martes, 14 de diciembre de 2021

DOS TIPOS DE SINDICALISMO

 


DOS TIPOS DE SINDICALISMO

El sindicato de Médica Uruguaya (APMU) se transformó en el terreno de disputa de dos modelos sindicales. El viejo modelo es el modelo de los acomodos, el de cocinar las asambleas, el de aceptar la precarización laboral, el de decir una cosa y hacer lo contrario, el de la patota sindical. El modelo que sigue dictámenes partidarios.

Ese viejo modelo es el que ha dinamitado la credibilidad, vaciado de contenido ideológico y político a una parte del sindicalismo. Están vaciados de contenido político en el sentido amplio de la palabra. Declararse en contra de la LUC y recitar como un mantra frases hechas, no lo hace político.

Hay otro modelo que pugna por avanzar y plantea no solamente una real independencia partidaria, de clase, sino un camino guiado por principios y valores que sean la senda por donde transitar hacia otro tipo de sociedad, más justa, solidaria y verdaderamente humana. Este nuevo modelo, aunque avanza, queda muchas veces queda atrapado en las luchas intestinas en las redes burocráticas sindicales.  

El caso de APMU es paradigmático, porque desde el punto de vista sindical la conducción de la lista 17, implicó un antes y un después en el sindicato. Se pueden señalar grandes conquistas en APMU: equiparación salarial, condiciones laborales, llamado a concurso, respeto por la herramienta sindical y también, transparencia en las finanzas.

Sin embargo, la lista 17 perdió las elecciones y los dos primeros representantes, fuimos suspendidos por 4 años.

¿El motivo de esta salvaje decisión? El dinero, corazón del capitalismo y la ausencia de conciencia de clase.

Se nos acusa de haber ido a la justicia para realizar denuncias sobre diversas irregularidades en la Caja de Previsión.  Como dirección política del sindicato intervinimos en una Caja de Previsión (brazo social del sindicato) que llevaba 12 años sin elecciones, sin balances y que tenía el dinero en cuentas personales. Por si esto fuera poco, teníamos el resultado de una auditoría externa que concluyó (cita textual):

… “no (se) puede asegurar que los estados financieros de CPMU (Caja de Previsión de Médica Uruguaya) reflejan razonablemente la situación económica y financiera.

“Se evidencio la carencia de control interno y por tal no se puede afirmar que en los períodos auditados no existieron usos indebidos de los fondos de CPMU.”  (las negritas y el subrayado, son míos).

Está más que claro, lo demás son puras interpretaciones mal intencionadas.

Allí donde hay dudas sobre padrones, finanzas o comportamientos éticos poco claros, el mensaje es que los trapitos sindicales, aunque más que trapos, son sábanas, se lavan en casa. Desde La17 no comulgamos con el secretismo y el oscurantismo.

Simbólicamente se nos suspendió en una Asamblea en el día del aniversario del sindicato, ese día no le pusieron un solo cartel por su aniversario. Claro síntoma de cuáles son sus intereses. En esa Asamblea votaron los mismos que le hacen juicio al sindicato, demandando entre otras cosas, el 64 % de la casa sindical, además de millones de pesos. Parece surrealista, pero no lo es. Fueron juez y parte en la Asamblea.

La suspensión es, además de un acto revanchista, una señal política para todo aquel que pretenda enfrentar el rumbo de ese accionar enquistado desde hace décadas en una parte importante del movimiento sindical. Pretenden generar impotencia, y derrotismo en aquellos que enfrentamos ese decadente accionar sindical. Es el viejo mecanismo de expulsión del que piensa diferente y que hace peligrar el statu quo. 

Salir de ese cerco es exponerse a que toda la maquinaria sindical y partidaria se te venga encima, con el objetivo de que elijas renunciar a la lucha o someterte.  No haremos ni una cosa, ni la otra. Elegimos el camino de la resistencia y de la lucha.

Desde la La17, como le decimos nosotros, hemos atravesado cuanto temporal ha habido. Hemos enfrentado, muchas veces solos, poderes muy superiores a nuestra fuerza. Hemos crecido y hemos aprendido a resistir y prosperar en la adversidad, porque nunca nos apartamos del colectivo, ni de ciertos valores que guían nuestro accionar. Y porque contamos cada día más, con el respaldo de un número importantísimo de compañeras y compañeros, dentro y fuera de APMU.

A pesar de una infame asamblea que duró 6 horas, que tuvo el portón cerrado y que cambió el orden del día en forma anti estatutaria, en 5 días logramos 744 firmas de compañeras y compañeros de APMU, que se expresaron en contra de nuestra salvaje suspensión, en contra de esta guillotina política. Logramos más firmas que votos tuvo la actual mayoría de APMU. Es una enorme señal de respaldo.  Son claras demostraciones que no todo está perdido, que hay una enorme cantidad de compañeras y compañeros que no están dispuestos a retroceder y volver a modelos sindicales que agonizan. Es una demostración que hay victorias que son pírricas y derrotas que son victorias.  

Resistiremos, insistiremos, lucharemos y, sin duda alguna, ¡venceremos!

Rosalba Hunter Indart

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