El plan B en tiempos de pandemia
En la crisis de Casa de Galicia quedan en evidencia cuáles son las prioridades de los diferentes actores. Pretender cerrar una mutualista en el medio de una pandemia y con una enorme presión sobre el primer nivel de atención, demuestra que los usuarios y los trabajadores, importamos poco y nada.
El 30 % de los usuarios de Casa de Galicia son mayores de 65 años, y cualquier cambio a esa edad, cuesta. Pensemos que estos usuarios, en el caso de cierre de la institución, tendrán que conocer el funcionamiento de la nueva institución de salud, qué médicos atienden en ella, y hasta dónde queda la farmacia para retirar medicación. Todo eso en el medio de una pandemia. Es, de alguna manera, empezar de nuevo.
Eso sin contar que, en el caso de aplicarse el Plan B, junto con usuarios también ingresan nuevos funcionarios, y eso también lleva un período mínimo de adaptación. Y todo esto, con trabajador@s luchando contra otra ola de COVID.
El ministro Salinas, así como el presidente de ASSE, salieron a la prensa a hablar sobre la importancia de las instalaciones y la estratégica ubicación de Casa de Galicia. Están tratando de quedarse con una instalación que tiene un valor de mercado y estratégico incalculable. Es un punto fundamental de atención en la zona norte y oeste de Montevideo. Tiene uno de los IMAE más importantes del país, además de un centro de diálisis. ¿Alguien cree que dejarán de internar o atender ahí? El dinero que mueven es incalculable. En el apuro por ponderar las bondades de la infraestructura, se olvidan que las mismas no están en el éter, sino que la mantienen trabajador@s y hacen uso de ella sus soci@s.
Ni los usuarios ni los trabajadores son responsables de esta crisis. De hecho, son las víctimas de ella. En estos momentos libran ambos una batalla contra el tiempo para mantenerla abierta.
Si en febrero se abre el corralito nuevamente, lo único que hará será agravar la ya complicada situación de Casa de Galicia. Es necesario frenar la -previsible- sangría de socios, por lo menos mientras dure la emergencia sanitaria. Es lo más responsable y sensato, dadas estas especiales circunstancias.
Es necesario implementar un corralito mutual por tres motivos: uno porque es una barbaridad distribuir 44.000 usuarios en una emergencia sanitaria.
Segundo, para encontrar cualquier solución se necesita tiempo, aún para armar un plan y presentarlo. Después de 20 años ¿qué son unos meses más?
Tercero, porque hasta para implementar la distribución de socios y funcionarios hay negociaciones que entablar y acuerdos que hacer.
Evidentemente todo esto necesita un acuerdo político. Un acuerdo que priorice a la gente y su salud y no el dinero y las ganancias. Un acuerdo político que debió haber sido liderado por quienes dirigen los ámbitos políticos de la FUS. Una federación que, extraña y erróneamente, toma una decisión relámpago, sale a defender y aceptar el PLAN B sin luchar por el mantenimiento de la fuente laboral, sin consultar una decisión tan importante con la masa de trabajadores y socios. Fue una decisión, como lo demostraron los sucesos posteriores, que no era del agrado de la asamblea de trabajador@s, ni de los soci@s. Tampoco del Frente Amplio, si analizamos la propuesta de la bancada de legisladores y las palabras de Lucía Topolanski, la que define al plan B como una “oferta miserable”. Hay que recordar que el plan B deja sin trabajo a más de 400 trabajadores, eso sin contar con los tercerizados y los que tienen un contrato unipersonal. Entonces, ¿por qué salió la dirigencia mayoritaria de la FUS en forma tan rápida en defensa de la propuesta del gobierno?
La resolución de la crisis de Casa de Galicia tendrá consecuencias para todo el sistema. La desprolijidad con la que se llevó a cabo todo este proceso, deja en vergüenza no solamente a la clase política, sino a la representación de los trabajadores de la salud privada. En vergüenza y soledad.
Rosalba Hunter Indart
la fragua es una publicacion de trabajadores al servicio de las luchas sociales
domingo, 6 de febrero de 2022
VERGÜENZA Y SOLEDAD
jueves, 3 de febrero de 2022
'Se nos va el Agua', por Gina Torrelli. En relación a los sucesos del incendio del 29 de dic / 2021
'Se nos va el Agua', por Gina Torrelli. En relación a los sucesos del incendio del 29 de dic / 2021
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"se nos va el agua"… dijo hoy a la mañana un señor mayor, posiblemente abuelo, cuando iba entrando, caminando, al arroyo Pando, refrescando el cuerpo ya anciano, posiblemente recordando cómo era antes, me imagino yo, si hubiere sido habitante de estos lares desde hace tiempo, muchos años, cuando acá era diferente, tan diferente, que hay que imaginarlo para recrearlo, arroyo de agua dulce, caudaloso, que viene llegando para encontrarse con el mar, entre dunas y bañados, cangrejos y garzas ...cuando era agüita limpia, corriendo, refrescando en estos días de calor, de fines de diciembre, a toda la familia, a tantos niños y niñas que durante años y años, llegaron a entrar, mojando primero las patitas, para luego entrar cuerpo entero y sentir el frescor del agua del arroyo, y jugar, reír, y nadar...
De eso hace tiempo, ahora somos poc@s l@s que a veces llegamos a animarnos a entrar pisando el barro y las piedras entre algún escombro, viendo el cangrejo salir de costado... Hoy decidí animarme, las palabras del señor, las ganas de l@s gurises, el calor, la falta de agua en las casas, y un poco capaz también la sensación en los poros y las imágenes de las llamas tan grandes y tan cerca.
Si, mejor entrar al Pando, y reír con l@s gurises mientras se "zambullen", para volver luego a las casas, a preparar la comida mientras cuidamos, que si se prende un nuevo foco hay que avisar y apagarlo enseguida. Porque está todo prendido por abajo, y humea por muchos lados.
Que no aumente el viento, que llueva, que llueva.
La gente está cantando pidiendo el agua, la gente está rezando pidiendo agua, la gente está corriendo llevando agua, en baldes, en bidones, con palas, con azadas, de día y de noche, hay que estar atent@s, que no se vuelva a prender, que hace mucho calor, que no hay agua en las canillas de las casas, que hay mucho fuego por muchas partes, que hay mucho monte ardiendo, descontrolado, que hay que pedir agua, que se nos va el agua dijo el señor hoy, que se nos está yendo, pero " que no está todo el pescado vendido" dice la pancarta nueva, aún esperando a ser colocada, en un buen lugar, para que la gente la vea, a ver si reacciona, decimos cuando vemos cuesta arriba el camino.
La gente reaccionó rápido, muy rápido, y eso fue lo que nos salvó las casas. El fuego avanzaba y crecía y se venía derecho, y fue el viento que pegó la curva y nos dio el tiempo, y fue la gente que ya estaba acá, dándole el frente al fuego mientras tod@s sabíamos que había dos posibilidades, que se pudiera frenar o que llegara a las casas.
Si viene el fuego, qué agarro...suelto, suelto una canción de agradecimiento y suelto, solo estar al ladito de l@s gurises, hasta que sea el momento de irse. Y miré y ví, ahí estaba la gente, un montón de seres decidid@s a enfrentar las llamaradas que eran enormes y estaban tan cerca ya. Si llegaban a estos pinos era la señal de que nos teníamos que ir.
En ese momento que es el límite, l@s gurises se fueron, a la casa del amigo tan querido que vive allá en el arroyo. Querían ir para ahí desde hacía rato. El amigo estaba con su hermanito pequeño y su abuelo, que por primera vez se quedaba con sus nietos a cuidarlos mientras papá y mamá estaban acá, ayudando a parar el fuego, acompañándonos, estando presente, como tantas otras veces.
Agradezco, la imagen que me quedó no me la olvidó más. Tod@s l@s inchalás, organizad@s, esperando, chicote o rama de acacia en mano, que las llamas llegaran al lugar y al momento justo en que íbamos a tener que dar todo, porque sabíamos, era el momento límite, si llegaba a los pinos...
Y ahí estaban, con toda la energía ( hay una palabra en mapuche que la define, no me la acuerdo) y a la voz de aura saltamos encima del fuego que quería avanzar y fue azotado, con alma y vida, y no llegó a los pinos.
Ahí ví que de verdad tod@s somos un@, en ese momento fue así, lo viví así y lo agradezco, el fuego no llegó a las casas. Gracias a la gente.
Después llegaron los bomberos, con agua. Porque en las casas no hay agua. Y mucha gente, y mucha fuerza, y muchos brazos, y muchos baldes, tarros, y hasta bañitos de bebé.
Y así pasaron horas, hacía calor, había sed, nadie comió, no daba para parar, a lo mucho cambiar de la cadena de baldes llenos que subían con agua a la de baldes vacíos que volvían para ser llenados y otra vez ser subidos, en cadenas que se bifurcaban, porque había varios bordes que avanzaban.
Había que ir parando desde los bordes. Adentro ardía. Se quemaba el monte. Fue mucha la gente, y lo que en un principio me decía que no había lo que hacer, después me confirmó que gracias a la fuerza del saber que sí el hacer puede, es que al final sí se pudo.
Fue muy cansador, hubo gente que no paro hasta las 3 de la mañana, hubo gente que a las 5 ya estaba ahí de nuevo con pala y balde, y hubimos gente que dormimos con la alarma puesta a cada hora para vigilar que podíamos descansar un rato.
Y hoy más fuego en más lugares, en otros montes, que también son la mira de las inmobiliarias y los consorcios.
Fuegos en simultáneo, fuegos inmensos, humos oscuros...dicen que no hay lo que hacer, que no da para ir...dicen que la gente no llegó y el fuego se esparció.
A dónde estarán volando tantas aves, me pregunta mi hermana, sin esperar respuesta.
Quedan brasas prendidas, cenizas como alfombra, y silencio, no hay pájaros cantando. Pero las semillas nativas están más abajo, más profundo. La vida siempre vuelve. Rebrota. Siempre puede renacer, a no ser que se tape el suelo con cemento. Con el cemento y el asfalto ya no hay vuelta atrás, ahí sí la vida se separa.
Son las 23 hs. y recién volvió el agua a la canilla. Se nos va el agua. Las forestales, también arden, pero seguro tienen seguro. El agua se nos va. Y al barrio quieren traer cemento, y el asfalto, quieren tapar cañadas y humedales. Nos quieren separar. Cómo será sin agua poner ciudad donde es monte, será?
No todo el pescado está vendido. El no hay nada que hacer ya vimos que no es tan así. Vimos que si llegamos a tiempo lo podemos hacer.
Estamos a tiempo. Si queremos ver, y luego hacer. Que el monte se queme a quién le viene bien. Si, los agrimensores prefieren todo pelado. Pero si, es verdad, ya ellos nos contaron, son contratados, están trabajando, no toman partido porque quieren cobrar, cómo la gente, dicen.
¿Quién cobra todas esas cuotas interminables con promesa de que algún día podrán hacer la escritura, pero eso sí, si no lo hacen en 60 días pierden todo lo aportado en esos tantos años de tanta cuota. Realidad o ficción. De qué lado estar.
Agua linda, agua limpia. Así fue durante siglos, así es. Así será? No hay nada que hacer o no está todo el pescado vendido.
De qué lado vas a estar?
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Municipio de Paso Carrasco… “Poco,poquito y nada”.
Chau 2021 y como el que no quiere la cosa, se fue otro año.-La nueva Alcalde asumió en noviembre del año 2020 y su gestión sera hasta el año 2025.
En Uruguay, la ley 19.272 de Descentralización y Participación Ciudadana, es la que regula el funcionamiento de los Municipios, que se instalaron por primera vez en el año 2010. A partir de allí a quedado demostrado en la historia del país la importancia de su existencia, ya que los gobiernos locales son los que están obligados a trabajar de cara al vecino, atendiendo sus necesidades, favoreciendo la articulación entre los tres niveles de gobierno y fortaleciendo la descentralización-Nada de eso hubo en nuestro Municipio y como decía los otros días un vecino en un almacén del barrio, “estamos retrocediendo”…
La pandemia trajo aparejada más dificultades de las que teníamos, la gente perdió su trabajo y como consecuencia de ello, surgieron ollas y merenderos que solidariamente atendieron a cientos de familias (marzo 2020).El Alcalde anterior y el consejo municipal de ese entonces volcó todos los recursos que tenía a mano para colaborar con la gente que voluntariamente abría su casa para instalar una olla o un merendero. No fue todo perfecto, pero se intentó que los insumos no faltaran.
Al asumir la nueva Alcalde y el nuevo consejo, ya no fue lo mismo, los aportes desde el Municipio desaparecieron, se generó todo un debate que duro meses, llevando a las Ollas y Merenderos a recurrir a la red de ollas populares de Montevideo para que de esta manera se siguiera asistiendo a las familias que realmente lo necesitaban.-Primera señal que daba la nueva gestión ,distanciarse de lo que se venía haciendo por el anterior Alcalde.Recordar que son del mismo partido.-
Paso Carrasco tiene de los presupuestos más bajos del País .En el año 2021 se le asignó 5.186.868 $(115 mil dólares aproximado)…Muy poco se puede hacer con dicho dinero, basta ver que no se ha hecho nada de lo comprometido. Por ejemplo Tala es casi el doble.
Al comienzo de esta nueva gestión, se presentó por parte de la Alcaldesa, un presupuesto de inversión para dos zonas del barrio.-La zona 1, para las calles Garibaldi,Lavalleja,Artigas,Uruguayana,Rivera y Oribe,con tareas a ejecutar de limpieza y/o conformación de cunetas, tendido de tosca ,colocación de caños y limpieza. Monto estimado $4.755.756.(105 mil dólares).Zona 2: Avda.del Lago,San Martin y Alcides de María ,la misma tarea que la zona 1 con un gasto de $ 1.205.279( 26 mil dólares).-Estos proyectos que no fueron elaborados por todo el consejo, sino que fue elaborado por la línea que hoy tiene la responsabilidad de la gestión de nuestro Municipio.-De este proyecto se puede ver lo que se realizó en la zona 2, calle San Martin frente a la nueva policlínica nueva, que dicho sea ,los vecinos quedaron bastante desconformes por la precariedad del trabajo.
Por disposición de la ley de los Municipio, debe convocarse a un cabildo y a una audiencia pública .Se pudo ver muy poca participación, los vecinos no acudieron a una convocatoria que fue muy tímida por parte del Municipio, como demostrando que no tiene interés que los vecinos participen.
Nadie sabe de las comisiones del Municipio, no han hecho una rendición de cuentas, ni cuales han sido sus propuestas ,cuales se ejecutaron…todo un gran agujero negro, es decir de participación poco o nada.-
Otros servicios como la recolección de residuos, mantenimiento de espacios públicos ,calles auxiliares de Cno. Carrasco ,etc …etc. todo en estado de abandono absoluto.
Falta aún casi 3 años para culminar esta gestión, tiempo más que suficiente para cambiar el rumbo de gestionar, de mantenerlo, como dijo mi abuelo,” nadie podrá levantar al muerto”.-
Juan Maccia.
incendios forestales
Normativa uruguaya para prevenir los incendios forestales es obsoleta
A pesar de tener planes nacionales e institucionalidad acorde para prevenir estos siniestros, a la falta de rigor y de recursos para ejecutarlos, se agrega una normativa insuficiente.
Víctor L. Bacchetta - sudestada 19 ENE 2022
En diciembre último, el grupo interinstitucional formado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la Dirección Nacional de Bomberos, el Instituto Nacional de Meteorología (INUMET), la Sociedad de Productores Forestales (SPF) y el Sistema Nacional de Emergencia (SINAE), volvió a reunirse para lanzar el Plan Nacional de Protección Integral frente a Incendios Forestales para la temporada 2021-2022
El director nacional del SINAE, Sergio Ricco, expresó en la ocasión su aspiración de que la gestión integral del riesgo se pudiera llevar a la práctica en sus tres niveles: prospectiva, compensatoria y reactiva. Ricco destacó que una de las herramientas que viene utilizando el SINAE para la concientización sobre el riesgo son audiovisuales que muestran los cuidados que se debe tener antes de hacer un fuego.
El Director General Forestal, Carlos Faroppa, destacó dos “riquezas forestales”, el bosque nativo y las plantaciones. “Uruguay es ejemplo a nivel internacional en lo que respecta a la coordinación entre actores públicos y privados” para llevar a cabo las estrategias frente a los incendios forestales, señaló Faroppa. Sin duda, debe ser porque en este país es tan fácil pasar de un lado al otro del mostrador
.El Plan 2021-2022 habla de construcción y mantenimiento de cortafuegos; monitoreo permanente (torres instaladas, vuelos regulares, emisión diaria del índice de riesgo de incendios forestales; fortalecimiento de las capacidades de respuesta, aplicación de sanciones, prohibición de fuegos y quemas desde el 1º de noviembre hasta el 30 de abril, mantenimiento limpio de los predios y cuidado con los fuegos artificiales.
Sin embargo, los incendios del fin de año en los departamentos de Paysandú y Río Negro pusieron en evidencia agudas carencias de ese sistema de prevención. Los testimonios de pobladores, productores rurales y apicultores de la zona mostraron tanto incumplimientos de las normas establecidas, como insuficiencia de recursos humanos y materiales de los organismos oficiales y de las empresas.
El abandono y la falta de limpieza en los cortafuegos y otras áreas de los predios forestales, que facilitan la expansión superficial del fuego a partir del foco, haya sido intencional o accidental, y la cercanía de las plantaciones a los centros poblados fueron los mayores problemas. A la altura en que los incendios llegaron a la copa de los árboles, los recursos disponibles fueron completamente desbordados.
“Nuestra principal atención son los centros poblados y, sobre todo, monte adentro, porque son extensiones muy grandes”, dijo Pablo Benítez, portavoz de la Dirección Nacional de Bomberos. Pero Benítez reconoció que el organismo no cuenta con recursos para inspeccionar cada predio forestado, tarea que calificó como “imposible” si se considera la extensión del área destinada a esta actividad en el país.
Insuficiencias normativas
Pero, más allá de las carencias de fiscalización e incumplimientos manifiestos, un hecho que agrava la situación son las medidas previstas por las normas vigentes para los cortafuegos, la separación de los macizos forestales entre sí y con las poblaciones. Si se lo compara con países como Chile y Estados Unidos, de gran tradición de bosques y combate a incendios forestales, Uruguay está bastante atrasado al respecto.Hay dos tipos de incendio, con características y consecuencias diferentes. El incendio de superficie, que afecta la hierba y los restos vegetales depositados en el suelo del monte. Este incendio arde con facilidad, quema plantas y arbustos de la superficie, sin llegar a las partes altas de los árboles. Y el incendio de copas, que es producido cuando un incendio de superficie asciende hasta la copa de los árboles.
El incendio de copas es de gran intensidad, los vientos fuertes hacen que se propague por el follaje interconectado en forma sumamente rápida y, además, genera incendios puntuales lejos de la zona del incendio original, cuando las partículas ardientes son llevadas por el viento e inician nuevos incendios, como ocurrió en este caso.
El Decreto 188/02 de mayo de 2002 , reglamentario de la Ley Forestal N°15.939 , sobre el combate de incendios forestales, establece en su Artículo 10 lo siguiente:
“En todo
predio forestado se establecerán áreas cortafuegos perimetrales, así como a lo
largo de caminos públicos, carreteras o vías férreas que atraviesen o linden
con los mismos.
Estos predios deberán compartimentarse con áreas cortafuegos interiores en
superficies no mayores a 50 (cincuenta) hectáreas efectivamente plantadas,
aproximadamente.
Las áreas cortafuegos consistirán en ‘fajas’ de doce metros de ancho como
mínimo ‘libres de árboles’ en las cuales se controlará el desarrollo de la
vegetación de forma que no constituya un factor de propagación del fuego,
complementadas con franjas adyacentes de seguridad.
Las franjas adyacentes de seguridad deberán mantenerse libres de arbustos y de
residuos de podas y raleos y se podarán las ramas bajas de sus árboles hasta
una altura de aproximadamente dos metros.”
Con respecto a las franjas adyacentes: en los cortafuegos perimetrales debe tener ocho metros y en los cortafuegos interiores cuatro metros a ambos lados. En cualquier caso, de la suma de ambas franjas resulta un mínimo de 20 metros. Obviamente, son medidas para prevenir y poder combatir incendios de superficie, no de copas.
En Chile, la Corporación Nacional Forestal recomienda para el cortafuego un ancho mínimo del doble de la altura de la vegetación vecina. A su vez, en el sur de California, en Estados Unidos, se recomienda un ancho mínimo de 200 pies (60 metros) y, a menudo, el mínimo es de 300 pies (90 metros) para cortafuegos primarios.
Si la altura media de las plantaciones de eucaliptos para celulosa en Uruguay es de 25 metros, por la norma chilena, el cortafuego debería tener un ancho mínimo de unos 50 metros y, por la norma estadounidense, entre 60 y 90 metros. El mínimo de 20 metros prescripto por la norma uruguaya está lejos de la aplicada en esos países.
Distancia de las poblaciones
Con respecto a la relación entre plantaciones forestales y centros poblados, la norma en vigor está más alejada aún de la realidad actual.
El Decreto 584/90 de diciembre de 1990 , sobre Disposiciones preventivas de policía de fuego, se refiere a zonas “dentro de una franja costera del Río de la Plata y del Océano Atlántico”, a 20 kilómetros de los mismos. Es decir, fue pensado solo para los incendios forestales costeros.
El Artículo 8 de ese decreto establece que: “Los predios boscosos no urbanizados cualquiera sea su extensión,(...) linderos con áreas urbanizadas boscosas o densamente arboladas, deberán estar separados de éstas por fajas cortafuegos no inferior a 20 (veinte) metros de ancho”. O sea, la distancia mínima para los centros poblados es igual al ancho de los cortafuegos previstos en otras situaciones.
La dramática experiencia de los poblados de Algorta, Piedras Coloradas y Orgoroso rodeados por el fuego evidenció el alto riesgo de la cercanía de las plantaciones. Sin duda, este debe haber sido el motivo por el cual, pocos días después de superada la contingencia, el Ministerio de Ambiente, el MGAP y la Sociedad de Productores Forestales se reunieron para adoptar medidas de urgencia en este aspecto.
El anunciado “acuerdo voluntario” pareció una declaración de intenciones en lugar de un compromiso real. Según el comunicado oficial, la SPF “solicitará a sus empresas socias tomar acciones adicionales y complementarias a las ya existentes”, tales como cosecha o eliminación de las plantaciones forestales cercanas a centros poblados a una distancia que sería acordada con la Dirección Nacional de Bomberos.
Para explicar en qué medidas están pensando, el comunicado alude a un informe de técnicos de Bomberos de 2017 que, sin explicarse sus fundamentos, “no establece ninguna medida como distancia mínima entre la primer línea de árboles y el sector poblado; no obstante por lo antes dicho se entiende que con distancias comprendidas entre los 150 m y 200 m podría considerarse una buena medida de prevención”.
Al parecer, no se recordó que, en el marco de la Ley de Ordenamiento Territorial, hay localidades que ya legislaron al respecto. En efecto, las Juntas Departamentales de Rivera y Paysandú han refrendado las decisiones de Tranqueras, en 2017, Minas de Corrales y Guichón, en 2020, por las cuales la forestación debe mantener distancias mínimas de 500, 1.000 y 500 metros, respectivamente, de las zonas urbanas.
Esta decisión tiene gran importancia para situaciones como las vividas en las que se producen incendios de copa y focos puntuales, que son las más peligrosas para los entornos naturales y humanos. Poder determinar cuándo el fuego está pasando a un estado de energía superior y disponer del espacio suficiente es clave para aplicar a tiempo la evacuación del centro poblado y evitar desgracias mayores.
Sociedades de productores rurales y apicultores, junto con organizaciones sociales de la región afectada están convocando a una Mesa de Diálogo para tratar estos temas. Autoridades de gobierno y las principales empresas involucradas aceptaron participar de esta instancia donde la sociedad civil, que desempeñó un activo papel en la lucha contra los incendios, está procurando ser escuchada con su propia voz.