Comunicado de prensa
UPM
Y EL GOBIERNO ELUDEN REQUISITOS AMBIENTALES BÁSICOS
Autorizaron el inicio de la construcción de la planta sin
haberse cumplido las condiciones previas establecidas por la autorización
ambiental del proyecto
A
casi un año y medio de la firma por el gobierno anterior de la autorización
ambiental para la segunda planta de celulosa de UPM sobre el río Negro, la
empresa aún no ha cumplido con requisitos que debían ser previos a la fase de
construcción. El gobierno actual autorizó el inicio de las obras sin que estén
definidos aspectos fundamentales del proyecto y las condiciones de partida para
medir sus impactos ambientales.
Una
condición fundamental es asegurar que la dilución de los efluentes de la planta
de celulosa no aumente la contaminación del río, ya muy comprometida en la
actualidad. Este requisito define la viabilidad del proyecto y debió ser previo
a su autorización, pero no se ha realizado hasta la fecha, cuando se acaba de
contratar un estudio de la Facultad de Ingeniería para determinar si es
aceptable o no la propuesta.
Otra
condición fundamental de este y de cualquier proyecto es la información sobre
la situación del medio ambiente en la zona de influencia de la planta de
celulosa, que debe recogerse antes de iniciadas las obras para estar en
condiciones después de medir si sus impactos son aceptables o no. Ese Plan de
Monitoreo Ambiental debía estar pronto en noviembre de 2019 pero aún no ha sido
completado.
De
acuerdo con la autorización ambiental del proyecto, el Plan de Monitoreo
Ambiental debía incluir la situación previa y la evolución de la calidad del
agua y los sedimentos del río, el estado de la biota acuática, del agua
subterránea y del suelo en el predio del proyecto y su entorno inmediato, la
calidad del aire en la zona, incluyendo ruido y las características
socioeconómicas de las comunidades involucradas.
Todos
los planes de monitoreo debían estar prontos en un plazo máximo de 6 meses
desde la autorización del proyecto el 14 de mayo de 2019, para disponer de no
menos de 2 años de mediciones previo al inicio de la operación del proyecto y
al menos 1 año de mediciones previo al inicio de actividades de construcción.
Como es notorio, las actividades de construcción se iniciaron sin cumplir con
este requisito.
Los riesgos
y perjuicios económicos, ambientales y sociales que puede ocasionar esta
conducta de la empresa y de las autoridades se están constatando,
lamentablemente, con el proyecto del Ferrocarril Central. Las imprevisiones
técnicas de la empresa que diseñó el proyecto, contratada por UPM, y de los
responsables del gobierno uruguayo que debían fiscalizarlo, han conducido a una
verdadera catástrofe.
Los
vecinos de las ciudades atravesadas por el tren tenían razón cuando
cuestionaron en las audiencias públicas las insuficiencias del proyecto. No
obstante, hoy, cuando el gobierno actual está obligado a revisar condiciones,
plazos y costos del proyecto, se sigue sin atender el reclamo de los vecinos
para evitar el paso de ese tren con celulosa y productos químicos peligrosos
por zonas densamente pobladas.
La
repetidamente invocada "seguridad jurídica" del Uruguay y el
cumplimiento de los compromisos es una vía en un solo sentido pues UPM incumple
con total impunidad. A pesar de los informes técnicos de la Dirección Nacional
de Medio Ambiente que evidencian los incumplimientos de la empresa, las
autoridades responsables de las decisiones nada hacen para controlar a UPM ni
impedir los incumplimientos.
Llamamos
la atención de la opinión pública por las graves consecuencias que pueden
acarrear estos hechos y llamamos a responsabilidad a las autoridades.
Movimiento
por un Uruguay Sustentable (Movus)
20
de octubre de 2020.
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