ARATIRI
La empresa Zamin ferrus de origen
Indio formalizó el pasado 3 de julio una demanda internacional
contra Uruguay por 3,536 millones de dólares. La minera había presentado con el
beneplácito del gobierno Uruguayo un proyecto de explotación minera en el año
2011.
El fracaso del
emprendimiento fruto de cambios en el precio internacional del hierro, la
fuerte oposición de amplios sectores de la población y las exigencias de la multinacional dieron por
tierra con uno de los espejos de colores vendidos por el progresismo.
Este juicio
iniciado por la minera por "incumplimiento del
Tratado para la Protección y Promoción de Inversiones entre el Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Oriental del Uruguay" deja
en claro el carácter colonial de estos tratados bilaterales donde el Estado
uruguayo pone el gasto, asume los riesgos y garantiza al “inversor” todas las
ganancias.
Este es el carácter del acuerdo firmado
con UPM para la segunda planta.
Según la minera el reclamo es por
"la conducta arbitraria y no transparente del gobierno uruguayo,
contraria a las legítimas expectativas de los inversores" ya que "el
gobierno implementó cambios a las reglas de juego afectando específicamente el
proyecto, y de forma retroactiva".
El espejismo de la inversión extranjera vendido como la salvación para un
país en que no quedan fabricas y cada vez se producen menos alimentos se cae a
pedazos, desde el fracaso de la regasificadora el chantaje de UPM2 hasta el
reclamo de Aratiri la ausencia de rumbo rompe los ojos. Lo único a lo que se
aferran algunos es que peor sería…que vuelvan los rosados.
Tato
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