FEMINISMO Y
MARXISMO, UNA RELACIÓN CONFLICTIVA
Según el
marxismo la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases,
entre explotados y explotadores. Tendemos a pensar que la explotación y la
dominación son las dos caras de una misma moneda. Sin embargo, la respuesta a esto, no es tan simple
como parece. Pienso en mi madre, una obrera explotada y dominada y ambos
conceptos calzan a la perfección. Sin embargo, también puedo pensar en alguna
mujer de la alta burguesía nacional, la que, sin duda alguna pertenece a la
clase de los que explotan, y que pertenece, al mismo tiempo, a la clase de las dominadas
por un sistema patriarcal.
Se puede ser
explotadora y a su vez, dominada. Explotadora en tanto que pertenece a una
clase social que posee la propiedad de los medios de producción, y a su vez,
ser dominada por una cultura patriarcal profundamente arraigada por siglos y
siglos, aun plenamente vigente.
No es fácil
analizar la relación entre feminismo y marxismo, es una relación conflictiva
por varios motivos. Para muchas y muchos marxistas, la lucha feminista está
históricamente subordinada a la lucha de clases. Muchos creen, honestamente lo
creen, que, eliminada la lucha de clases, se termina la desigualdad que
soportan las mujeres, y que las luchas feministas ya no tendrían razón de ser. Si
bien una libertad sustantiva implica necesariamente otro tipo de sociedad, con
bases más justas, sin explotados ni explotadores, esa condición es necesaria,
pero no suficiente para la libertad e igualdad de las mujeres.
Discernir los
conceptos de explotación, dominación y la contribución que realizan las mujeres
a la riqueza social, a través del trabajo, es fundamental para no incurrir en
un debate estéril y plagado de lugares comunes y ambigüedades.
Aun cuando en
las obras de Marx haya referencia a la explotación de las mujeres como en los Manuscritos,
El Capital o Ideología Alemana, el objeto del análisis que realiza el
filósofo alemán es la mujer trabajadora, la mujer obrera. Pero las mujeres
trabajamos en la fábrica y en nuestras casas, hay una parte de nuestro trabajo
que no está contemplado en las teorías económicas clásicas. Las mujeres dedicamos mucho tiempo al trabajo
no remunerado en función de la división sexual del trabajo en el hogar, un trabajo
que recae mayoritariamente en las manos de las mujeres, como la tarea doméstica,
el cuidado de los niños y el de los adultos mayores.
El movimiento
feminista es profundamente político, su lucha es política, entendiendo la política
como aquella actividad donde se distribuyen el poder y como consecuencia de
ello, los deberes y derechos. Es un
movimiento que trasciende a los partidos y los movimientos sociales, entre
ellos a la Convención de las y los trabajadores.
Para la
concepción tradicional del PIT-CNT, la clase obrera es la vanguardia de la
lucha revolucionaria. Y por clase obrera entienden lo que entendía Marx en su
época, las trabajadoras y trabajadores fabriles, pues son los que producen mercancías
y plusvalía.
En la tónica
y los argumentos esgrimidos en la polémica que se instaló debido al paro
general del PIT-CNT en el día internacional de la mujer, pudimos observar un
choque entre las feministas y el movimiento sindical. Está latente siempre la
discusión si un movimiento debe subordinarse al otro.
El PIT-CNT se
puso a la vanguardia para la derogación de los 135 artículos de la LUC. Esta
posición política se debe a que entendemos que esa ley es perjudicial para los
intereses populares.
El Día Internacional
de la Mujer es un día relevante políticamente, ese día marchan miles y miles de
mujeres por 18 de julio, en una de las manifestaciones más grandes de nuestro
país. Ese hecho político es un ámbito de disputa partidaria y una excelente
plataforma para la difusión de cualquier reivindicación.
La decisión
del paro general se viene discutiendo desde el Congreso, e iba a ser resuelta
por la mesa representativa de diciembre por el PIT-CNT, como muy bien me lo
recordó Fernanda Aguirre, compañera del secretariado ejecutivo, en ocasión de
una rica charla que tuvimos sobre el asunto.
Sin embargo,
cabe preguntarse ¿por qué la decisión del paro general del PIT-CNT generó tanta
controversia? La resolución del paro de 24 hs. fue criticada por muchas
feministas como oportunista y vista como un ninguneo hacia el feminismo. Para
entender la crítica de muchas feministas es necesario recordar que en años
anteriores no se había votado un paro general de 24 hs, aun cuando muchas
trabajadoras lo habíamos solicitado desde distintos ámbitos.
El PIT-CNT
debió haber sido más hábil en la comunicación política, dejando en claro que el
paro de 24 hs no tendría como objetivo central el despliegue de la campaña por
el SÍ. Las fallas en la comunicación y la concepción ideológica de fondo
respecto al movimiento feminista, nos hicieron dar un traspié.
El movimiento
feminista es policlasista y trasciende ampliamente al movimiento sindical. Es
evidente que los artículos de la LUC no solo generarán una consolidación del
rumbo económico (por lo que implica el articulado), sino en el caso de ganar el
NO, un reforzamiento de las políticas de ajuste neoliberal de nuestra economía.
En tal sentido, afectará a la población más vulnerable, o sea, a la inmensa
mayoría de las mujeres de este país. Pero, una cosa es señalar esta obviedad y
otra es convocar a un paro general para hacer campaña por el SÍ, como
objetivo central. Si esa no fue la intención de la resolución del paro,
entonces la comunicación falló contundentemente.
La relación
entre el feminismo y el marxismo, las diferencias conceptuales entre lo que es
ser explotada y dominada, la relación entre el patriarcado y el sistema
económico, ameritan un amplio debate, sin baldes en la cabeza, que pongan luz
sobre la oscuridad de los conceptos empleados y sobre las bases filosóficas e
ideológicas del mismo. Los movimientos feministas en el mundo no son un
movimiento coyuntural, vinieron para quedarse. Repensar la relación entre
feminismo, sindicalismo y marxismo, es muy necesario si no queremos volver a
tener enfrentamientos entre dos movimientos que debieran tener coincidencias
fundamentales por cuanto el objetivo es el mismo, una sociedad donde seamos
libres e iguales, todas y todos.
Rosalba
Hunter Indart
Consejera
Central de FUS por LISTA 2