domingo, 29 de diciembre de 2024

JUBILACIONES

 

JUBILACIONES MÍNIMAS Y SALARIO MÍNIMO NACIONAL

TODO ESTÁ GUARDADO EN LA MEMORIA

1) Repasando los años 1960, 1968, 1982, 1995, 2002, vemos que todos ellos tienen una cualidad común, en cada uno de esos años los gobiernos de turno, aplicaron sendas devaluaciones respecto del dólar de EEUU. En 1960 el peso se devaluó un 170 %, en 1968 un 25 %, en 1982, 133 %, 1995 27 % y 2002 un 100 %. (Fuente: Dr. Gabriel OyhantçabalBenelli, La Diaria 30 de Enero del 2023.)

En 1959 el Dólar de los EEUU, costaba $ 11, en 1967 $ 100 y en 1972 $ 900, en poco más de 15 años, el Peso se depreció más de 90 %.

Los años mencionados, también se caracterizan por haberse firmado las tristemente conocidas “Cartas de Intención” con el FMI, las cuales por un lado aportaban al país fondos frescos en calidad de préstamos con intereses obviamente, que luego todos los ciudadanos debimos enfrentar para amortizarlos, pero que al mismo tiempo y de allí su nombre, imponían al gobierno que los solicitaba, diversas condicionantes en cuanto a su manejo de la economía, toda una clara pérdida de soberanía.

Una de dichas condiciones se refería a disminuir el Gasto Público, en el cual naturalmente, se encuentran la Educación y la Salud Pública, así como los Entes Estatales, lo que condujo a pérdida de salario, de puestos de trabajo y por ende de inestabilidad económica para los uruguayos.

A esta realidad, debemos agregar toda una concepción de fijación de precios y salarios, como así también del tipo de cambio, como sucedió hasta 1982, pero que en grandes líneas se sigue aplicando, lo que conlleva a una sucesión interminable de micro devaluaciones mensuales, lo que ha generado una dramática disminución de ingresos de los sectores más vulnerables. Como contrapartida, el salario de un Ministro de Estado en 1960 era de $ 2353, de la época y que hoy debería ser de $ 240883, sin embargo dicho salario es en la actualidad $ 360519, muy por encima de su valor real de 1960.

Para ejemplificar con la llamada Jubilación Mínima, es importante ver el Título II, Capítulo I, Artículo 36 de la Ley 12.761 del 23 de Agosto de 1960, según la cual se puede ver que a partir del 1° de Junio de ese año, ninguna Jubilación en su valor Nominal dependiente de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Civil y Escolar, no podrá ser inferior a $ 200.

Este valor, en pesos de dicho año, traído al 2024 a través de compensación de las inflaciones acumuladas en el período citado, da, con pesos  actuales,  es decir del año 2024, un monto  de $ 20.474. Es decir, ninguna persona que se jubilara, debería disponer de una prestación inferior a dicho monto, lo cual en la actualidad está lejos de cumplirse.

La página Web del BPS, indica que el monto actual jubilatorio por debajo del cual no hay prestación alguna, es de $ 3942, cuando debería ser de $ 20474.

El salario Mínimo Nacional a Diciembre de 1969, fecha en la que comenzó su aplicación, era en Pesos del 2024 $ 0.01, actualizado por inflación da $ 27154, unos $ 4886 por encima de lo que se paga en la actualidad $ 22268, lo que implica que en 5 años, sólo por este concepto, cada trabajador que cobra el SMN, ha dejado de percibir la suma de $ 252.120.

Los Psicólogos dicen “El niño explica al adulto”, los nutricionistas dicen “Somos el resultado de todo lo que hemos comido”, en Política Económica y fragmentación social y económica las causas no  están en el presente, sino que el presente es el adulto y el pasado es el niño. (Enrique Espínola)

Canelones

 


Canelones       

Una lucha desigual

Los colectivos de vecinos organizados en Canelones llevan años luchando contra las políticas de la Intendencia Canaria que tienen como único norte,  beneficiar al empresariado, a los especuladores inmobiliarios  dejando los intereses y la calidad de vida de los canarios en último lugar.

En toda la Costa de Oro se viene expandiendo el negocio inmobiliario, con edificios, barrios privados, etc. que buscan aéreas privilegiadas como la costa, los lagos o los ríos  para construir, violando las normas, en lugares inadecuados, alturas ilegales, rellenando lagos, etc. Cuentan con el visto bueno de la propia Intendencia que prioriza el interés empresarial sobre el de la mayoría de los habitantes.

La intendencia ha armado una oficina “especial” en la Ruta 101 con el único fin de viabilizar estas inversiones y facilitarles todas las excepciones a las normas necesarias.

Hemos visto, en Paso Carrasco, Parque Miramar y Shangrila rellenar los lagos en forma ilegal, construir en alturas prohibidas  sin que se escuchara la voz de los vecinos que llevan toda la vida en la zona.

En esta tónica la Intendencia impulsa hoy la construcción de barrios privados –chacras ,en torno a la Laguna del Cisne, un área vital para toda la zona, reserva de agua y refugio de decenas de especies de aves. Se pretende violar la categorización del suelo, como área rural, para urbanizar. No le importa a Orsi y su gente que esta sea una reserva vital de agua para el departamento.

Las comisiones de Cuenca y las audiencias públicas son una puesta en escena ridícula y sin valor alguno, ya que se sabe que esa cueva que es la Junta de Ediles aprobará cualquier “inversión” privada si hay la suficiente cantidad de dinero detrás.

Y basura también

En la misma línea y de forma reiterada, la Intendencia pretende instalar un megabasurero en Empalme Olmos contaminando la zona y el Arroyo Pando. No es el primer intento de megabasurero, el anterior termino bloqueado por la lucha de los vecinos y la intervención del Ministerio de Ambiente. Estas inversiones también tienen nombre y apellido, empresas que están detrás del negocio.

A lo largo de la Costa de Canelones  y en diversas localidades (Soca, Empalme, etc) grupos organizados han sido la verdadera piedra en el zapato para la Intendencia y sus subditos. Es vital para seguir adelante que se refuerce la colaboración y la pelea en común de todas las organizaciones porque los tiempos que vienen serán aun más complicados. La crisis y la necesidad de hacer caja impulsaran a los gobernantes a entregar lo que sea para obtener fondos.

COLINAS

 

COLINAS DE SOLYMAR

En estos días, tras un largo camino, comenzaron algunas obras  en los accesos al barrio. En principio el asfaltado de Everest y Aconcagua (ahora cerro Pan de Azúcar y de Montevideo) por donde circula algunas veces, al día el ómnibus de Copsa.

El reclamo de los vecinos que comenzó en el 2017 con una entrega de cientos de firmas a la Intendencia, ha llevado todos estos años y es un comienzo.

En el reclamo original, se reclamaba el asfaltado, la canalización de aguas de lluvia, los refugios peatonales, la mejora en la frecuencia del 705 y otras más.

Ante el comienzo de estas obras es importante que los vecinos organizados actúen como fiscales y controlen la calidad de las obras. También continuar con los reclamos que quedan pendientes, entre otras cosas la necesidad de espacios públicos cuidados para la población del barrio.

Luis                                    

CONTAMINACIÓN: ¿RASGO PRINCIPAL DE NUESTRA CIVILIZACIÓN?

Luis E. Sabini Fernández

https://revistafuturos.noblogs.org/                                                                

 

Una vez cada tanto recibimos “el golpe” de una noticia que trastorna nuestro universo cotidiano.

El concepto del título puede tener muy variables significados, materiales, espirituales, pero estas líneas van a discurrir exclusivamente en el plano físico; vinculado con nuestros cuerpos (aunque no exclusivamente; ya sabemos todo es uno).

Con los alimentos,nuestras comidas cotidianas, las advertencias han sido reiteradas. Pero al parecer el papel persuasivo de los emporios que controlan la producción, circulación, y disposición de los alimentos que constituyen nuestra dieta habitual, es lo suficientemente poderoso como para que sigamos consumiendo lo que el mercado ofrece, independientemente de si tales alimentos son saludables o no.

Si nuestra hipótesis es certera se nos abre un abismo a causa de nuestra impotencia.

Los hábitos alimentarios de la humanidad han cambiado en el último siglo, o más acentuadamentetodavía, desde la segunda mitad del siglo XX, a un ritmo que no tiene precedentes: durante siglos y hasta milenios se comió con menos modificaciones en los alimentos que todas las que se han sucedido en los últimos cien años.

¿Pasó algo entonces para haberse generado tantos cambios y modificaciones en nuestros  hábitos alimentarios?

Ciertamente. Resumidamente lo titularía: AWOL. American Way of Life.

Lo que llamamos modernidad (los historiadores suelen hacer coincidir su surgimiento con el Renacimiento, siglo xv) vino desarrollándose cada vez más intensamente a través del laicismo, la industrialización, los despliegues científicos y tecnológicos, los grandes inventos consiguientes (y la aplicación de viejos inventos, sobre todo chinos)aplicados a la producción y circulación de bienes materiales, el ensanche del mundo incorporando las Américas a la vieja globalización mediterránea (ahora atlántica), y con el paso de los siglos, una tecnificación progresivamente acelerada.

A mediados del s xx, tras el tendal dejado por la 2GM, nos encontramos con una potencia que ha ido tomando más y más poder mundial, desplazando a los parcialmente perimidos colonialismos británico y francés; EE.UU., que vanguardiza prácticamente casi todos los rubros de la modernidad. La influencia american se extiende por todo el mundo, y se afianza: energía a petróleo en lugar de carbón, abundancia en lugar de escasez, democracia en lugar de monarquías y “viejo orden”. Automóviles para los desplazamientos; y no en topolinos sino en colachatas; las ciudades norteamericanas se diseñan con más espacio del que disponía la campiña italiana, por ejemplo, para sus vides, limones, aceites. Ciudades tan “estiradas” necesitaban un vehículo de conexión como el automóvil. Y la americanization se fue globalizando.

EE.UU. siente llegada su hora. Su cultura. Diseñadores dietéticos postulan la aplicación de la ciencia a nuestras comidas; se diseñan pastillas que otorgan a cada humano todas sus nutrientes, de un modo científico, más preciso que cualquier menú tradicional.[1]

Pero si no íbamos a superar lo alimentario, íbamos sí a superar los alimentos. En EE.UU. comienza una revolución culinaria: basta de agua, vino o cerveza para acompañar comidas; un brebaje diseñado a comienzos del s xx, con algún estimulante y azucarado, será el estandarte líquido de la comida estadounidense. Y el aumento de grasas y azúcares será otro. Como el American Way of Llife tiene siempre un ojo puesto en la billetera, se ensancharán los platos (llegarán a ser de 30 cm de diámetro) para servir porciones mayores, estimulando el consumo.

Todas estas medidas tendrán su coletazo imprevisto e indeseado: el aumento de peso de los cuerpos humanos, la obesidad como anomalía cada vez más presente.

Pero los alimentos no se procesan sólo en las cocinas y en las mesas. La agroganadería estadounidense revolucionará también los piensos suministrados a los animales de crianza: se desarrolla toda una ingeniería agronómica para producir más revolucionando todas las técnicas agronómicas: ya no será sólo el agua, las piedras de cal, y algunos otros caldos, como el  bordelés; ahora los laboratorios cada vez más a cargo de la industria alimentaria, irán produciendo toda una batería de sustancias llamadasfertilizantes –para que las plantas las absorban− y de otras sustancias denominados genéricamente “fitosanitarios” o “agrotóxicos”  –para que las plagas los absorban.

Solo que el “reparto” no es tan exacto como pretendían los técnicos y cada vez más, vamos a ir verificando que los venenos no sólo envenenan a los objetivos de las aplicaciones… sino también, a los mismos alimentos, a los que aplican y a sus comensales finales.

A lo largo de las últimas décadas, muchas ya, hemos ido recibiendo diversas llamadas de atención al respecto.

Muy sucintamente: en 1962, Rachel Carson, bióloga estadounidense, escribe como  alegato, Primavera silenciosa, donde explica como los agrotóxicos, cada vez más extendidos en el medio rural (entonces norteamericano) están acabando con los insectos y otra fauna menor, fundamentalmente muchas especies polinizadoras, y las avesde ese hábitat (a las que alude en su título).

Los grandes laboratorios indirectamente aludidos iniciaron una campaña de desprestigio y presión, cuestionándole su capacidad profesional. Para muchos significó arruinarle la vida a Carson que muriócon 57 años, apenas un año y medio después de la aparición de su libro.

Toda una recordatoria de lo que cuesta investigar contra los intereses corporativos.

 

Matar a la naturaleza, para que mejore…

Luego de la denuncia de Carson, la quimiquización de los campos (y consiguientemente de las ciudades, de la sociedad humana) se expandió todavía más, mucho más, de modo imparable.

A la par, la sociedad, en primer lugar la norteamericana, pero por fenómenos de expansión imperial, la sociedad occidental inmediatamente después y progresivamente, el mundo entero, fue registrandoasí el pasaje de la “agricultura tradicional” a la agricultura “científica” o contaminante, según valoremos el rasgo que la caracteriza.

Se fueron sucediendo nuevos capítulos de esos avances científicos o contaminantes. O mejor dicho, científicos contaminantes.

La ciencia suele ser el eslabón para mejorar nuestros saberes operacionales y en ese sentido, la ciencia no tiene porque ser acompañada de contaminación. Pero en las circunstancias históricas que venimos reseñando, la ciencia no proviene de un saber curioso que ha alimentado nuevos aprendizajes para entender el mundo y modificarlo, sino de empresas que se han dedicado a  desarrollar ciencia y técnica, mejor dicho técnica y ciencia, para incrementar rendimientos. Crematísticamente. La utilidad pasa a ser primordial, no la calidad, en este caso alimentaria.

En concreto, lo que se suele llamar modernización de la agricultura, que incorpora nuevos saberes científicos, incorpora fundamentalmente nuevos recursos tecnológicos, donde la cuestión de los costos desempeña papel primordial. Pero no un abordaje real de los costos en todos sus aspectos, sino un abordaje funcional, pragmático, de los costos inmediatos de una modernización dada: si plantar y carpir sale 130 y plantar y tender un germicida (que no afecte la plantación principal, porque por ejemplo es transgénica y está así programada) sale 110, la “solución” es clara: se opta por el germicida, más “económico”.

Si incluyéramos en los costos las intoxicaciones y enfermedades derivadas del uso de semejante tóxico, la pérdida de calidad de vida de la población afectada por el cultivo con agrotóxicos, y la pérdida de calidad alimentaria de ingerir alimentos con venenos “incorporados”, y el costo de las afecciones resultantes, entonces los costos de la agricultura “moderna”, agroindustrial”, ”inteligente” (sic!), sería apreciablemente mayor que la vilipendiada agricultura tradicional.[2]

Pero así “no se hacen las cuentas”.

Los laboratorios y las empresas de semillas y “mejoradores” tienen otra contabilidad: que las enfermedades, los envenenamientos, lo paguen las familias particulares, víctimas, o las redes asistenciales (que lo harán, generalmente mal) sin que afecte la contabilidad del consorcio que ha ignorado la salud pública.

Éste es el “santo y seña” del mundo empresario cuando genera algún “problemita”.

Las décadas del fin del siglo xx verán el debate de las redes campesinas y rurales contra la creciente contaminación.

Que dista, y mucho, de ser exclusivamente alimentaria.

 

 

La plastificación de las sociedades humanas

En 1996, otros tres biólogos, también estadounidenses, tras un relevamiento de años por diversas zonas del subcontinente norteamericano, Dianne Dumanoski, John Peterson Myers y Theo Colborn, presentan un informe con el sugerente título Nuestro futuro robado.[3]

Donde muestran y demuestran como algunos materiales plásticos se han ido infiltrando en los cuerpos de los seres vivos (porque, por ejemplo, presentan similitudes con estrógenos) y están causando atroces alteracionesen los recién nacidos (pero no solamente). Logran en primer lugar ubicar algunos de esos plásticos y plastificantes generadores de tantos daños genéticos y a  sus víctimas en la fauna silvestre: gaviotas hembras que han cambiado su comportamiento, y contaminadas, adquieren el propio de machos; cocodrilos en la Florida cuyos penes se han atrofiado tanto  por contaminación plástica que ya no pueden fecundar a las hembras, y así sucesivamente.

Curiosamente, ni el sacudón de 1962, ni el de 1996 parecen haber tenido efecto duradero. Nuestra sociedad contemporánea resulta impermeable a desafíos que incluso afectan nuestras propias vidas.[4]

Con la fabricación de plásticos, inicialmente termorrígidos, como la  bakelita, pero a poco, termoplásticos que revelarán, como la palabra lo dice, enorme plasticidad comienza un proceso que hoy caracteriza a “todo el mundo”. Los termoplásticos, obtenidos a partir de la polimerización del petróleo, irán poco a poco introduciéndose en todo. Una cualidad, que la industria petroquímica encontró y que para esa industria significó fuente de ganancias; la no biodegradabilidad, es tan extraña y ajena a nuestro hábitat que carece de una palabra para expresarlo; y por eso usamos dos.

La petroquímica expandió por el planeta su “producción”, cuidándose muy bien de averiguar su destino o consecuencias. El optimismo tecnológico que ha funcionado como verdadero “opio de sus titulares” hizo que descuidaran semejantes implicaciones. ¿Cómo si era nuevo podía ser malo?¿Acaso no es lo viejo, lo perimido, lo premoderno lo (único) que puede ser malo?

Por la misma razón, se evita advertir cómo contaminación puede producir trastornos en nuestra sexualidad y se prefiere, en cambio, “convertirlos” en ”nuevas visiones de la sexualidad”.

Y el volumen del daño fue creciendo incontenible. Los promotores de la industria petroquímica, como la de los “fitosanitarios”[5]para el mundo rural, optaron  por la política del “que me importa”. Y con esos parámetros, se convirtió en una de las ramas industriales de mayor rentabilidad en el mundo entero. En rigor, porque tenía tamaña rentabilidad, se desechó toda política restrictiva a agrotóxicos o a plásticos.

Quedaba sin resolver el destino de un material –los plásticos− que no desaparece nunca, que sólo va cambiando de forma (se intentó en los primeros momentos su incineración, pero la toxicidad hasta del aire se hizo tan gigantesca e insoslayable que se desistió). El optimismo tecnológico permitía no  hacerse responsable de sus actos; más valía desvincularse de ellos. El recurso  del pagadiós.

Como se trataban de adelantos e inventos tecnológicos, tenían licencia garantizada de antemano (aunque nadie imaginó, seguramente, que era para matar).

Porque ante cada avance tecnológico, el ensanche incontenible de los productos químicos –el hallazgo o invento de una nueva sustancia−, se trató siempre de ver el aporte (que fuera enfriador, conservante, ignífugo, suavizante, y la innumerable variedad de funciones atractivas, pero jamás examinando sus inconvenienteso desventajas (salvo que fueran tan patentes, como, por ejemplo, un lubricante excelente que resultara altamente inflamable). De ese modo, de decenas de miles de productos químicos característicos de nuestra sociedad actual, apenas un 10% tiene una ficha de relevamiento más bien completa con ventajas y desventajas;  la inmensa mayoría de productos químicos que usamos fueron ideados para cumplir una funciónestimada como deseable, ignorando las más de las veces  quéotros rasgos o características tenía; por ejemplo si era asimilable por cuerpos vivos, si era alojable en órganos de mamíferos (o de insectos). Tampoco se agregabandatossobre otros rasgos, ajenos al hallazgo tecnológico diseñado para alguna tarea particular (rasgos que podrían revelarse altamente problemáticos, que es lo que ha estado pasando con tantos nuevos productos químicos).

 

De esa manera, la humanidad, y sus centros de documentación y relevamiento no supieron o pudieron o quisieron ver la lenta pero inocultableacumulación de plásticos en los mares del planeta.

Tampoco se visualizó que esos plásticos, erosión mediante, cambiaban totalmente de aspecto (pero no desaparecían porque no se biodegradan):  se iban convirtiendo en partículas cada vez más pequeñas, microplásticos.

Las investigaciones de Mathew Savoca[6] nos introdujeron en otro camino del que los desarrollos tecnocientíficos no tenían la menor idea: los microplásticos, poblados por organismos microscópicos, resultan apetitosos para peces.

Con lo cual estamos introduciendo plásticos, muchos ya comprobadamente disruptores endocrinos, que podían ser generadores de quistes, a menudo cancerígenos, en los peces que los engullían. Y siguiendo las cadenas tróficas, esas carnes afectadas terminaban a menudo en los eslabones más “altos” de dichas cadenas; los tiburones, los osos polares, los humanos…

Los plásticos han ido extendiendo su necrosis en los más recónditos sitios y cuerpos. Hay reacciones, pero hasta ahora limitadísimas, aunque significativas: en algunos hospitales han retornado a los envases de vidrio para sangre, que son mucho más costosos pero confiables. Análogamente, en algunos lugares se ha vuelto a las mamaderas de vidrio. Se ha verificado que las industrializadas por la petroquímica,de policarbonato −hasta entonces considerado un plástico de “superior calidad”− contienen, por ejemplo, Bisfenol A, un producto probadamente cancerígeno.

Pero no hay que sorprenderse de esos “retrocesos” puntuales. Más bien hay que asombrarse que la plastificación, así como la incorporación de productos químicos a los alimentos generados desde las grandes empresas, en calidad de edulcorantes, conservantes, gelificadores, estabilizadores, floculantes, reguladores de PH, y varias otras funciones, pudiera resultar algo saludable.

En rigor, cuando se implantó industrialmente se sabía que el edulcorante jmaf[7]  es obesogénico y está detrás de enorme cantidad de población obesa (que significa población que estadísticamente es mucho más costosa por la atención médica que requiere y la cantidad de intervencionesmédicas o quirúrgicas que también requieren, amén de la destrozada calidad de vida de muchos de quienes la sufren).

Pero este desprecio por los destinos personales por parte de “las fuerzas que mueven el mundo” (por ejemplo, las de “el mercado”, pero también las instituciones “públicas”) no es nuevo. También se sabíaque los alimentos hidrogenados (que facilitan al mundo empresario prolongar la “vida útil” de los alimentos)son en realidad tóxicos. Y hemos tenido, tenemos, margarinas hidrogenadas, para facilitar una reposición sin esfuerzo. Lo mismo tenemos que decir de los alimentos envasados en aluminio, a menudo calentados o cocinados así, que nos “brindan” un metal que no pertenece a nuestro organismo (es decir, es veneno).

 

Para enfrentar la catarata de venenos y tóxicos agregados a la “comida moderna” se ha recurrido a los “límites de seguridad”, presentados como verdadera tabla de salvación para evitar que un material se convierta en una amenaza a nuestra salud. En rigor, se trata de una coartada para sostener con tranquilidad de conciencia que si ingerimos por debajo de ese límite, no hay problema. Algo básicamente falso porque no se evalúa cuándo y cuánto ese límite se traspasa a lo largo de tiempo –algo que pasa siempre− y cómo se sobremontan límites de seguridad aplicados a alimentos distintos. La fábula de los límites de seguridad podría funcionar si sólo se tratara de un único alimento ingerido una única vez.

Las secuelas de tóxicos en nuestros alimentos no tienen porque ser siempre tan fuertes como con las del Nemagon, el nematicida que fue usado durante buena parte de la segunda mitad del siglo xx, particularmente en América Central, cuando ya la agroindustria y el negocio agroquímico habían sentado sus reales.

Es un nematicida aplicado a los cultivos de bananas, quefue envenenando a sus operarios, esterilizándolos. El dañó alcanzó a decenas de miles de trabajadores bananeros.[8]Y por tratarse de una intoxicación oculta, y desconocida para sus propias víctimas, tardó mucho tiempo en salir a luz, tras innumerables conflictos y penosas separaciones de parejas  basadas en suposiciones equivocadas. Nadie se imaginaba estéril.

Al mejor estilo imperio-colonia, el Nemagon resumió rasgos de esa histórica y asimétrica relación.

 

En 2017, otra vez, una investigadora, ShannaSwan, escribió otro texto atrozmente preocupante y anticipatorio: Count Down (Cuenta regresiva), que hace referencia al tiempo de fertilidad que le va quedando a la humanidad, con una calidad y cualidad reproductiva cada vez más cuestionada y alterada por lo presencia de sustancias plásticas que provienen de la difusión sin control ni medida de tales materiales en nuestra vida cotidiana. Que  alcanzan la leche materna, y todos nuestro flujos corporales. Y que, como ya lo habían visto Dumanoski, Peterson Myers y Colborn, afectan los cambios de género sexual, que con lenguaje progre llamamos “fluidez de género” para no herir “las llamadas nuevas sexualidades”.

Swan sostuvo, sostiene, que la especie humana se está destruyendo a sí misma por contaminaciones sucesivas, en medio de la mayor inopia. Volvemos al profético relato de Bradbury.

Y nos golpea el cerebro el porqué.

“Pero hay su dificultad”, como nos explicaba nuestro primer payador oriental, Bartolomé Hidalgo, “Dificultad en cuanto a su ejecución”.[9]

Porque estos efectos devastadores que hemos estado repasando muy sumariamente, constituyen la fuente de rentabilidad para grandes consorcios transnacionales que tiene sus sedes en Londres, Nueva York, Tel-Aviv y otras capitales financieras del mundo.

Como ejemplificáramos con la petroquímica, de hecho un desarrollo industrial genocida pero que jamás ha rendido cuentas de los desastres ambientales (y humanos) que ha provocado.

Nuestro presente no parece tampoco propicio para enfrentar tales emporios. Porque la red de control planetario  −mediática, económica, comunicacional− que abarca las más diversas áreas de la actividad humana, como la actividad banquera, universitaria, sanitaria, de transportes, noticiosa, constituye una trama  general con puntos de roce entre distintos personajes, pero con un alto grado de coincidencias, como se vieron cuando la pandemia decretada en 2020.

Por ejemplo, desde ONU, OMS, PNUD, PNUA, OIT, PMA, UNICEF, ONU-HÁBITAT, UNFPA, UNESCO, FAO, UPU, FIDA, UNRWA, ACNUR, ONUSIDA, OACI, OMPI, UIT, OMM, y muchas más comisiones de alcance planetario.

Cuentan con grandes aliados cooptados, por ejemplo, entre elencos políticos nacionales y locales que desde 1945 para aquí son guiados o asistidos por toda la  burocracia transnacional cuyas abreviaturas hemos reseñado.

Que trabajan además conjuntamente con otras redes supranacionales que no surgieron desde la ONU, pero están íntimamente entrelazadas: OMC, FMI, CPI, BM, CMNUCC, CTBTO, OIEA, CCI, OIM, OPAQ.

ONU y sus derivados no nos preservan de tóxicos ambientales; nos lo administran. Para que no resulten tan chocantes.

Así pasó con la OMS y la pandemia decretada en 2020 (previa redefiniciòn del concepto de “pandemia” a cargo de la mismísima OMS, que tiene además una configuracion peculiar; dejó de ser una instancia con funcionarios públicos para ser un mix de públicos y privados).

Así pasó también con la CPI (particulares) y la CIJ(estados), en La Haya, respecto de los asesinatos bajo la forma inexcusable de genocidio. Al Estado de Israel incurso en tales atrocidades se le advirtió, “amonestó”, pero se los ha dejado hacer. Mostrando lo qué valen, realmente, los derechos humanos; la carta ética de la ONU.□



[1]  El proyecto alimentario “científico” tuvo que ser abandonado porque los intestinos, desocupados, constituían una pena de muerte atroz. Podríamos haber salteado tan penosa advertencia con apenas recordar lo que nos señalara Francisco de Goya; “Los sueños de la razón producen monstruos”.

[2]Sugiero la lectura de Vandana Shiva, formidable intelectual india sobre esta cuestión de costos.

[3]Our Stolen Future.Traducción al castellano, Nuestro futuro robado, Ecoespaña Editorial, Madrid, 2001. Que jamás pude encontrar en CABA, Argentina.

[4]  Un cuento, corto, de Ray Bradbury, parece aludir a esa estolidez, a esa indiferencia o impotencia, a ese fatalismo de nuestro mundo actual: Bradbury cuenta que una pareja de veteranos, al fin del día, escucha en el informativo que ése es el último día del planeta, porque una catástrofe sin precedentes y de alcance mayúsculo acabará con esa transmisión, con esa radio, con esa ciudad, con ese mundo… La pareja escucha en silencio y uno de ellos entonces le pregunta a su cónyuge: ¿apagaste bien las hornallas?, ¿cerraste las llaves de paso?, ¿la puerta del fondo está bien cerrada?, poniendo cuidado en llevar a cabo las rutinas de todos los días. Pero incapaces de reaccionar ante algo incomparablemente mayor, sobrecogedor, pero ajeno a las rutinas…

[5]  Porque el desarrollo tecnocientífico impuso, como siempre, su propio vocabulario y los agrotóxicos fueron bautizados fitomejoradores. Así como el lenguaje popular designó “remedio para las hormigas” los insecticidas que se espolvoreaban para combatirlas. Algunos tan, pero tan tóxicos, que pese a la ortodoxia cientificista, debieron ser abandonados ; caso del DDT (expresarlo me valió un despido laboral, de un suplemento periodístico presuntamente científico, en rigor cientificista). Disculpe el lector esta digresión personal.

[6]   https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2017/08/nuevos-estudios-concluyen-que-peces-e-invertebrados-consumen-los-microplasticos-del-oceano.

[7]   Jarabe de maíz de alta fructosa.

[8]   El episodio se hizo particularmente odioso porque las empresas bananeras eran todas estadounidenses y el personal afectado, todo centroamericano. Porque además el agrotóxico empleado en Nicaragua, Panamá, Honduras, etcétera, había sido producido primero y prohibido después en EE.UU. , y se permitió seguir usándolo “fuera de fronteras”, y porque si el agrotóxico hubiese sido manipulado con más cuidado –máscaras, guantes−, tal vez no hubiese perjudicado a tanta población que desconocía las cualidades peligrosísimas del “curador” que usaban.

[9]   “La ley es tela de araña”, una poesía gauchesca escrita en las primeras décadas del s xix. Entre 1810 y 1820 (no pude precisar fecha).


izquierda uruguaya

De la Resistencia a la Insistencia: Un Llamado a la Militancia de Izquierda en Uruguay

 

En el contexto político uruguayo, el pit cnt ha sido históricamente un bastión de la lucha social, un muro de contención ante las injusticias y las desigualdades. Sin embargo, cuando el Frente Amplio ocupa el gobierno, este mismo movimiento puede transformarse en un freno a la rebeldía social. El progresismo, que se presenta como una alternativa a la derecha, a menudo termina por calmar las inquietudes de los "agitadores", quienes, al ver una representación en el poder, tienden a moderar su voz y su lucha. Esta dinámica genera una complacencia que no solo debilita la militancia, sino que también perpetúa un ciclo de pereza intelectual y cultural.

La llegada al gobierno del Frente Amplio, lejos de ser un triunfo absoluto para la izquierda, puede ser vista como una oportunidad para reflexionar sobre nuestras estrategias y objetivos. La danza de cargos políticos y el clientelismo pueden dar la impresión de que el cambio social está en marcha, pero en realidad, este proceso puede diluir la esencia de la lucha por la justicia social. Es imperativo que los militantes de izquierda reconozcan esta trampa y se reencuentren con su espíritu combativo.

La necesidad de formar cuadros políticos de izquierda se vuelve urgente en este contexto. La militancia debe ir más allá de la resistencia pasiva; debe implicar una insistencia activa. Cambiar el significado de "resistir" por "insistir" es fundamental. Insistir está íntimamente relacionado con el deseo y la pasión por un cambio real, por una sociedad más justa. Al insistir, nos transformamos en invencibles, porque nuestra lucha se alimenta de la esperanza y la determinación.

Es hora de que la


izquierda uruguaya se reconfigure, de que aprenda a pensar críticamente y a cuestionar no solo a la derecha, sino también a sus propios líderes y estrategias. La pereza intelectual y cultural que hemos heredado de gobiernos anteriores debe ser desafiada, y la militancia debe ser un espacio de aprendizaje y crecimiento continuo. Solo así podremos forjar un camino hacia un futuro que refleje verdaderamente nuestros valores y aspiraciones.

El llamado es claro: formar una generación de militantes que no solo resistan, sino que insistan. Insistir en la lucha por la equidad, la justicia y la dignidad. Este es el momento de despertar la conciencia colectiva y de empoderar a nuestras comunidades. Juntos, podemos construir un muro de contención que no solo proteja, sino que también impulse una verdadera transformación social. La historia nos ha enseñado que la lucha es continua y que, a través de la insistencia, podemos escribir un nuevo capítulo en la narrativa de la izquierda uruguaya.

Mauricio         

“Las apariencias engañan “

 

LAS APARIENCIAS,  LOS ENGAÑOS Y LA VERDAD DE LA MILANESA

“Las apariencias engañan “(proverbio popular)

 

Como todo en este mundo, también las elecciones que acabamos de sortear surgen ante nuestros pecadores ojos con apariencias muy diversas,  llenas de paradojas y contrasentidos, inmersos como estamos  en el  bullicio mediático omnipresente que nos aprisiona.

Mostradas y ocultadas a la vez en el mismo espectáculo  banal  , ( marca registrada  de aquél  Ministerio de la Verdad orwelliano ),parecen volvérsela la postre , otra fantasmática aparición más ,desencontrada a lo largo del camino de nuestro peregrinar perceptual cotidiano .

¿Qué nos queda entre los dedos?

Balances  complacientes , empeñados en vocear los lugares comunes de una “realidad  nacional” impuesta a fuerza de porcentajes, promedios , equilibrios  macroeconómicos, “ grados inversores “ ,exoneraciones fiscales  , inversiones extranjeras directas  - que nunca acaban de llegar en montos suficientes - , líneas de pobreza … -ficción neoliberal compartida  y construida por el discurso de los candidatos del sistema, ( como si fueran  hermanos siameses ), que no logra ocultar , al final del día ,la amarga confrontación de intereses materiales y espirituales antagónicos propios de una sociedad dividida en clases , que es lo que somos.

Eso es lo que queda.

Este conflicto de base entra una y otra vez  a  escena, y también, naturalmente, apareció  en la última elección, como elefante en bazar de porcelana,  bajo la forma de plebiscito jubilatorio.

Mal que les pese a quienes acunan el engendro angelical del  diálogo social y la conciliación de clases como engañabobos  todoterreno, este invitado de piedra  no sólo estuvo a la mesa sino que ,a pesar de esforzar sus modales, rompió inopinadamente preciadas vajillas  ( herencia de esa abuelita  llamada “como el Uruguay no hay “y “ naides es  más que naides “) que ,  en el festín de la primera vuelta ,acabó dejándole mal sabor de boca a  más de un encumbrado anfitrión ,quienes , por añadidura , debieron encajar malestares generalizados cuyos indeseados efectos persisten hasta  el  día de hoy.

Estas elites mimetizan como  “ oportunidades de mercado “ su descarada abdicación de  soberanía ante la oligarquía global  en guerra por el reparto de nuevos mercados  y materias primas , que traen mayor endeudamiento, destrucción de prestaciones sociales , precariedad laboral  ,extracción salvaje de recursos naturales para el complejo industrial militar global ,con los  previsibles daños ambientales  y -“ last but not least “-, extracción ampliada de plusvalor al trabajo humano, de abajo hacia arriba ,que es la regla por antonomasia del orden basado en reglas impuesto  por la dictadura de los pocos cientos de mil millonarios  y sus corporaciones en todo el planeta.

Acá por casa ,aún a costa de justificar y normalizar el genocidio en- line, como en Gaza ,el intervencionismo militar descarado y saqueador, como en Siria; del bloqueo criminal y sedicioso a países soberanos , como en Cuba y Venezuela ,las elites burguesas y las filas progresistas  institucionalistas componen sus voces en el coro consensual del acuerdo democrático para  abrir el país a los mercados, mantra supremo tanto del progresismo hoy a la moda como de la derecha oligárquica conservadora , ambos por igual tan neoliberales como colonizados.

Pero esa disputa subterránea ( precisamente por encontrarse  velada por las apariencias) que el discurso dominante oculta y desfigura , está destinada a mostrarse en toda su potencia  cuando todo esto ya no es aceptable  y  el descontento y la ira a causa de las malas  condiciones de vida brotan con   ímpetu plebeyo , tal como lo vivimos en la multitudinaria columna que afirmó el SI plebiscitario jubilatorio , contra el viento y la marea   del orden neoliberal esgrimido por las dirigencias político - partidarias mayoritarias.

 El escenario asume así expresiones inesperadas.

En efecto, la consolidación de una columna  poderosa en torno a las tres banderas levantadas por el trabajo en su disputa con el capital marcó a fuego la máscara de armonía que los maestros del artificio pintan diariamente al rostro del país, con el concurso de su poderosa fábrica mediática de opiniones, ilusiones y emociones sociales.

Edad mínima jubilatoria a los 60 años, equiparación de jubilaciones y pensiones más pobres al salario mínimo nacional y liquidación de las AFAPs, todas con rango constitucional, son las tres piedras en las que tropezaron, tropiezan y tropezarán los representantes del consenso político neoliberal corporativo, una y otra vez,  a causa de la naturaleza, insalvable  para sus intereses, del reclamo popular.

Las apariencias y los lugares comunes se esfuman cuando las luchas se desatan (producto de la crisis que el orden neoliberal ha generado en todos las esferas  de la vida social ), a pesar de los esfuerzos de la elite burguesa dominante por liquidarlas  y  a pesar de las maniobras del bloque  institucionalista progresista  por  neutralizarlas  y condicionarlas al marco  exclusivo de los objetivos parlamentaristas que pugnan por imponerle  al movimiento popular.

Basta haber observado con cierto detenimiento lo que ocurrió en las últimas elecciones  para constatarlo.

Al calor del plebiscito jubilatorio, el movimiento se las ingenió para hacer de lo poco, mucho.

Transformó el vacío del rechazo  que sufrió a manos de la elite burguesa y de los estados mayores partidarios progresistas – rabiosamente anti plebiscito -en un incansable trabajo hormiga que a la postre desafió al caudillaje gobiernista  ( 100.000  papeletas del SI  fueron ensobradas en votos de la coalición ) y aisló a las cúpulas progresistas con un contundente 70 % de los votos opositores , en una demostración pocas veces vista de autonomía y madurez política subjetiva y voluntad de imponer cambios radicales económicos y sociales con expresión constitucional .

Pero esto no fue todo.

Obtenida la victoria política en toda la línea, logró que sus adversarios  balbucearan propuestas y concesiones parciales, a realizar en el próximo gobierno  en su afán de neutralizar la potencia de las consignas plebiscitarias entre las grandes masas que las apoyaron.

Han intentado fórmulas a futuro  para mejorar las jubilaciones más pobres, a través de mecanismos progresivos   y de igual modo, proponen nebulosos retoques en el también escandaloso tema del aumento de la edad mínima jubilatoria.

Pero donde el cepo corporativo les impide la más mínima reacción, así sea para acomodar el cuerpo y componer la figura ante sus dubitativos votantes y su airado público plebiscitario, es en la cuestión de la vigencia de las AFAP y la extensión de las mismas, obligatoriamente, a todos los futuros jubilados. Esa es la joya de la corona  arrebatada al pueblo por parte del capital financiero corporativo.

  El futuro Presidente ha osado incluso mascullar una negativa a considerar el punto, porque el pueblo se habría pronunciado por el NO al respecto en el plebiscito.

Con este sofisma, el progresismo se embandera con una inexistente opción de rechazo, validando una de las trampas más despreciables del ordenamiento legal que regula estas instancias.

El ethos plebiscitario ha ordenado las filas de una columna vertebral multitudinaria de rechazo al orden neoliberal y permea el cuadro de las fuerzas populares en su alistamiento para enfrentar las ofensivas del capital, que se anuncian ya en el horizonte de la lucha de clases.

 

Este renacimiento seguirá su desarrollo y va a generar inéditas oportunidades de coordinación, de expresión territorial y de formas organizativas que, en la práctica, pugnarán por desplazar la influencia nefasta del progresismo  neoliberalizado, y del oportunismo  institucionalista, y se alineará paulatinamente tras un programa anticapitalista de perspectiva socialista  a medida que la confrontación y la resistencia a  la imposición corporativa se haga carne en las luchas populares.

La vida mostrará que  a pesar de que es posible obtener mejoras del poder adquisitivo a través de aumentos salariales y jubilatorios, la tendencia histórica de éstos es a una tasa decreciente progresiva, mientras que, por el otro lado, la acumulación de capital  y su consecuente concentración se realizan en forma creciente y acelerada.

La experiencia de los años progresistas así la demuestran.

El precio en devastación ambiental de tal desarrollo ya está claramente percibido por las grandes mayorías.

La devastación social producida por las exigencias de más informalidad, precariedad, uberización, sub ocupación  y seca desocupación estructural cuando no en pérdida de salario real – como en la última pandemia –exigidos por el capital concentrado unido al creciente endeudamiento de salarios y jubilaciones seguirá profundizándose, como ya está probado en la historia reciente. La plataforma sucinta, radical y directamente anticapitalista del Plebiscito jubilatorio choca directamente con los poderes que imponen tales tendencias empobrecedoras a  la gente.

 

Las apariencias engañarán cada vez menos y la lucha popular mostrará, como siempre, el camino correcto a tomar.

Esa es la verdad del milanesa.

T. L.

 

 

 

 

 

enemigos y compañeros

 

De enemigos y compañeros        

 

En un contexto donde el progresismo se erige como la bandera de la izquierda uruguaya, es imperativo cuestionar si realmente esta corriente cumple con las expectativas de un movimiento que debería ser, por esencia, transformador y radical. La realidad nos muestra que el progresismo ha devenido en una versión diluida de lo que alguna vez fue una izquierda combativa. La necesidad de una nueva izquierda, potente, teórica y práctica, se torna más urgente que nunca.

Jean-Paul Sartre, en su obra "Problemas del Marxismo 1", se refiere al militante aventurero, aquel que se lanza a la acción sin una comprensión profunda de la teoría que lo sustenta. Este tipo de militante es el que se ha apoderado de la narrativa progresista en Uruguay: una acción vacía de contenido, un activismo que grita pero no piensa. La izquierda uruguaya actual necesita urgentemente dejar de lado esta mentalidad superficial y volver a las raíces del pensamiento crítico, abrazando la teoría de Marx y Sartre como herramientas de análisis y acción.

En lugar de apelar a un lenguaje que divide a los traidores en "compañeros", debemos tener la valentía de llamar a las cosas por su nombre. La traición a los principios de la izquierda debe ser denunciada con firmeza; no hay espacio para el eufemismo. El verdadero enemigo es aquel que, desde dentro, socava los cimientos de una lucha justa y equitativa. La construcción de un lenguaje popular que refleje esta realidad es crucial. La izquierda no puede permitirse la cobardía de disfrazar la traición con palabras amables. La lucha es contra el sistema, y el sistema tiene rostros claros que deben ser señalados.

Además, es fundamental crear escuelas de pensamiento que fomenten la reflexión crítica y el análisis profundo. No podemos permitir que la militancia se convierta en una moda pasajera, donde las ideas se intercambian como si fueran stickers en una colección. Necesitamos un espacio donde se debatan las ideas de Marx y Sartre, donde se desmenuce el capitalismo y se busquen alternativas verdaderas. La teoría debe ser el pilar que sostenga la praxis; de lo contrario, estamos condenados a repetir los errores del pasado.

Es necesario recordar que la izquierda no es un club social para hablar de "políticas inclusivas" mientras se ignoran las realidades de la gente. El

progresismo ha mostrado ser un lobo con piel de oveja, una fachada que oculta su incapacidad para desafiar al poder establecido. La izquierda debería ser ese espacio que cuestiona constantemente, que no se conforma con pequeñas reformas, sino que lucha por una transformación radical de la sociedad.

En resumen, la urgencia de crear una izquierda potente y actual en Uruguay es innegable. Debemos romper con el anacronismo de un discurso que ya no representa a las masas y que se ha convertido en un mero eco de la complacencia. La denuncia de la corrupción debe ser un pilar central de esta nueva izquierda, y el lenguaje que utilicemos debe ser claro y contundente. Sartre y Marx son nuestros aliados en esta lucha, y es hora de que la teoría y la praxis se entrelacen en un movimiento que no solo represente, sino que también desafíe y transforme. La oportunidad está ahí, y no podemos dejarla pasar.

Mauricio Moreira

LISTA 2

 

INFORME DE LISTA 2 DE FUS

DIRECCIÓN NACIONAL

DE LA FEDERACIÓN URUGUAYA DE LA SALUD

Compañeros/as:

El viernes 6 de diciembre se llevó a cabo la última dirección nacional del año y así como nos lo propusimos saliendo del XX Congreso, ya no presentamos documento.

Esta decisión responde a los interminables agravios y ataques que recibimos en cada Dirección Nacional, donde solo se discute o menosprecia lo que nosotros ponemos en vez de exponer o enfocarnos sobre las problemáticas reales de los trabajadores o en el propio documento que presenta la mayoría.

La presentación de nuestro documento era funcional a que nadie terminara discutiendo lo que presentaba la mayoría del Consejo Central de FUS.

Hicimos muchas propuestas y presentamos documentos que luego la mayoría ha incluido en los suyos, como propios. De nada sirve seguir intentando aportar luego de que se han creado todos los mecanismos posibles para callarnos, para apartarnos, con la aparente aprobación de la mayoría de las direcciones sindicales.

En un año electoral, donde el enfoque de muchos fue la campaña presidencial, como la del Plebiscito, las patronales de la salud no han dado tregua en la mayoría de las mutualistas y ambulancias. Incansablemente han ganado terreno, han instalado tercerizaciones, los seguros de paro, y profundizado la precarización del trabajo.

Cuesta entender cómo no estamos en un conflicto general, aun en la discrepancia del accionar de la mayoría, y con la escaza información que nos llega por parte de la federación, estamos atentos a lo que los sindicatos de base van informando para acompañar las decisiones de los trabajadores.

El pasado 6 de diciembre, la dirección nacional terminó de forma muy negativa. No solo proponen un documento carente de análisis a las problemáticas reales de los trabajadores, en el que exponen lo “actuado” en los conflictos más grandes como Casmu, Cudam, emergencias móviles, informando que han trabajado en conjunto con las direcciones sindicales, sino que queda claro por el accionar que solamente buscan la aprobación y respaldo de las direcciones sindicales a la decisiones que unos pocos están tomando. Y tan es así, que luego de salir aprobado el documento que presentaron, el consejo directivo de AFCASMU por unanimidad presentó una moción que planteaba un profundo rechazo a los dichos que habían salido en la prensa el día anterior respecto al accionar del MSP, moción complementaria al documento, la que fue rechazada por la mayoría del consejo central y luego por la dirección nacional.

El secretario general la tildó de contradictoria y le cobró a los compañeros de AFCASMU delante de todos los presentes, que no le iban a votar una moción después de que los votos de AFCASMU fueran 3 a favor y 6 abstenciones al documento de la mayoría del consejo central. Y pretendieron ponerla a votación sin permitir que AFCASMU tuviera oportunidad de argumentar su propia moción. Nuevamente, queda clara la manera de funcionar y representar de quienes tienen hoy la mayoría. “O haces lo que yo digo o no se hace nada, y quién decide lo que se hace, y lo que no, también seré yo.”

Es de un autoritarismo indisimulado que indigna. Y lo que da mucha tristeza, es que la mayoría de las direcciones sindicales aprobaron ese accionar con su voto a mano alzada.

Comienza un año, donde tendremos consejos de salarios, la situación de varias mutualistas nos ponen en una situación complicada, esperamos que las direcciones sindicales se vayan fortaleciendo en sus internas, porque un sindicato sin afiliados o con compañeros desilusionados no tiene la fortaleza que necesita para enfrentar la lucha.

Decidimos abstenernos del documento general que se presentó porque votar en contra sería desconocer algunas decisiones que tomaron los sindicatos de base en Asamblea, y esas decisiones de los sindicatos de base, equivocadas o no, las vamos a respetar siempre. Eso no significa callar, ni que no podamos expresar nuestra discrepancia con la tranquilidad con la que se actúa frente a las patronales, desde la propia federación. No hemos sabido enfrentar, como FUS, a patronales que vienen avasallando a su antojo y a pasos agigantados nuestros derechos y conquistas.

Lista 2, por otro rumbo en la FUS