viernes, 22 de mayo de 2020

FOICA


Actualidad de la
FOICA
La división nos sigue pasando factura.

Cada vez que abordamos este tema entre compañeros nos deja una sensación de impotencia. Sabemos que la situación no es auspiciosa, de la condición cíclica que tiene esta industria, de su dependencia al clima, de sus costos. Los métodos, avances o perjuicios que tiene para el productor la preparación del ganado. Los intersticios que tiene el negocio empresarial donde se cocinan los procesos de acuerdo a intereses corporativos y políticos. Un campo fértil para que algunos personajes hagan estragos entre sus congéneres, dejando la herramienta sindical fútil ante los formadores de opinión y propaganda tendenciosa. 
Pero que además deja al trabajador atado a la oscilación del mercado, el comportamiento de la actividad productiva y su fluctuación es una condición al que debe adaptarse o sucumbir. El discurso empresarial toma parte de esa conclusión y se atribuye ante la sociedad una imagen algo más puritana, de una falsa sensibilidad mediática. 
No es una situación fácil de soslayar para los trabajadores, porque no se trata de un negocio espurio, aunque conocemos de primera mano las formas de elucubrar los parámetros de la actividad más fructífera del Uruguay. La carne es el coche de alta gama con más valor agregado, para un país que depende mucho del comercio exterior. 
Ante un sistema global en constante colapso, manejado por corporativos internacionales apátridas y con un sistema político títere de sus intereses, no es fácil conseguir en lo particular una correlación de fuerzas que sea radicalmente opuesto al modelo actual. Los rótulos ideológicos han pasado de moda, en cambio se van enlazando ciertas corrientes de pensamiento que en apariencias tenían un discurso opuesto, para terminar dando una señal ambigua a una sociedad por conveniencia fragmentada. 
Estas confusiones son fácilmente aprovechables entre los grupos empresariales, que comprenden la división de la foica como un camino hacía el desastre. El institucionalismo sindical ha creado cúpulas dirigenciales que han obrado contrarios al clamor de su gente y por consiguiente, funcionales a los intereses patronales. Ellos lo saben, por algo ha prevalecido en el tiempo la división. 
El ambiente de los frigoríficos es muy heterogéneo y discreto, negociar con un dueño en particular es muy distinto a sentarse frente a una multinacional, que sería más o menos como atravesar el infierno de Dante para obtener una respuesta concreta. La lógica de estas megas empresas son una paradoja. Viven en crisis, tienen más del cincuenta por ciento de las faenas en Uruguay, compran frigoríficos por todas partes del mundo, utilizando el seguro de paro a su conveniencia, y cuando trabajan al máximo de sus capacidades dicen estar perdiendo. Cuanto más trabajan más pierden, entienden la contradicción? Como llamar a un perro Pa' adentro y pedirle que salga pa' afuera. Le explota la cabeza!
Pareciera que no estamos capacitados para entender cómo detrás de una lógica económicamente regresiva se puede esconder un gran negocio, como se favorecen de la desestabilización y de la especulación como práctica habitual en la industria frigorífica. Además de la influencia que tienen estas corporaciones a nivel política y económicas en el país, algo que nos deja cada vez más expuestos a perder la localía, y si a eso le sumamos la poca capacidad que tenemos de amortiguar una crisis en el contexto gremial que se nos presenta, es aún más desventajoso. 
Vaya desafío que tenemos los trabajadores de la carne.

Anael Cardozo
Trabajador del Frigorífico Carrasco


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