propuso y los congresales aprobaron, espaciar más el tiempo
entre congresos, pasando de ser cada 2 años
a ser cada 3, con lo que el 19 Congreso se realizaría en abril del 2021.
¿Acaso no previeron que en 2019 habría elecciones
nacionales y que cabía la posibilidad que el Frente Amplio no se mantuviera en
el Gobierno? ¿O en aquel lejano abril de 2018 no resultaban peligrosos los
partidos tradicionales? ¿No eran claras las señales que lanzaba la región y el
mundo en ese momento, del avance de las políticas neoliberales? ¿Será que se
vio como inofensivo el intento de las cámaras empresariales uruguayas cuando
recurrieron a la OIT reclamando un cambio en la Negociación Colectiva que
restrinja la injerencia de las gremiales en los Consejos de Salario? ¿No se
tuvo en consideración que los empresarios impulsarían la campaña política de
los partidos de derecha?
En ese escenario donde las bases debieran dar solidez
y fortaleza a la estructura, hay bases que cuestionan acciones y procedimientos
de la misma empoderada mayoría política de la Federación Uruguaya de la Salud,
sembrando al menos las sospechas de que no todo es tan limpio, no todo es tan
claro, no todo es tan transparente como debiera ser.
Ya desde la salida del Congreso de 2018 algunos
sindicatos de base plantearon sus dudas en cuanto a los padrones de afiliados y
el balance económico. Estos sindicatos encontraron algunas incongruencias entre
los afiliados que afirma tener FUS y la cotización que envía al PIT-CNT, dónde
aparentemente hay una diferencia de 12000 afiliados e hicieron las preguntas
pertinentes. Un par de cuestiones se ponen en juego aquí, una es la
representatividad que sin dudas es menor si efectivamente hay 12000 afiliados
menos. La otra cuestión es la legitimidad del propio Congreso, si esos números
presentados no son reales el Congreso carece de total legitimidad.
Las bases preguntaron, pero la cúpula se negó a
responder, las bases reaccionaron y la cúpula presionó para acallarlos, del
tire y afloje que lleva 22 meses ininterrumpidos, un Sindicato (APMU) se
mantiene firme en su postura y tomó una dura medida al respecto, que fue
suspender los aportes y como contrapartida la FUS le suspendió el derecho a
voto y amenaza con su desafiliación.
Entonces como diría Eduardo D'Angelo , ¿Usted, no
desconfiaría?
Víctor
T
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