DECISIONES ILUSORIAS
El Congreso de la FUS de abril de 2024 laudó una plataforma reivindicativa, casi idéntica a las anteriores, y sin que se haya avanzado ni una coma, y una reforma del estatuto que demuestra por dónde van las preocupaciones y, por lo tanto, las debilidades de la Federación.
Una vez más se le dio un voto de confianza a la comisión de padrones respecto al número de afiliados y al número de sindicatos existentes en la FUS. Nadie sabe a ciencia cierta, quiénes son.
¿Qué podemos decir de la Comisión Fiscal? Nunca se reunió en tres años y de repente los fiscales de la mayoría se presentan frente a todo un congreso para avalar una gestión que nunca tuvo el control de la minoría. Se pararon, fiscales de la mayoría, delante de cientos de personas para dar un informe de gastos, poniendo su firma y sus nombres como garantía. Algunos creen que la impunidad puede ser eterna y actúan como si nunca nadie fuera a pedirles que rindan cuentas. La sensación de impunidad es engañosa y efímera, la historia lo ha demostrado una y otra vez. Al final, tarde o temprano, la responsabilidad se exige y la verdad surge. La transparencia respecto a los aportes de las y los trabajadores de la salud privada no fue una preocupación de la mayor parte de los representantes que allí estuvieron. Y eso es preocupante, porque habla sobre cómo se manejan los aportes de todas y todos.
Por si queda alguna duda de la magnitud del deterioro se vota una reforma del Estatuto que modifica la comisión de ética en dos puntos: primero, se quita el requisito de que los integrantes de la comisión de ética tengan que tener una probada conducta ética. Sí, han leído correctamente, se vota en mayoría que los integrantes de la comisión de ética no tienen por qué tener una conducta intachable para juzgar a otros.
¿Quién puede querer ser nombrado para una comisión de ética que en sus bases mismas está viciada de falta de moralidad? ¿Se imaginan cómo queda la imagen de los integrantes de una futura comisión de ética, la que para su conformación necesitó dar de baja un requisito tan importante como la probada conducta ética de sus integrantes? Va a ser interesante ver a quién postularían para integrarla. Sería un gol en contra.
El segundo punto es que la decisión final sobre la conducta ética de un integrante de la FUS la toma la Dirección Nacional, y no la Asamblea General. Los trabajadores y trabajaras de a pie son cada vez más irrelevantes.
La configuración del Consejo Central que salió del Congreso mostró las negociaciones que implicó su conformación. Fue un reparto de cargos que implica cómo se distribuye el trabajo en la federación. Se reparte el trabajo, pero no las decisiones, ni mucho menos el poder. Las verdaderas decisiones sindicales, las que tienen peso político, no se toman en ninguna de las instancias políticas que marca el estatuto. Son un trámite, que se cumplen a veces y con bastante desprolijidad. Sin embargo, el reparto de los cargos, da la ilusión de poder.
El poder que vale la pena tener es el de la confianza de las y los trabajadores, el que es fruto del trabajo consecuente y coherente en la construcción de un mundo mejor. Un representante sindical debe tener como guía de conducta el poder mirar de frente a las y los compañeros con la conciencia tranquila del deber cumplido. Sabiendo que hubo y habrá inevitablemente errores, porque somos humanos, pero nunca traición a nuestra clase. Todo lo demás es hojarasca. La barrerá el viento.
R Hunter Indart
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