¿El sindicalismo ha muerto? Tal como lo conocimos el sindicalismo tiende a desaparecer, las características que
describen los nuevos comportamientos políticos son individuales y no colectivas. Podría
decirse que los problemas se resuelven terapéuticamente. ¿Que nos condujo a esta situación? Se puede culpar al capitalismo en su fase
neoliberal, al libre mercado, a los medios de comunicación, a las corporaciones y al
poder político y todo eso sería muy correcto, pero a este diagnóstico le faltaría nuestra
autocrítica como clase trabajadora .
Hay “dirigentes sindicales” que nos quieren hacer creer que somos nosotros (minorías)
los causantes del caos y los que le hacemos el juego a la derecha. Estos “dirigentes” han
creado un aparato burocrático perfectamente aceitado entre partido de gobierno (FA)
empresariado y medios de comunicación, generando así un blindaje y una especie de
terreno fértil para su discurso anacrónico que tiende a lo fantasioso y que poco tiene que
ver con la realidad .
Hablan de democracia y de lucha de clase, mientras ¡en el colmo de la desfachatez! su
accionar cotidiano es autoritario y de concordia de clase. Para muestra basta un botón:
hace pocos días en el paraninfo de la Universidad de la República, se le dio inauguración
a la “Fundación ENRIQUE BARRIOS”, y en las primeras filas estaban presentes los
Gerentes de las principales mutualistas… ¡ah! y también Salgado el reconocido presidente
de CUTCSA. El slogan fue “la FUS avanza “, sí, avanza…como el cordero a la matanza. La
obscenidad de algunos actos raya lo inmoral.
¿No son éstos los empresarios chupa sangre que se quedan con las ganancias? ¿No son
ellos los que consideran que la salud es una mercancía? ¿Cuál es la causa de la falta de
reacción de nuestros dirigentes? ¿Qué piensan los militantes sindicales de FUS? ¿Cómo
se hace para hablar de lucha de clase después de esto? La connivencia se hace muy
evidente, y por momentos parece que el relato se devoró la realidad. El relato fantástico
y fantasioso de los que creen que están dando una “lucha histórica “-como se dijo del
convenio colectivo- campea sin critica alguna. Toda esta parafernalia discursiva es digna
de la fábula del Flautista de Hamelin. Pero como reza el dicho: no hay peor ciego que el
que no quiere ver.
Todos los análisis fracasan cuando pensamos que hay líneas ideológicas que no se van a
cruzar, bueno… nos hemos equivocado. Con este contexto se hace difícil revertir esta
situación en un futuro cercano, un futuro que horroriza de tan previsible.
Compañeros: si deseamos volver a la democracia verdadera, la del trabajador en lucha
contra el sistema, la de las mujeres y hombres concretos contra el neoliberalismo que nos
transforma en cosas. ¿Por qué no empezar por sincerarnos? Votar o no votar es lo mismo,
abstenerse, es, en efecto, confirmar las mayorías, sea cual fuere ésta. Nada de lo que se
haga al respecto tendrá sentido si al mismo tiempo, es decir desde hoy, no se lucha contra
esta burocracia sindical, que nos reduce deliberadamente a la impotencia.
Mauricio Moreira
Lista 2
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