Las dos FOICAS
Caras de piedra
Cualquiera podría
suponer que ante un exabrupto patronal, la organización obrera en su conjunto
habría de activar sus mecanismos de lucha para denunciar lo que se supone es un
atropello a la institución sindical y a las relaciones laborales.
Pero no es tan simple.
La organización obrera
encabezada por el pit-cnt no es tan homogénea como se la promociona. Hay un
conflicto de intereses donde la institucionalidad y la autonomía de los gremios
compromete la naturaleza de la herramienta.
Por que se dan tales
incongruencias?
En el origen:
1- lo elemental que
forjó su creación estuvo marcada por las condiciones inhumanas y de semi
esclavitud del trabajo.
2- se perseguía una
sociedad sin clases oprimidas y una vida de bienestar por fuera del modelo de
explotación imperante.
3- se profundiza en
muchas organizaciones la lucha por salario digno y derechos laborales.
Estas son tres etapas
básicas, algo cronológicas pero sin desarrollo alguno, ya que la intención no
es ahondar en sus definiciones sino abstraer sus consignas al entramado actual.
Cómo se para en la
actualidad el trabajador organizado ante la realidades tan variopinta, en
cuanto a las situaciones laborales de los distintos rubros? Se podría
determinar que gran parte de esas etapas están resueltas, lo que es difícil de
definir donde está el techo, el límite de esos reclamos. Evidentemente la
sociedad bajo los parámetros del capitalismo y sus parámetros de carácter
progresista, no tiene límites. Lo que sí persisten y profundizan son los
estamentos. La clase obrera ha hecho un pacto de sangre con la sociedad de
consumo y ha reducido su condición a esa variable, sobre todo compite, más allá
de saberse en inferioridad, con esa carrera interminable e inmoral por el poder
adquisitivo. O sea, esos tres principios han quedado atrás y sólo se retrotraen
cuando algunos privilegios que percibimos producto del estilo de vida que
llevamos se tambalean.
Dejemos de lado el
antagonismo que nos precede en la lucha de clases. Hablemos en clave de
realidad. Lo que se manifiesta en contradicción con nuestro discurso es
justamente su contenido.
Por ejemplo. La
industria frigorífica tiene dos federaciones sindicales que representan
intereses distintos, que toman medidas independiente, con ritmos de trabajo muy
irregulares y brechas salariales dispares. Cada cual cuida su chacrita y buscan
acercarse solo cuando los acuerdos afectan para todos igual, así como en los
consejos de salarios. Aunque en el discurso público vendamos una imagen de
unidad, no en el discurso de base sino en la superficie institucional, donde la
estructura es intangible, donde se puede disimular hacia afuera con ayuda del
dogmatismo dirigencial. Donde la realidad no la daña y la hipocresía prospera.
Más allá de los
derechos conquistados, el mercado marca la cancha de la industria cárnica, el
sistema es incapaz de revertir decisiones de carácter empresarial. El
trabajador padece de cierta inestabilidad, intenta acomodar su economía a la
fluctuación impredecible del negocio, y se abraza a la regularidad laboral
cuando le toca. No es fácil, es un rubro con mucho poder e influencia, que
mueve las agujas de la economía uruguaya y expone sensiblemente la frágil
economía de la familia trabajadora.
Anael Cardozo
Trabajador del frigorífico Carrasco
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