El rector de la Universidad de la República ve difícil
que la educación reciba el 6% del PIB
D. Battiste
Roberto Markarian dice que en la Universidad de la República (Udelar) "no es todo
campo de oréganos" pero reconoce que desde que se desempeña como rector no
tuvo mayores problemas con los funcionarios de la institución. Admite que le
gustaría concretar más proyectos antes de terminar su mandato, pero le faltan
recursos y el hecho de que la Rendición de Cuentas se haya pautado por un año
le impide pensar a largo plazo. A su vez, no consigue los acuerdos necesarios
para financiar la tan necesaria remodelación del Hospital de Clínicas, que es
gestionado por la Udelar. Markarian señala que le causaría "dolor"
que el centro de salud universitario no empezara a remodelarse antes de que
termine el quinquenio, pero no está seguro de que las obras comiencen pronto.
Aquí, un resumen de la entrevista que el rector dio a El Observador.
¿Qué
opina de que la Rendición de Cuentas se haya planificado por un año?
Esto es una posición oficial de la universidad, no es solo mi opinión. Para
una institución donde todo es de largo plazo, porque los procesos educativos de
orden superior son de largo plazo, una rendición por tan poco tiempo dificulta
la organización. La financiación se puede hacer por goteo, siempre y cuando
haya la aceptación de un plan, que es lo que importa. Acá lo que hay es presupuesto,
no hay planificación.
¿Es una
complicación para contraer proyectos a largo plazo?
Nos lo dificulta muy fuertemente y nos obliga a un ordenamiento del gasto
muy disciplinado.
La
educación va a tener 4,9% del PIB en esta Rendición de Cuentas. El secretario
general de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES), Emiliano
Mandacen, dijo que él "firma" que no se llegará al 6% al final del
período. ¿Usted firma también?
Yo no firmo nada porque soy director de un ente autónomo y tengo que tratar
de que me den lo que organizamos gastar y podemos gastar. Cuando visualizo los
números me parece difícil que haya una inversión que complete el 6% antes del
final del período. En nuestro caso es mucho peor porque también pedimos 1% para
investigación, porque no solo hacemos enseñanza. Nosotros pedimos el 6% más 1%
y en investigación nos vienen dando menos de la mitad de lo que pedimos. Además
nosotros pedimos para salud porque tenemos un hospital y tenemos otras cosas de
salud.
¿El
problema de la educación se resuelve con más presupuesto?
Estoy seguro de que se necesita más presupuesto. Pero no es lo único y de
eso también estoy seguro. Falta pensar mejor al sistema educativo, organizarlo
mejor. Hay una parte también que tiene que ver con la idiosincrasia de los
uruguayos que es complicada. La Rendición prevé también un aumento salarial del
17% para los funcionarios de la Udelar al final del período. ¿Le parece
suficiente?
Tenemos firmado un convenio colectivo internamente con los funcionarios no
docentes y se extiende porcentualmente a los funcionarios docentes. Ahí
afirmamos que si se llegara al 6% del PBI para la educación llegaríamos a una
meta con los funcionarios no docentes que es superior al 17%. La escala se está
reduciendo por abajo, arriba los salarios se mantienen con ajustes de
inflación. La escala docente creo que no se ha modificado en muchos años y
genera problemas.
Entonces
¿el 17% de aumento salarial que plantea la Rendición está por debajo del
convenio que ustedes firmaron?
Sí, por eso este aumento no nos parece suficiente. Nosotros el convenio lo firmamos
con sinceridad, no anduvimos haciendo demagogia. En ese momento nos pareció que
lo que los funcionarios pedían era aceptable y el aumento debería andar por
arriba del 40% para los salarios más bajos. La institución entera reclama eso.
Yo no he tenido ningún problema en términos reivindicativos con ningún sector
de la universidad, he tenido otros problemas.
¿Qué
problemas tiene?
Nos falta dinero para hacer todo lo que querríamos. El documento de
presupuesto de la universidad fue muy elogiado pero no financiado, así que hay
una cuota de problemas que vienen de no poder hacer todo lo que nos gustaría.
Eso del 6% más 1% del PBI para enseñanza e investigación. Yo querría consolidar
el trabajo en el eje de la ruta 5, querría crecer más en el litoral norte, ya
estamos con grandes problemas locativos en el interior porque el crecimiento ha
sido muy fuerte. Además, es un hecho que la Universidad Tecnológica fue creada
para el interior pero no satisface la demanda.
Con
respecto a los problemas de la universidad, ¿tiene miedo de que no se concrete
la remodelación del Hospital de Clínicas?
Eso podría pasar, si tengo miedo no sé. Cuando dije que sería doloroso no
poder concretar nada, yo lo pienso seriamente. El temor, el dolor que uno
siente es que teniendo una buena propuesta, no podamos avanzar en ningún
sentido.
¿Le
parece que la remodelación del centro empiece en este período de gobierno?
No me animo a decirlo.
¿Cuánto
dinero necesita para concretar las obras?
Más de US$ 120 millones, porque sería ese monto si las obras se hicieran de
un saque. Si yo saco del bolsillo y pago US$ 120 millones. Pero cualquiera sabe
que no va a ser así, uno hace los cálculos sobre el costo de la obra, no sobre
la financiación de la obra. Ese es otro problema que a la gente le cuesta
entender. No es lo mismo decir que esto vale tanto y otra cosa es construirlo.
¿Qué
opciones maneja para la financiación?
Estamos transitando simultáneamente tres caminos. Primero presentamos una
propuesta al Poder Ejecutivo de financiarlo por la vía de la exoneración
parcial de los aportes patronales de la Universidad al BPS. La justificación
que hicimos para esa propuesta fue que el sistema privado de educación no hace
aportes patronales al sistema jubilatorio, es una cosa que la gente no sabe
pero es así. ¿Si está enteramente exonerado el sistema privado de educación,
por qué no pueden exonerarnos una parte a nosotros y con ese dinero hacer la
construcción? A lo largo de 15 años de exoneración se permitía financiar toda
la obra con ese dinero.
Esa
propuesta fue rechazada por el Poder Ejecutivo.
Sí. Recibimos una carta firmada, como me gusta decir a mí, con tinta azul
–no es que era una fotocopia– del ministro de Economía y Finanzas (Danilo
Astori) y del ministro de Salud Pública (Jorge Basso). Ahí decían que esa forma
no era viable y que la fórmula que el Poder Ejecutivo proponía era a través de
la aplicación de la ley de Participación Público Privada.
¿Fue en
ese momento que consideró la ley PPP?
Ahí nos vimos en la disyuntiva de si seguíamos adelante buscando
alternativas de financiación, y decidimos que íbamos a ver cómo era el sistema
PPP. Le mandé una carta al ministro Astori diciendo que quería aplicar la ley
PPP y ahí empezaron los estudios para analizar si era viable.
Usted
afirmó días atrás que la ley PPP le genera dudas. ¿Por qué?
Las dudas se generan porque el informe que se presentó no es concluyente de
que sea más barato hacerlo por PPP. Acá hay un problema económico. Hay una
segunda razón y es que el pago por el sistema este se hace muy prolongado y la
ley dice que el organismo que debe pagar es el contratante y el contratante es
la UdelaR. Por lo tanto, si el gobierno no nos diera los fondos para pagar eso,
la universidad tendría que sacarlo de sus fondos normales y esa duda es muy
gruesa. El resto de la universidad tendría que pagarlo si no nos dieran plata
extra, lo digo así de clarito porque es así. Si tuviéramos que pagar US$ 20
millones por año, tendríamos que quitarle un poco a Veterinaria, a Agronomía, a
Ciencias Económicas, a Ingeniería y al resto, y juntaríamos los US$ 20
millones. Eso arma un lío interno que cualquiera sabe que es inmenso. Una duda
que se agrega es que el sistema PPP no está funcionando, porque salió un titular
hace unos días sobre que el ministro de Obras Públicas planteó el problema de
que no había podido mover ni una carretilla de tierra con la ley de PPP. Yo
digo que eso es una alerta, porque si un ministro dice eso, uno se pregunta qué
tierra van a mover en el hospital.
Además
es una inversión que trasciende períodos de gobierno y no sabe si el siguiente
Ejecutivo tendrá el compromiso de pagarlo.
La realidad es que US$ 120 millones en este país es muchísimo dinero.
Cualquier inversión de largo plazo en este país, salvo que se haga con mucho
dinero invertido de un saque, trasciende períodos. El problema es que
trasciende períodos con financiación incierta, que eso es distinto.
Mencionó
dos vías de financiación (exoneración de aportes y PPP), ¿cuál es la tercera?
La tercera vía es contratar un préstamo para financiar la obra, que es bien
viable y hay ofertas, el rectorado se ha preocupado de recibir a ofertantes.
Igual ahí nos vamos a encontrar nuevamente con la resolución del Poder
Ejecutivo de no contraer deuda soberana, que es una deuda que automáticamente
pasa a pesar en las deudas del Estado. Más claro que lo que ha sido Astori con
que no quiere aumentar esas deudas es imposible.
¿Cuántos
ofertantes tuvo?
Los que tenemos arriba de la mesa son cinco. Cuatro son puramente
financieros y otro es financiero y constructivo. Las ofertas son
internacionales, hay grupos españoles, españoles y británicos, americanos, casi
todos ellos vinculados a fondos de inversión. No es claro si en esos casos la
financiación sería más barata que el PPP.
¿Cuánto
tiempo puede aguantar el Clínicas así?
Los edificios y el sistema educativo no se van a fundir, salvo que suceda
una hecatombe, por usar una palabra medio grandilocuente. El hospital va a
continuar funcionando porque el cuerpo médico, el de enfermería, el servicio,
la dirección son gente muy fiel. Lo que uno teme, al igual que con la parte
educativa, es el deterioro de la calidad de los servicios que presta.
¿Corren
riesgo los servicios?
No, riesgo no. Pérdida de calidad, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario