martes, 3 de agosto de 2021

Niños de Paso Carrasco.

 

Nuestras vacaciones de julio… Niños de Paso Carrasco.

 

 


 

 

 

 

En marzo del año 2020, con la llegada de una pandemia de escala mundial

generada a partir de la propagación del virus COVID-19, Uruguay comenzó a atravesar una crisis sanitaria sin precedentes. Este evento desencadenó una serie de procesos que impactaron de manera diferencial y multidimensional a distintas zonas del país. Esta coyuntura supuso múltiples desafíos a afrontar, dado que las restricciones a nivel sanitario dificultaron la presencialidad en casi todos los ámbitos, aislando a las personas afectadas y generando un miedo generalizado de contacto, así como un gran nivel de incertidumbre. Se produjeron afectaciones drásticas en el campo laboral, donde un gran número de trabajadores del ámbito informal -sector compuesto por más de 400 mil trabajadores en el país- quedaron en situación de desempleo, mientras que para el mes de junio de ese mismo año se alcanzó a una cifra de más de 200.000 trabajadores en seguro de paro desestabilizando así la situación económica de muchas personas.

Bajo estas condiciones, un gran número de actividades y proyectos fueron

suspendidos indefinidamente, mientras que otras iniciativas fueron tomando lugar. Estas iniciativas involucraron a múltiples sectores de la sociedad con la finalidad de paliar los efectos inmediatos de la emergencia sanitaria en los distintos territorios, comprendiendo desde organizaciones barriales y gremios sindicales hasta organizaciones religiosas y entidades .

En respuesta a la situación de emergencia sanitaria, surgió a partir de esas agrupaciones de vecinas y vecinos, referentes sociales ,  la organización de ollas populares, con la finalidad de cubrir las necesidades alimentarias inmediatas de aquellas personas afectadas en los distintos barrios. En Uruguay no es la primera vez que ocurren estos fenómenos, dado que se observan algunos registros de iniciativas de este tipo en la crisis económica que transitó el país en el año 2002.

Paso Carrasco, en sintonía con su matriz social y económica, no estuvo ajeno a esta realidad surgiendo más de una decena de ollas y merenderos donde se acercaban a comer centenares de personas. Así fue que transcurrió todo el año 2020 y lo que va del 2021, tratando de sostener una tarea titánica, donde mantener los insumos básicos para la elaboración de los alimentos se volvió desgastante, perdiéndose muchas veces en discusiones que incluyen la gestión interestatal Mides, Intendencia y Municipio…

Era visto también, que tamaño emprendimiento solidario es muy difícil sostener en el tiempo no solo por los recursos económicos que allí llegan sino que los propios referentes sociales a cargo de las ollas y merenderos, entran en un desgaste perfectamente entendible.

Fue entonces, que la aparición en escena de la Red de Ollas y Merenderos, asociación civil solidaria, dio una bocanada de aire fresco, a todos los merenderos y ollas.

Dicha organización permitió atenuar las tensiones, que lo único que hacían era perjudicar la ayuda a las familias más vulnerables .La red comenzó con la distribución de alimentos en forma sistematizada dando certezas a las ollas y a los merenderos, complementando  y ampliando los comestibles que venían siendo  entregados por el Municipio-Mides.

Hace un año, en una reunión con desarrollo social de la Intendencia de Canelones, planteábamos de elevar la mirada y plantear una forma de ir “apagando” las actividades de las ollas y merenderos, por medio de reinsertar a esas familias que asisten a estos lugares, incentivando la creación de empleos, buscando por esta vía devolver la dignidad de aquellas personas, que van a buscar diariamente un plato de comida.

Nuestra propuesta, se basaba en la renuncia por parte de la Intendencia de Canelones de tributos ,tales como patente de rodados, contribución, etc, a todos aquellos comercios de la zona que contrataran personas, aunque solo sea en forma “part time”.

Esta medida no era in eternum …tenía un periodo de vigencia. Quedamos solos en esa propuesta…(figura en actas en Centro de Barrio). A todo esto ya va un año y medio de sostener a las familias por la vía de las ollas y merenderos. También ,claro está, algunos emprendimientos cerraron.

Es tiempo que pensemos entre todos, de construir una nueva red que sostenga a las personas que al día de hoy siguen asistiendo a las ollas y fundamentalmente pensar en los cientos de niños que allí asisten, ampliando su universo, saliendo de la lógica “taza de leche y un trozo de pan”.

Para eso la Red de Ollas y Merenderos, organizo el 10 de julio pasado, en el Salón del Rotary Club de Paso Carrasco, un encuentro con música, teatro y luego una merienda compartida para todos los niños que hoy asisten a las ollas y merenderos de nuestro barrio.

Fueron dos horas intensas donde  vimos otra cara de la vida…  caras de niños felices. 

Para esta hermosa jornada, colaboraron diferentes personas y comercios de la zona ,a todos una inmensa gratitud…(Hiper Vital,Parodi,Montevideo Labs, Iglesia del Cordon,Luis Rodriguez,Mides,Mauricio,Tona…).

Finalmente, decimos que una niña y un niño son la construcción de la vida que vendrá.

No poner nuestro máximo esfuerzo en esa construcción, será poner al costado del camino a vidas inocentes…

 

Carlos Romero.

 Paso Carrasco.    

           

                 

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