miércoles, 29 de agosto de 2018

ARATIRI

ARATIRI
La empresa Zamin ferrus de origen Indio formalizó el pasado 3 de julio una demanda internacional contra Uruguay por 3,536 millones de dólares. La minera había presentado con el beneplácito del gobierno Uruguayo un proyecto de explotación minera en el año 2011.
El fracaso del emprendimiento fruto de cambios en el precio internacional del hierro, la fuerte oposición de amplios sectores de la población y  las exigencias de la multinacional dieron por tierra con uno de los espejos de colores vendidos por el progresismo.
Este juicio iniciado por la minera por  "incumplimiento del Tratado para la Protección y Promoción de Inversiones entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Oriental del Uruguay" deja en claro el carácter colonial de estos tratados bilaterales donde el Estado uruguayo pone el gasto, asume los riesgos y garantiza al “inversor” todas las ganancias.
Este es el carácter del acuerdo firmado con UPM para la segunda planta.
Según la minera el reclamo es por  "la conducta arbitraria y no transparente del gobierno uruguayo, contraria a las legítimas expectativas de los inversores" ya que "el gobierno implementó cambios a las reglas de juego afectando específicamente el proyecto, y de forma retroactiva".

El espejismo de la inversión extranjera vendido como la salvación para un país en que no quedan fabricas y cada vez se producen menos alimentos se cae a pedazos, desde el fracaso de la regasificadora el chantaje de UPM2 hasta el reclamo de Aratiri la ausencia de rumbo rompe los ojos. Lo único a lo que se aferran algunos es que peor sería…que vuelvan los rosados.
Tato


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