Cada
5 años la sociedad vota un gobierno ¿para qué lo hace, cuál es la finalidad de
estos actos? En teoría se vota un nuevo gobierno para que este pueda resolver
los mayores problemas de la sociedad. Decimos resolver, aunque si no se cuenta
con el tiempo y recursos necesarios para ese fin, también es aceptable crear las condiciones
para que a través de un proceso continuo de decrecimiento, estos problemas
finalmente, se eliminen. Esta es la única forma de vivir en una sociedad
próspera para sus habitantes.
Los
recursos necesarios para un gobierno, se determinan a través de leyes y la que
consagra la cantidad de ellos y la forma de obtenerlos y aplicarlos es conocida
como la ley General de Presupuesto Nacional. En la citada ley, también se
enumeran los recursos necesarios para innovar y crear instituciones o entes que
creen recursos o que disminuyan gastos anteriores, pero siempre teniendo como
norte, (por lo menos así debería ser), hacer la vida más segura, más justa y de
esta forma, más feliz para los habitantes de nuestro país.
Sin
embargo, si vemos desde 30 o 40 años para atrás cuáles han sido y son las
preocupaciones más importantes de la población, veremos que más allá de algunas
cuestiones coyunturales que aparecen y desaparecen, existe un conjunto de
dichas preocupaciones, que siempre han estado y que continúan estando: 1) Desempleo;
2) Seguridad; 3) trabajo; 4) salarios; 5) Educación; 6) Vivienda; 7) Salud, por
citar solo alguno de ellos, todo lo cual nos lleva al convencimiento de que
todos los gobiernos elegidos, absolutamente todos, han fracasado en su gestión
más importante, “el para que se los vota”.
La
pregunta que deberíamos hacernos hoy es ¿Será esta la ocasión en que todos
estos fracasos anteriores, se detengan y realmente La Ley General de
Presupuesto Nacional que se comienza a analizar en el Parlamento, marque un
principio de cambio radical, en relación a todos los casos anteriores? Esa
pregunta la debemos formular sin apegos políticos partidarios, pues el hecho de
que el gobierno sea de un partido político o de otro, no es la situación
prioritaria, esta es, resolver los mayores problemas de la gente y como hemos
dicho, todos los gobiernos anteriores,absolutamente todos, hayan sido del
partido político que hayan sido, han fracasado en esa faceta de su gestión.
El
actual gobierno gana las elecciones en un Balotaje en Noviembre de 2024 y asume
oficialmente el 1° de Marzo del 2025. Durante la campaña electoral tuvo grandes
dificultades para proclamar su programa de gobierno, lo que por su esencia es
relativo a los 5 años que comenzaron el día en que asume. Primero adujo que
presentaba un “borrador” de programa, luego pasó a ser lo de las 48 iniciativas
y finalmente el compromiso de las 63 prioridades, las cuales presentó divididas
en 5 sectores: 1) Desarrollo; 2) Seguridad; 3) Cohesión y cuidados;4) Vivienda;
5) Infraestructura.
A
esto hay que agregar un par de afirmaciones realizadas en plena campaña: 1) No
aumentar impuestos y 2) su posición como tal, opuesta al plebiscito de la
seguridad social.
En
relación al no aumentar o crear nuevos impuestos, lo fundamentó porque se
entendió, más allá de acierto o error en esa apreciación, que la sociedad ya
soportaba una elevada carga tributaria, por lo que no se veía con buenos ojos
dicha posibilidad y la segunda, o sea su oposición al plebiscito de la
seguridad social, porque afirmó que de aprobarse dicho plebiscito, la situación
general de la economía nacional, iba a ser mucho más compleja, que la que se
percibía a nivel nacional como también internacional y estas ya se veían
extremadamente inestables.
·
En relación al “programa”,
se complicó todo al afirmar el n° 2 de economía Martín Vallcorba, que este es
“impagable en 5 años y que es una guía para 10 o 15 años, aunque esto tampoco
lo aseguró. Toda una hecatombe, que aún nadie ha enfrentadocomo para
desmentirlo.
·
En el actual proyecto de
Presupuesto se crean impuestos nuevos, como el caso del IRPF a compras en el
extranjero, caso Temu, o la extensión del alcance de este, a las ganancias
conseguidas a través de depósitos en el extranjero o la creación del Impuesto
Mínimo Complementario Doméstico a las Multinacionales que facturen por encima
de 750 millones de dólares al año. Entonces en qué quedamos con las afirmaciones
realizadas.
·
Se presenta el Presupuesto
bajo la consigna artiguista de “libertad e igualdad”, lo que es falso, pues
Artigas no dijo nunca eso, sino que lo que expresó fue que ”no puede haber
libertad sin igualdad”, que es algo sustancialmente diferente y en este
proyecto, la única mención a la igualdad en el tema salarios, es que todo va a
seguir igual, por poner un ejemplo, se afirma que a los funcionarios docentes,
se les va a dar un aumento real por año del orden del 0,6 %, que para un
docente grado 1 con 20 horas semanales significa un aumento mensual de $ 304, o
sea nada y de allí posiblemente el comentario sobre igualdad.
·
Para apoyar a los alumnos
que vienen presentando un alto nivel de ausentismo, el gobierno ubica en este
Presupuesto, una ayuda permanente de $ 2500, para cada uno de estos alumnos, a
los efectos de que de esa forma, puedan acceder a los insumos necesarios para
poder tener mayor continuidad y de esa forma, bajar el índice de alumnos con
alto ausentismo. Sin embargo, la mayoría de estos alumnos, sino todos,
provienen de hogares de alta vulnerabilidad, tienen internamente,
desequilibrios no solo económicos, sino de naturaleza emocional y valores
humanos. Pero sin duda alguna, todos esos hogares tienen problemas económicos
graves, por lo que no parece nada seguro que el fin dado a esos $ 2.500
mensuales, sea el que el gobierno supone y para complicar aún más las cosas
desde un punto de vista filosófico, en el proyecto de presupuesto enviado al
parlamento, se indica que a partir del 2026, dicho apoyo económico se
generalizará a todos los estudiantes!!! ¿¿¿???
Con
respecto a lo citado sobre el tema de aumentos de salario, en el caso docente,
es interesante analizar esta situación de los aumentos docentes, en un contexto
más amplio, para poder evaluarlo con mayor base conceptual. A fines de la
década de los 50, en la ley general de presupuesto y salarios, se indica que un
docente de 6° grado con 20 horas semanales tenía un salario de $ 1420 de esa
época, el cual actualizado por IPC al 2025 da una cifra de $ 152.786, sin
embargo su salario actual es de $ 66.481.
Es importante observar la pérdida de salario real sufrida en 75 años. Por otra
parte, la misma ley citada de fines de los 50, ley 12 376, indica en su
artículo 6, que salario nominal de un Ministro del Poder Ejecutivo era de $
2353, de la época, el cual actualizado por IPC, al igual que el caso docente,
en esta oportunidad da $ 253.206, pero en este caso, en la actualidad, los
salarios de los Ministros de Estado son $ 382.150, o sea, no solo no han tenido
pérdida de poder adquisitivo, sino que lo aumentaron en un 52.5 %
Este
último dato refleja perfectamente la ética y la moral de quienes tienen los
mayores salarios como tales en todo el continente latino americano, sino que
además, son ellos los que a la postre, cuando se trata de recuperar poder
adquisitivo de los que sí lo han perdido, no solo se oponen al impuesto a los
millonarios del país, sino que afirman que no existen los recursos necesarios
para dicha recuperación.
El
otro punto temático que debe considerarse para establecer sobre bases reales si
un Presupuesto Nacional, puede o no, establecer parámetros diferentes a los que
se aplican desde hace más de 40 años, es considerar, la situación económica de
algunas variables básicas en la gestión de recursos existentes, en un largo
período de tiempo. Como por ejemplo la Balanza
Comercial y el Déficit Fiscal.
Bien
desde hace más de 30 años, tanto la Balanza Comercial, como el Déficit Fiscal,
tienen saldos enrojo, es decir dan pérdida, generan endeudamiento y por tanto,
con una situación de este calibre, debemos preguntarnos ¿Quién paga ese
desfalco? Porque como ya vimos, Presidencia, Senadores, Diputados, Ministros
del Poder Ejecutivo, no pagan, pues sus salarios en términos reales, no se
deprecian.
Por
lo tanto y como síntesis final, si no te gusta la sopa, 2 platos, este
Presupuesto va en la misma dirección que los anteriores, o sea más de lo mismo.
Dentro
de 5 años, la población volverá a ser consultada sobre cuáles son sus mayores
preocupaciones y se volverá a plantear desocupación, trabajo, salario, educación,
vivienda, salud y todos los que se viene señalando desde hace 40 años y que los
sucesivos gobiernos que esta sociedad votó, nada o poco positivo hicieron. La pregunta sería
¿Cuántos años más deben pasar para que te des cuenta, que la solución no pasa
por votar siempre a los mismos?
Colibrí
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