Una patronal despreciable ...
A veces las medias verdades son peores que las mentiras.
Hace un rato, en canal 10, escuché al presidente del CASMU.
Él, supremamente arrogante, argumentó que los despidos (68!) son despidos merecidos, y empezó a poner ejemplos: una licenciada vaga que mira Netflix y no atiende a los pacientes, una funcionaria que marca por tres y así sucesivamente.
¿Hay 268 trabajadores vagos e inútiles en el CASMU que merecen unos el despido y otros el seguro? Sabemos que han despedido trabajadores con legajos impecables y que el único crimen que cometieron fue, quizá, ser parte de esos 1500 trabajadores que cobran un 20 % por encima del laudo, según dijo Rodríguez Amarguini.
Se olvidó decir, el supremo presidente, que es una vergüenza que haya en una misma institución dos laudos, uno FUS y otro CASMU, o sea que dos funcionarios realizando la misma tarea, ganan diferente.
Se olvidó decir, Rodríguez Amarguini, que la orgía de recortes que instrumenta no alcanza al rubro de la Gerencia y Dirección gastando 104.981.186 millones de pesos al año, solamente en ese rubro (Datos JUNASA).
El CASMU, pide dinero prestado al Estado para sobrevivir, pero tiene el mayor porcentaje de pago a las gerencia y direcciones técnicas de todo el sistema (ver recuadro abajo).
Se jactó que las y los trabajadores del CASMU no hacen paro, pero se olvidó decir, ese impresentable representante de las patronales de la salud, que tiene a los trabajadores aterrorizados aplicando una política de terrorismo antisindical.
Sin embargo, el miedo puede explicar nuestro comportamiento insolidario hasta cierto punto.
El miedo no justifica que veas a tu compañero ser despedido, ese que hace años está a tu lado y que nada hizo para merecer eso, y sigas trabajando como si nada pasara.
Hay un punto en el que, si no reaccionamos, pasamos de ser víctimas de la situación, a ser cómplices. Y de eso no se vuelve.
El arma más poderosa para enfrentar a estos tipejos que actúan con total desprecio por las y los trabajadores de la salud es la DIGNIDAD y la SOLIDARIDAD.
Haciendo honor a nuestra historia, tenemos compañeros que aún resisten y luchan. Luchan a pesar de la adversidad, resisten los cantos de sirenas del miedo y están para sostener a los compañeros caídos.
Por ellas y por ellos, vale la pena enfrentar a los Rodríguez Amarguini que pululan en las empresas de salud.
Salud a las y los valientes trabajadores que luchan y resisten!
Rosalba Hunter Indart
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