jueves, 3 de febrero de 2022

'Se nos va el Agua', por Gina Torrelli. En relación a los sucesos del incendio del 29 de dic / 2021

 

'Se nos va el Agua', por Gina Torrelli. En relación a los sucesos del incendio del 29 de dic / 2021

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"se nos va el agua"… dijo hoy a la mañana un señor mayor, posiblemente abuelo, cuando iba entrando, caminando, al arroyo Pando, refrescando el cuerpo ya anciano, posiblemente recordando cómo era antes, me imagino yo, si hubiere sido habitante de estos lares desde hace tiempo, muchos años, cuando acá era diferente, tan diferente, que hay que imaginarlo para recrearlo, arroyo de agua dulce, caudaloso, que viene llegando para encontrarse con el mar, entre dunas y bañados, cangrejos y garzas ...cuando era agüita limpia, corriendo, refrescando en estos días de calor, de fines de diciembre, a toda la familia, a tantos niños y niñas que durante años y años, llegaron a entrar, mojando primero las patitas, para luego entrar cuerpo entero y sentir el frescor del agua del arroyo, y jugar, reír, y nadar...

 

De eso hace tiempo, ahora somos poc@s l@s que a veces llegamos a animarnos a entrar pisando el barro y las piedras entre algún escombro, viendo el cangrejo salir de costado... Hoy decidí animarme, las palabras del señor, las ganas de l@s gurises, el calor, la falta de agua en las casas, y un poco capaz también la sensación en los poros y las imágenes de las llamas tan grandes y tan cerca.

Si, mejor entrar al Pando, y reír con l@s gurises mientras se "zambullen", para volver luego a las casas, a preparar la comida mientras cuidamos, que si se prende un nuevo foco hay que avisar y apagarlo enseguida. Porque está todo prendido por abajo, y humea por muchos lados.

 

Que no aumente el viento, que llueva, que llueva.

La gente está cantando pidiendo el agua, la gente está rezando pidiendo agua, la gente está corriendo llevando agua, en baldes, en bidones, con palas, con azadas, de día y de noche, hay que estar atent@s, que no se vuelva a prender, que hace mucho calor, que no hay agua en las canillas de las casas, que hay mucho fuego por muchas partes, que hay mucho monte ardiendo, descontrolado, que hay que pedir agua, que se nos va el agua dijo el señor hoy, que se nos está yendo, pero " que no está todo el pescado vendido" dice la pancarta nueva, aún esperando a ser colocada, en un buen lugar, para que la gente la vea, a ver si reacciona, decimos cuando vemos cuesta arriba el camino.

 

La gente reaccionó rápido, muy rápido, y eso fue lo que nos salvó las casas. El fuego avanzaba y crecía y se venía derecho, y fue el viento que pegó la curva y nos dio el tiempo, y fue la gente que ya estaba acá, dándole el frente al fuego mientras tod@s sabíamos que había dos posibilidades, que se pudiera frenar o que llegara a las casas.

Si viene el fuego, qué agarro...suelto, suelto una canción de agradecimiento y suelto, solo estar al ladito de l@s gurises, hasta que sea el momento de irse. Y miré y ví, ahí estaba la gente, un montón de seres decidid@s a enfrentar las llamaradas que eran enormes y estaban tan cerca ya. Si llegaban a estos pinos era la señal de que nos teníamos que ir.

En ese momento que es el límite, l@s gurises se fueron, a la casa del amigo tan querido que vive allá en el arroyo. Querían ir para ahí desde hacía rato. El amigo estaba con su hermanito pequeño y su abuelo, que por primera vez se quedaba con sus nietos a cuidarlos mientras papá y mamá estaban acá, ayudando a parar el fuego, acompañándonos, estando presente, como tantas otras veces.

 

Agradezco, la imagen que me quedó no me la olvidó más. Tod@s l@s inchalás, organizad@s, esperando, chicote o rama de acacia en mano, que las llamas llegaran al lugar y al momento justo en que íbamos a tener que dar todo, porque sabíamos, era el momento límite, si llegaba a los pinos...

 

Y ahí estaban, con toda la energía ( hay una palabra en mapuche que la define, no me la acuerdo) y a la voz de aura saltamos encima del fuego que quería avanzar y fue azotado, con alma y vida, y no llegó a los pinos.

Ahí ví que de verdad tod@s somos un@, en ese momento fue así, lo viví así y lo agradezco, el fuego no llegó a las casas. Gracias a la gente.

Después llegaron los bomberos, con agua. Porque en las casas no hay agua. Y mucha gente, y mucha fuerza, y muchos brazos, y muchos baldes, tarros, y hasta bañitos de bebé.

 

Y así pasaron horas, hacía calor, había sed, nadie comió, no daba para parar, a lo mucho cambiar de la cadena de baldes llenos que subían con agua a la de baldes vacíos que volvían para ser llenados y otra vez ser subidos, en cadenas que se bifurcaban, porque había varios bordes que avanzaban. 

Había que ir parando desde los bordes. Adentro ardía. Se quemaba el monte. Fue mucha la gente, y lo que en un principio me decía que no había lo que hacer, después me confirmó que gracias a la fuerza del saber que sí el hacer puede, es que al final sí se pudo.

 

Fue muy cansador, hubo gente que no paro hasta las 3 de la mañana, hubo gente que a las 5 ya estaba ahí de nuevo con pala y balde, y hubimos gente que dormimos con la alarma puesta a cada hora para vigilar que podíamos descansar un rato.

Y hoy más fuego en más lugares, en otros montes, que también son la mira de las inmobiliarias y los consorcios.

Fuegos en simultáneo, fuegos inmensos, humos oscuros...dicen que no hay lo que hacer, que no da para ir...dicen que la gente no llegó y el fuego se esparció.

A dónde estarán volando tantas aves, me pregunta mi hermana, sin esperar respuesta.

 

Quedan brasas prendidas, cenizas como alfombra, y silencio, no hay pájaros cantando. Pero las semillas nativas están más abajo, más profundo. La vida siempre vuelve. Rebrota. Siempre puede renacer, a no ser que se tape el suelo con cemento. Con el cemento y el asfalto ya no hay vuelta atrás, ahí sí la vida se separa.

Son las 23 hs. y recién volvió el agua a la canilla. Se nos va el agua. Las forestales, también arden, pero seguro tienen seguro. El agua se nos va. Y al barrio quieren traer cemento, y el asfalto, quieren tapar cañadas y humedales. Nos quieren separar. Cómo será sin agua poner ciudad donde es monte, será?

 

No todo el pescado está vendido. El no hay nada que hacer ya vimos que no es tan así. Vimos que si llegamos a tiempo lo podemos hacer.

Estamos a tiempo. Si queremos ver, y luego hacer. Que el monte se queme a quién le viene bien. Si, los agrimensores prefieren todo pelado. Pero si, es verdad, ya ellos nos contaron, son contratados, están trabajando, no toman partido porque quieren cobrar, cómo la gente, dicen.

¿Quién cobra todas esas cuotas interminables con promesa de que algún día podrán hacer la escritura, pero eso sí, si no lo hacen en 60 días pierden todo lo aportado en esos tantos años de tanta cuota. Realidad o ficción. De qué lado estar.

Agua linda, agua limpia. Así fue durante siglos, así es. Así será?                        No hay nada que hacer o no está todo el pescado vendido.

De qué lado vas a estar?

          

Carta pública al Sr. Intendente de Canelones

-Martes 18 de Enero 2022.

Exhortamos al Intendente de Canelones, Yamandú Orsi (FA) a participar de una instancia de diálogo con las y los vecinos que han cuidado de manera voluntaria los montes de Bilú Atit (Remanso de Neptunia) y Fortín de Santa Rosa, para garantizar la protección y recuperación de estos espacios verdes que forman parte de la identidad costera y ofrecen servicios ecosistémicos fundamentales.

 

Se exige enfáticamente a que a partir de esta reunión se gestionen soluciones concretas, transparentes y participativas para la defensa de los valores comunes que estos montes representan, y que están siendo amenazados por proyectos urbanísticos sin los debidos estudios de impacto y en este último tiempo también por incendios que muestran indicios de ser intencionales que fueron detenidos por vecinos y vecinas del lugar, poniendo en riesgo su salud, integridad física y emocional.

 

Manifestamos nuestra solidaridad para con los pobladores de Río Negro y Paysandú afectados por los impactos de la forestación y los recientes incendios.

 

 

 
 

 

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