“La noche en la ciudad es
oscura
salvo por el brillo de los
misiles
silenciosa,
salvo por el sonido del
bombardeo
aterradora,
salvo por la promesa tranquilizadora de la oración
negra,
salvo por la luz de los mártires
Buenas noches”.
Hiba Kamal Abu Nada
La complicidad silenciosa: nuestra responsabilidad
en el genocidio en Gaza
En un mundo donde la
información fluye a gran velocidad, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno
se convierte en una elección moral. La situación en Gaza es un grito
desesperado que resuena en todo el planeta, un eco de dolor que se intensifica
con cada noticia de bombardeos, muertes y desplazamientos. La inacción frente a
este genocidio es una forma de complicidad; como bien dijo Sartre, somos
responsables por acción o por omisión.
El presidente de Uruguay,
Yamandú Orsi, ha optado por una postura de silencio y ambigüedad, evitando
calificar lo que ocurre en Gaza como genocidio. Esta falta de claridad no solo
es un acto de omisión, sino que lo convierte en cómplice de un estado que
perpetúa la violencia. Mantener relaciones diplomáticas con Israel sin condenar
sus acciones es una traición a los valores de justicia y derechos humanos que
deberían guiar nuestra política exterior. La historia nos juzgará por nuestra
pasividad.
No podemos mirar hacia otro
lado. Cada vez que compramos un producto israelí, estamos, de alguna manera,
apoyando un sistema que oprime a un pueblo. El boicot a los productos de Israel
no es solo un acto de protesta; es un llamado a la acción colectiva. Nos invita
a reflexionar sobre nuestras decisiones de consumo y a cuestionar a qué tipo de
política estamos contribuyendo. Al elegir no comprar productos israelíes,
estamos desdibujando las líneas de complicidad que nos atan a un sistema
injusto.
Es hora de asumir nuestra
responsabilidad. La neutralidad no es una opción. Al ignorar el sufrimiento de
los palestinos, nos convertimos en cómplices en el genocidio que se perpetúa
ante nuestros ojos. A través del boicot, podemos ser parte de una solución que
exija justicia y dignidad para todos.
La historia
nos mirará y nos preguntará: ¿qué hiciste tú cuando se cometió el genocidio? La
respuesta debe ser clara: no fuimos cómplices.
MAURICIO
MOREIRA
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