viernes, 17 de enero de 2020

¿Usted no desconfiaría?


¿Usted no desconfiaría?
¿Se acuerdan de aquel programa radial llamado "Las mil voces de Eduardo D'Angelo? En él tenía un gracioso espacio que decía esa frase "¿Usted no desconfiaría?" y hacia un relato que te dejaba cavilando...
Bien entonces, emulando un poquito a aquel entrañable actor uruguayo, uno de los grandes del humor rioplatense, les traslado en el mismo tono aquella recordada interrogante, pero lo hago sin una pizca de humor.
¿Ustedes no desconfiarían?
Es innegable que cuando se tiene la enorme facilidad de enredar con las palabras y el público es permeable al juego retórico, el empoderado se siente libre de hacer y deshacer a su antojo y sin el menor prurito. Esto es exactamente lo que se ha visto en este último tiempo y está pasando justo ahora en el seno de la FUS.
Una vez más me he quedado pasmado ante la demagogia burda y el controversial uso y abuso de poder, pero ¿quién le pondrá el cascabel al gato?
La mayoría política de la Federación Uruguaya de la Salud, utilizó como instrumento una Dirección Nacional para adelantar nada menos que 1 año la realización del 19 Congreso, acto éste que pisotea los propios estatutos de la Federación, ya que el órgano con facultades para tal cambio es la Asamblea General de Afiliados. Con argucias y caramelización de las palabras, con frases trilladas y apelando al miedo para enfatizar el grado de urgencia, convencieron a los sindicatos de la necesidad de adelantar el Congreso.
Entonces: ¿a ningún dirigente o representante presente en dicha Dirección Nacional le llamó la atención esta flagrante falta a los estatutos? ¿O será, tal vez, que el fin justifica cualquier medio que se utilice?
Lo más irónico de todo esto, es que la misma mayoría política de FUS que hoy adelanta el 19 Congreso y  lo hace argumentando que es necesario por la victoria alcanzada en las pasadas elecciones nacionales por los partidos políticos de derecha, esa misma mayoría en el Congreso anterior, con el mismo juego de palabras propuso y los congresales aprobaron, espaciar más el tiempo entre congresos, pasando de ser cada 2 años  a ser cada 3, con lo que el 19 Congreso se realizaría en abril del 2021.
¿Acaso no previeron que en 2019 habría elecciones nacionales y que cabía la posibilidad que el Frente Amplio no se mantuviera en el Gobierno? ¿O en aquel lejano abril de 2018 no resultaban peligrosos los partidos tradicionales? ¿No eran claras las señales que lanzaba la región y el mundo en ese momento, del avance de las políticas neoliberales? ¿Será que se vio como inofensivo el intento de las cámaras empresariales uruguayas cuando recurrieron a la OIT reclamando un cambio en la Negociación Colectiva que restrinja la injerencia de las gremiales en los Consejos de Salario? ¿No se tuvo en consideración que los empresarios impulsarían la campaña política de los partidos de derecha?
En ese escenario donde las bases debieran dar solidez y fortaleza a la estructura, hay bases que cuestionan acciones y procedimientos de la misma empoderada mayoría política de la Federación Uruguaya de la Salud, sembrando al menos las sospechas de que no todo es tan limpio, no todo es tan claro, no todo es tan transparente como debiera ser.
Ya desde la salida del Congreso de 2018 algunos sindicatos de base plantearon sus dudas en cuanto a los padrones de afiliados y el balance económico. Estos sindicatos encontraron algunas incongruencias entre los afiliados que afirma tener FUS y la cotización que envía al PIT-CNT, dónde aparentemente hay una diferencia de 12000 afiliados e hicieron las preguntas pertinentes. Un par de cuestiones se ponen en juego aquí, una es la representatividad que sin dudas es menor si efectivamente hay 12000 afiliados menos. La otra cuestión es la legitimidad del propio Congreso, si esos números presentados no son reales el Congreso carece de total legitimidad.
Las bases preguntaron, pero la cúpula se negó a responder, las bases reaccionaron y la cúpula presionó para acallarlos, del tire y afloje que lleva 22 meses ininterrumpidos, un Sindicato (APMU) se mantiene firme en su postura y tomó una dura medida al respecto, que fue suspender los aportes y como contrapartida la FUS le suspendió el derecho a voto y amenaza con su desafiliación.
Entonces como diría Eduardo D'Angelo , ¿Usted, no desconfiaría?

Víctor T


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