viernes, 17 de enero de 2020

FRANCIA


FRANCIA
En el corazón de las protestas.
El sábado 11  millones de trabajadores franceses pararon y se movilizaron empalmando con una histórica huelga del transporte que lleva más de un mes. La lucha contra las reformas al régimen de pensiones  del presidente Emmanuel Macron  sigue tomando fuerzas a medida que nuevos sectores de trabajadores se suman a la pelea, los portuarios, los obreros de las refinerías y otros sectores fabriles se suman a la huelga de ferroviarios y del transporte público. Macron pretende reformar el régimen de pasividades elevando la edad de retiro y quitando conquistas a numerosos sectores.
En las calles estos crecientes nucleos de  trabajadores sindicalizados han coincidido con los chalecos amarillos que llevan meses movilizados. Hasta los abogados nucleados en el Concejo Nacional de Abogados han anunciado que sus 77 mil miembros irán a la huelga.  También sectores de la docencia se suman a la lucha contra Macron a pesar de las direcciones sindicales. Solo el sábado 11  cerca de 1.3 millones de franceses se movilizaron desafiando la represión del gobierno.
Francia está lejos de ser una isla en el panorama mundial, el 2019 se cerró con levantamientos populares y luchas a lo largo del mundo, desde Chile al Líbano.  El 2020 confirma este ascenso de la rebeldía y el hartazgo; en la India decenas de millones de trabajadores se han lanzado a la calle, 250 millones de obreros se movilizaron ante el llamado de 10 organizaciones sindicales, la han declarado la huelga más grande del mundo. Los reclamos: salario mínimo, reforma del sistema de jubilaciones, reforma laboral.
Los trabajadores franceses han superado ampliamente a sus direcciones, desde la central CFDT , que busca una salida negociada con el gobierno, a la timorata CGT.  Numerosos sectores se pliegan a la lucha cansada de la creciente desocupación, la precarización laboral, la crisis del sistema de salud, etc. Las centrales ligadas a la izquierda institucionalizada evitan como la peste la unificación de todas las luchas y el llamado a la huelga general.
El primer ministro Edouard Philippe se ha mostrado partidario de reever la suba de la edad jubilatoria (de  62 a 64) para permitir a  sectores del sindicalismo una salida airosa.
En todo el mundo las revueltas populares ponen en tela de juicio a las viejas direcciones de la izquierda anquilosada y plantean una organización superadora que ponga en tela de juicio el propio régimen capitalista.




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