viernes, 9 de septiembre de 2022

LOS NÚMEROS NO MIENTEN PERO ENTONCES, ¿QUIÉN MIENTE?

 


LOS NÚMEROS NO MIENTEN

PERO ENTONCES, ¿QUIÉN MIENTE?

Los trabajadores de la salud salimos de la pandemia debilitados. Salimos más cansados y más empobrecidos. Salimos con condiciones laborales más precarias y más vulnerables.

En el convenio colectivo pasado, que culminó en junio de 2022, tuvimos pérdida del salario real durante dos años. En el primer año un 4,2% y un 4,3% en el segundo año, totalizando un 8,5 % de pérdida del salario real. Al final del período, en el mes de julio de 2022, tuvimos un CORRECTIVO de 8,5 %, igual a la pérdida de los dos años. A la inflación la corremos de atrás, lo que se perdió mes a mes en los últimos 2 años no se recupera nunca. Lo perdimos en el precio de la leche, el pan, la carne, el transporte.

La SALUD perdió salario y condiciones laborales en el medio de una pandemia, donde la esencialidad de nuestra función era aplaudida por la noche y ensalzada en el informativo central todos los días durante casi dos años. Y, sin embargo, perdimos.  Perdimos una histórica oportunidad de avanzar sustantivamente, no avanzar de palabra y con migajas tan endebles que cualquier vaivén hace que volvamos a foja cero si no avanzar en términos reales, en salario y en condiciones de trabajo dignas.

¿En qué está la negociación por el nuevo convenio?

La FUS acaba de comunicar a los sindicatos de base que, en la última reunión del Consejo de Salario del 31 de agosto de 2022, el gobierno aceptó la propuesta de la FUS de un convenio a tres años y agrega en el comunicado que “los cursos de capacitación para el cobro de la partida perdieron vigencia, que la resolución es no pagar más la partida…”

¡Chau remuneración por la capacitación!  La correlación de fuerzas que tenemos no hace avizorar que esa realidad pueda ser cambiada en el corto plazo porque no tenemos la fuerza necesaria para obligar al gobierno y a las empresas a cumplir los acuerdos. Las patronales avanzan en flexibilización laboral, en rebajas y en despidos, con el agravante que tenemos una casta dirigente que fue cooptada de hecho por ese discurso neoliberal y precarizador. Sus acciones, más que sus palabras, delatan ese consentimiento ideológico.

El convenio colectivo que pretende firmar la FUS es a tres años. Creo que fue un error proponer un convenio colectivo en un plazo tan extenso, teniendo en cuenta la incertidumbre sobre el aumento de la inflación.

La inflación interanual en julio de 2022 fue de 9,56%, el máximo del año. Tengamos en cuenta que el rango meta del gobierno a partir de setiembre de 2022 será de 3 a 6%, incluso un punto por debajo del techo del rango meta anterior que era del 7 %. Recordemos que la inflación en alimentos y bebidas es mayor que el promedio interanual que se menciona anteriormente y llegó al 12%, y eso hace que el deterioro de la capacidad de compra de las y los trabajadores sea mayor, dada la incidencia que tienen esos rubros en nuestra canasta básica.

La resolución de un convenio a tres años, fue tomada por la Dirección Nacional de FUS luego de una hora y media de discusiones. Sí, leyeron correctamente, la mayor Federación del país discutió en solamente una hora y media la plataforma para el próximo convenio colectivo que rige el salario y las condiciones de más de 30.000 trabajadores para los próximos 3 años.

El gobierno no es el único que usa la manipulación semántica para hacer gárgaras de logros y avances. No son los únicos en marear la perdiz. Si vemos el discurso triunfalista de la mayoría de la FUS, y después cotejamos con la realidad de nuestros salarios y condiciones, vemos un abismo entre el discurso y la realidad que día a día enfrentan las y los trabajadores de la Salud.  Tenemos representantes sindicales que se han dedicado a justificar la realidad, cuando de lo que se trata es de transformarla.

R. Hunter Indart

Integrante de Lista 2, FUS

 

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