martes, 1 de febrero de 2022

INCENDIOS

 

INCENDIOS “PRODUCTIVOS”. Y ahora qué?

Se podrá instalar un intercambio fraterno entre el pueblo sobre éstos asuntos?

INFORMACIÓN. En los círculos donde se decidió la masiva forestación de monocultivo de eucaliptus, no existe, ni existió falta de información al respecto de los riesgos. Tampoco entre los profesionales agrónomos, tampoco entre los que hoy se rasgan las vestiduras como críticos u opositores.                                                                       Ese plantío artificial, en base a agrotóxicos, para pasta de celulosa, hoy es el desastre más evidente plenamente demostrado :  destrucción de la vida, de los pueblos afectados, y de la capacidad de producir alimentos para toda la población del país. Eso no tiene ya discusión, con y sin incendios.                       

La llamada “inversión forestal” hizo crear leyes a su medida. Apenas inaugurada la democracia con Sanguinetti, debilucha, incrementaron la presión por favores legales para desarrollarse.  La democracia también demostró que en sus altas esferas, era comprable.                                                                                                                     Un país pequeño de llanuras fértiles, cañadas, aguadas, ríos y arroyos, y escasa población rural, que siguió a partir de ahí, el éxodo lento hacia ciudades mayores. Gente desconectada de los centros de formación e información mundial, y de las capitales. Pero que era numéricamente mucho mayor que la que 30 años después ha ido quedando. Un país con una economía dependiente, vendedor de carnes lanas y cueros y algunos otros negocios menores.                                                                Llegaron como otra oleada de colonizadores, modernos, atraídos sin duda, por la “oportunidad de negocio”. Enseguida otra pandilla de voraces “inversores” nacionales, se prende del negocio. Y fue así que comiendo el oído y la cabeza, a cansados y engañados pobladores rurales, dueños de tierras en minifundios y algunos latifundios los fueron sacando de las tierras productivas y fértiles. Un proceso similar al de la soja.  Mientras en la izquierda tradicional, en sus círculos militantes, remachaban la reiterada cantinela : “nos guste o no nos guste, ésto vino para quedarse”. Y se quedó! 

Paralelamente las peonadas y sus familias erradicadas, sin posibilidades mejores, hacían crecer los asentamientos en las periferias de centros urbanos mayores.                                                                                                                       “Se acabó el campo” le dijo el dueño de la estancia Nva Mehlem, a su capataz. Un gran latifundio, exportador básico de cueros lanas y cabañeros de ganado de raza, premiado en la Rural del Prado, pasó a estar cubierto de monocultivo forestal.           Hoy, muy cerca de ahí, en la zona de Tres Quintas y Tres Bocas, en éstos tiempos de incendios, esos bosques artificiales comenzaron a arder.                                                 Esa región que atraviesa el centro del país, aún tiene poblados regados al costado de rutas y de las vías antes ganaderas. Orgoroso, Tres Bocas, Algorta, Menafra, Paso de La Cruz, Paso de los Mellizos, Grecco, Rolón, Piedras Coloradas, Guichón, Piñera, Sarandí Gde y Sarandí Ch, Tres Quintas, Pan Dule, Arroyo Negro, Colonia Esperanza. Caseríos y cascos poblados, escuelas rurales, que han sido rodeados de bosques, mencionando solo los de Río Negro y Paysandú.

LA ESPERANZA Ese progreso reactivó provisoriamente unos años de bonanza. Florecieron comercios, y las camionetas 4x4, y los autos nuevos, y las motos. Éstas últimas por supuesto para la peonada joven que se hizo trabajadora forestal.            

Así fue que gobierno tras gobierno, se extendiendo extendió una mancha verde, la misma que hoy ha comenzado a arder, en lugares difíciles de controlar, a veces de forma incontrolable. El relato un poblador ingeniero agrónomo, y colmenero, que vive sobre la ruta 90, que trabajó hasta el agotamiento apagando focos, que lanzas ardientes llevadas por el ventarrón, recorrían volando hasta 5 km ¡!.                               La bonanza anterior comenzó de golpe a fragilizarse con los incendios. Se clarifica lo incompatible con otras explotaciones agrarias… y con la vida misma.                                                                                                                 

Todo era sabido desde que desde que comenzó el monocultivo forestal, en los años 1990, antes de los incendios. Ya la tierra avisaba. Comenzó a resecarse, a perder agua, que se iba con los troncos. En la zona rural de Dolores, Soriano, el abastecimiento de agua para consumo humano, comenzó a ser llevada con camiones cisterna ya en los 1990. Se fueron liquidando otros emprendimientos de comida sana, de granjas, incluyendo a la ganadería.


LA PRENSA FORESTADA Hoy los quejidos y las poses preocupadas, saturan los medios de radio tv diarios redes, con las opiniones sobre las diferencias de "modelos". Tratando de centrar en que ahí estaría el problema. O en “la falta de control”. La cruda verdad es que la plantación sea forestal, o superagraria sojera, y otras transgénicas, siempre se hace superexplotando los recursos de tierra agua aire vida silvestre y a los seres humanos que meten el cuerpo. Hoy llueven los reclamos que incluyen desde los propios dueños de predios forestados hasta los “paleros”, los camioneros que se meten a sacar troncos dentro de la inmensidad de esos bosques en todo tiempo y lugar, llueva, truene, o caigan rayos.

El corazón del asunto sigue siendo la forma colonial de superexplotar un país atrasado como Uruguay, con la ayuda de cómplices locales, que se han vuelto un poco más ricos.   Los que han sido, y los que ahora son gobierno, tratan de sacar la pata del lazo. Los quema la amenaza de perder votos la catástrofe de los incendios.               Se rasgan las vestiduras, gritan, tanto los progres y como los multis, sin culparse del fondo de la cuestión : el dejar la tranquera abierta a la superexplotación de los campos y recursos naturales, sin control ni restricciones. Es un modo de seguir haciendo la vieja “vista gorda”.                                                                                                               Ese teatro con el que pretenden engañar y talvez lo logren, no hace ninguna justicia a lo que vivimos como pueblo. No se reduce a que es un problema de “modelos”. 
Es mucho más profundo lo que sucede.

"...el sector siempre es un buen negocio, ya que su contabilidad es capaz de calcular el costo de sus camiones, pero no puede ni está obligada a mensurar los impactos producidos sobre los vecinos. (...)
Las empresas también trasladan sus riesgos, lo que quedó en evidencia en estos incendios. Son los vecinos quienes se movilizan para salvar sus casas. Las intendencias asistirán a los damnificados, el gobierno central desplegó a los bomberos, y así sucesivamente..." Eduardo Gudynas (CLAES. URUGUAY) en Brecha.
PERO LA TIERRA RESECADA, EL AGUA CONTAMINADA, Y LA VIDA HUMANA Y ANIMAL DESPLAZADA O ANIQUILADA, TIENE YA, Y TENDRÁ, MAYORES EFECTOS DEVASTADORES QUE LOS INCENDIOS.                              M.R.

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