Del sindicalismo y sus perspectivas
Hay una herencia maldita que el trabajador no ha superado aún, y que evidentemente va de la mano del sistema socioeconómico y cultural imperante. Para erradicar su influencia es necesario cambiar radicalmente, pero la vaga asimilación de un sistema diferente no está bien planteada ni representada, más allá de ciertos atisbos históricos extirpados cruelmente, que han conciliado con el poder a tiempo o tienen características prácticas similares al autoritarismo.
No hemos podido torcer el paradigma del empoderamiento material, el acceso al consumo excesivo de bienes superfluos como regla de equidad social, el paraíso del libre mercado, que entendemos como un verdadero derecho natural del que no se nos puede privar, pero del cual muchos actores sociales abnegados parecen prescindir. Claro!! Ideológicamente hablando.
Hay una nomenclatura discursiva que tiñe de hipocresía la lucha obrera, sobre la unidad, la justicia social y salarial, pero que además, no puede diferir con sus ansias de perpetuación del capital, así sea para conservar su estilo de vida (sostenida a base de deuda), o para disimular su dependencia.
Debería agregar otro término para esta introducción, que es el derecho a vivir con dignidad. Y que es la dignidad? En este modelo de vida hollywoodense se ignora el constructo social que determina su significado, termina en definitiva por desfigurar su contenido y habilitar un montón de interpretaciones ambiguas y reduccionistas; por lo tanto, la dignidad se precipita ante la sociedad moderna como una medida individual y no de naturaleza genérica.
Por qué es necesario aclarar estos conceptos, antes de abordar los temas coyunturales de la industria frigorífica? Porque creo que es un factor que se repite en muchos rubros y que divide la lucha; porque la realidad de las distintas ramas sopesan en cuanto al impacto o la calidad de sus intervenciones de acuerdo a su estabilidad monetaria; porque la actividad política ha primado por sobre su diligencia y ha creado un barniz de representantes bien ponderados e irrefutables que sesgan la objetividad del colectivo.
Hay una herencia maldita que el trabajador no ha superado aún, y que evidentemente va de la mano del sistema socioeconómico y cultural imperante. Para erradicar su influencia es necesario cambiar radicalmente, pero la vaga asimilación de un sistema diferente no está bien planteada ni representada, más allá de ciertos atisbos históricos extirpados cruelmente, que han conciliado con el poder a tiempo o tienen características prácticas similares al autoritarismo.
No hemos podido torcer el paradigma del empoderamiento material, el acceso al consumo excesivo de bienes superfluos como regla de equidad social, el paraíso del libre mercado, que entendemos como un verdadero derecho natural del que no se nos puede privar, pero del cual muchos actores sociales abnegados parecen prescindir. Claro!! Ideológicamente hablando.
Hay una nomenclatura discursiva que tiñe de hipocresía la lucha obrera, sobre la unidad, la justicia social y salarial, pero que además, no puede diferir con sus ansias de perpetuación del capital, así sea para conservar su estilo de vida (sostenida a base de deuda), o para disimular su dependencia.
Debería agregar otro término para esta introducción, que es el derecho a vivir con dignidad. Y que es la dignidad? En este modelo de vida hollywoodense se ignora el constructo social que determina su significado, termina en definitiva por desfigurar su contenido y habilitar un montón de interpretaciones ambiguas y reduccionistas; por lo tanto, la dignidad se precipita ante la sociedad moderna como una medida individual y no de naturaleza genérica.
Por qué es necesario aclarar estos conceptos, antes de abordar los temas coyunturales de la industria frigorífica? Porque creo que es un factor que se repite en muchos rubros y que divide la lucha; porque la realidad de las distintas ramas sopesan en cuanto al impacto o la calidad de sus intervenciones de acuerdo a su estabilidad monetaria; porque la actividad política ha primado por sobre su diligencia y ha creado un barniz de representantes bien ponderados e irrefutables que sesgan la objetividad del colectivo.
Industria frigorífica
Hecha esta aclaración. Ahora, para abordar el tema de la industria frigorífica y más puntualmente lo que respecta al frigorífico Carrasco y las otras dos plantas pertenecientes a la empresa Athena Foods (Minerva), que son frigorífico Canelones y Pul (Cerro Largo), es necesario analizar el comportamiento a priori de la empresa y como el sistema termina siendo cómplice estratégico, habilitando el usufructo de sus derechos bajo argumentos insuficientes e inconsistentes para el sindicato. Pero que a la postre, inundan de incertidumbre a la masa trabajadora y nos hace presos de la especulación empresarial, un maniqueo comercial que reduce al trabajador a un mero objeto de cambio.
No vamos a redundar en las razones que tiene por sobre su estructura institucional una empresa multinacional, con representantes regionales en distintos países del continente y con un peso importante en la esfera económica de cada país. Pero debemos ser claros. Hasta cuando debemos seguir escuchando el mismo discurso!! El concierto de lamentos y razones que exponen como argumentos son incongruentes, los números estadísticos en cuanto a las ganancias y sus exportaciones son infalibles, el negocio es favorable para los intereses del capital. El problema parece estar sujeto a una relación irreconciliable con los hechos y en el tiempo: nosotros los trabajadores, o como a ellos les gusta denominarnos, sus "colaboradores".
No hay una justicia equidistante entre su carga impositiva y la nuestra, no son comparables ni tampoco justas, pero mientras la realidad se base en apreciaciones supuestas como lo vienen transmitiendo a lo largo del tiempo, sin transparentar los verdaderos costos con respecto a sus ganancias, va ser difícil comprender la responsabilidad que nos compete. El negocio parece tener muchas aristas y la respuesta ante los distintos escenarios que se presentan siempre desembocan en la misma, seguro de paro para toda la plantilla y por lo tanto, la paralización e inactividad productiva de la planta. Los tiempos de inactividad son relativos, a pesar de que para el frigorífico Canelones la empresa parece sujetarse al tiempo de seguro que determina la ley, o por lo pronto, es lo que nos han manifestado. O sea, que el punto más relevante para los tres sindicatos hoy en día, es la inmediata reapertura del frigorífico Canelones.
Y como hemos abordado este tema? Primero, remarcar que hay una incesante actividad sindical por parte de Soofrica, que desde su licencia y tras el envío al seguro de paro en diciembre, la dirección de su sindicato ha mantenido un diálogo continuó con las distintas autoridades no sólo de la empresa, sino ministeriales y legislativas, logrando un alcance en los medios de prensa y un intercambio continuo con las bases sociales que la componen.
Segundo aspecto a destacar, es la inmediata respuesta por parte de los tres sindicatos (Pul, Carrasco y Canelones) para establecer una serie de reuniones, que definieron pautas estratégicas conjuntas para enfrentar como bloque esta multinacional. Que consisten en: coaccionar medidas de lucha de mantenerse la situación actual; reuniones bipartitas y tripartitas con representantes de los tres frigoríficos; y un acuerdo anual para mantener un funcionamiento equitativo entre las tres plantas.
Como tercer aspecto, es necesario analizar la situación interna que vive cada sindicato, realidades organizativas distintas, acuerdos económicos distintos, un entramado social distinto, son determinantes a la hora de encauzar en las bases un diálogo más estrecho con la realidad general. Por ejemplo, Sitfrica, el sindicato de Carrasco, está en plena negociación del convenio interno, paralizada eventualmente por razones obvias, viene suscribiendo acuerdos de boca por la negativa de la empresa de darle un cierre, la situación global nos paraliza y deja intemporal su concreción. Pulsa, el sindicato de Melo, ha sido diezmado en sus filas tras una cruenta faena de su plantilla, que duró un año más o menos, y ahora transita por el camino de la reorganización de sus fuerzas.
Todos hemos pasado por la distinción de ir al seguro de paro. Hay ajustes que debemos abordar entre las partes y hay disposición de parte de los sindicatos para discutirlo, pero lo que no es de recibo para nosotros es que se utilice un derecho como mecanismos de disuasión, avalado por supuesto por las autoridades ministeriales, porque al parecer, cualquier motivo basta para no corroer los números que el patrón quiere disponer. El Ministerio ha sido un actor vacilante en el accionar y su mediación tiene intereses contrapuestos. Cada vez que de las fauces de una empresa sale la palabra "reestructura" se prenden las alarmas del desconcierto en los trabajadores, para el Ministerio es una forma de definir rumbos que cada empresa solicita a la hora de plantear cambios, no rinden números concretos sino un panorama, el panorama no es ideal, casi todos se prenden del mismo cancionero, "números en rojo" dicen y lo atenúan destacando la incapacidad del trabajador para comprender su situación. Entonces el Ministerio compra "es una medida paliativa" dice, que evita un mal mayor o lo posterga.
Vamos a ser claros, las empresas buscan reducir costos, invierten mayoritariamente en tecnología más que en mano de obra, instruir a un trabajador para actualizar su operativa es barato, lo que se pierde son puestos de trabajo, así es el mercado y sus nuevas exigencias en cuanto a tiempo y calidad. En esa alarmante situación se encuentra el factor humano en la industria y los estándares que lo regulan son globales, a menos que rijan políticas internas en cada país que lo protejan, medidas proteccionistas. Por eso en algún momento se habló del frigorífico Nacional, desaparecido por la dictadura con la ley 14.810, postergada su discusión hasta el presente por el imperativo de extranjerizar los recursos y cautivar inversiones privadas. En distintas etapas los trabajadores y sus representantes más afines a la política, transmitieron la necesidad de resurgirlo, pero la misma, se fue dilatando con el tiempo en el seno del movimiento obrero y más precisamente, en la FOICA.
Éste será el último aspecto a considerar.
Mucho se ha hablado sobre la necesidad de unir la Federación (foica1y2) que entorpece no sólo la unidad sino la manera de concebir la lucha, la preparación, los distintos frentes de discusión y dejar de ser meros espectadores en esta puja de poderes entre los frigoríficos, los productores y el Gobierno.
El movimiento obrero de la carne tiene historia, de la cual no me puedo apropiar producto de mi inmadurez en el rubro. Sí, me atrevo a dar una reseña del presente que dispongo.
El sindicalismo como instrumento se ha institucionalizado, las nuevas generaciones se incorporan a la materia por inercia o formalidad, no por principios o conciencia. Eso precarizo la profundidad de la discusión, agravado por la transversalidad de las comunicaciones devenidas a lo abstracto. El abordaje en los temas macro de la industria se ve limitada por el estilo de vida desigual que lleva cada frigorífico en su contexto y la fuerza que representa esta estrechamente relacionado con su caudal de afiliación, que entendemos es una realidad histórica que bajo la parafernalia progresista se debería haber superado. Los dirigentes van al compás de los acontecimientos sirviéndose del modelo que los apremia, alta capacidad para disponer de su tiempo y un entramado de intereses políticos que los impele. Es verdad, que hay un impulso renovador dentro de la Federación que integramos pero que en comparación con los acontecimientos vamos muy atrasados.
Uno de los artilugios que han aplicado los empresarios para contrarrestar los costos de mano de obra ha sido la tercerización de los servicios, precarizando el trabajo y el salario, plan que se viene efectuando en varias plantas absorbiendo no sólo lo que respecta al mantenimiento del recinto, sino también procesos de producción. Esta lucha se mantiene por lo bajo, ya que no existe un planteo cabal desde la Federación como para determinar una medida resolutiva o en conjunto.
Ahora estamos en plena apertura de consejo de salarios, la información es limitada, la estrategia desconocida, los problemas son los mismos, con agravantes.
El cambio es una construcción que nos interpela a todos, y que tiene por ello, un sentido peyorativo si lo utilizas como un anzuelo para perpetuar en el poder.
Así dijera un amigo contertulio: "Estamos haciendo sindicalismo con los códigos del capitalismo y nos estamos juzgando según ellos mismos. Dicho en otras palabras, nos estamos juzgando los sindicatos entre nosotros valiéndonos de las herramientas del opresor."
Podremos abrir la discusión?
Trabajador de la Industria frigorifica
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