sábado, 21 de septiembre de 2019

Sindicalismo y barbarie.


Sindicalismo y barbarie.                                                                                                                                        En estos últimos días nos hemos enterado de un nuevo aplazamiento en cuanto a la decisión de reintegrar a los cuatro compañeros despedidos en el Sanatorio Americano, a estos cuatro compañeros (entre ellos un dirigente sindical) se los acusa de omisión de asistencia, es bien sabido que un enfermero no pude ser objeto de dicha acusación .                                                         Como si todo esto fuera poco en una asamblea en la cual participaron miembros del Consejo Central de FUS uno de ellos dice: “los cuatro compañeros no son prioridad para la FUS”, palabras más palabras menos. Estos dirigentes que se dicen “dirigentes sindicales”, son principalmente marionetas del partido comunista.                                                                           Partido que en las últimas décadas se ha comportado como una secta donde lo único que cuenta es el poder. Si el poder, por el poder mismo. Para muestra sobra un botón, la principal responsable de estos despidos es integrante del mismo partido, ellos son los mismos que cantan la internacional y con fervor levantan el puño y gritan ¡Arriba los pobres del mundo!, el colmo de la hipocresía…                                                                                                                                   Estas situaciones dejan al descubierto la debilidad de la federación uruguaya de la salud y el accionar poco transparente de sus principales dirigentes. Hemos aprendido que el “interés” tal como lo conocíamos deberá tener una resignificación, es decir, un nuevo sentido.                                 Freud en su texto “más allá del principio del placer” explica que los sujetos no se mueven solo por los “intereses vitales” sino que hay un lado más oscuro por el cual muchas veces toman decisiones que les perjudican, que nos les favorecen.                                                                          La pregunta que surge casi naturalmente es ¿Que hace que los compañeros recurran a su verdugo? Porque quien ponga en manos de esta cúpula sindical una negociación, tendrá una muerte lenta pero segura, esta es la barbarie. Una barbarie aleccionadora, una barbarie que no es externa, sino una mucho más dolorosa, es la que proviene del propio sindicalismo.
Mauricio


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