El “campo” reclama.
Se vienen produciendo fuertes
movilizaciones de los que llaman genéricamente “el campo”, con cortes parciales
en rutas, concentraciones, acto en Durazno, etc.
El crecimiento de los reclamos sorprendió
al gobierno y a las propias gremiales
que se vieron superadas (ARU, FRU) por un movimiento variopinto, pero que lleva
los reclamos de las grandes patronales agropecuarias.
Está claro que en el campo hay
intereses diversos, desde el de los trabajadores asalariados pasando por los
pequeños y medianos productores al gran capital nacional y extranjero.
Si bien las gremiales se quejan amargamente,
en los últimos años se han visto beneficiadas por el crecimiento en los precios
de la hectárea de tierra, exportaciones record por los precios de los commodities,
rendimiento extraordinario para la soja, grandes ventas de ganado en pie, etc. El aumento del latifundio y la venta a
extranjeros ha sido record y año a año miles de pequeños y medianos productores
abandonan el campo.
Los grandes productores han tenido en el MGAP a
un hombre de su riñón, el arrocero Aguerre, quien entre otras cosas impulso la
Ley de Riego.
Las dificultades para los
exportadores son el verdadero motor de esta protesta, aunque la masa de movilizados
la pongan pequeños y medianos productores endeudados ,el reclamo ante el
desfasaje en el dólar, directamente una devaluación, es el centro del
movimiento.
En los últimos años se ha
acelerado la caída de la población en el campo y decenas de miles de
explotaciones chicas o medianas han desaparecido. El agro negocio se los comió.
No hay ninguna salida para los
trabajadores del campo o los pequeños productores que se encolumnan tras los reclamos
patronales. Las corrientes o militantes de izquierda que creen ver algo
progresivo en estas movilizaciones están mal rumbeadas.
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