¿LA EDUCACIÓN ESTÁ EN GRAVES PROBLEMAS?
Parte 2
En la parte 1, de la edición anterior indiqué la serie de devaluaciones que se
produjeron en el Uruguay, desde 1960 al año 2025:
1960 – 169 %
1963 – 49 %
1967- 102 %
1968 – 25 %
1982 – 136 %
2002 – 100 %
De acuerdo a la citada tabla de devaluaciones, se puede ver que de las 6 devaluaciones
que componen dicha tabla, 1 sola es posterior al período 1960 – 1985, lo que muestra
con toda claridad que el peso mayor de la pérdida de salario y jubilaciones reales, se
debe a ese período.
En función de los datos del INE y del MIDES, artículo del Semanario Brecha y del libro
Evolución de las relaciones Laborales en Uruguay de Arturo Bronstein, (pág. 86), entre
fines de los 50 y 1973, debido a las devaluaciones en ese período, se perdió un 45 % de
poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. Luego, entre 1973 y 1985, se perdió un 50
% adicional. Entre 1985 y 2004, hubo una recuperación de dicho poder de compra del
orden del 4 %, para finalmente entre 2004 y 2017, la recuperación fue del 53 %. Bien
¿quiere decir que con estas recuperaciones se logró mantener el valor real de los
salarios y jubilaciones de fines de los 50? No, si un producto costaba $ 100 a fines de
los 50, ese mismo producto en el año 2024, costaría $ 228,53 lo que representa una
pérdida de poder adquisitivo desde fines de los 50 al 2024, del orden de 56.24 %. Esto
es vital comprenderlo, para entender la lógica de los procesos que definen el contexto
dentro del cual vivimos.
Este dato es muy fuerte, pues ni más ni menos, nos dice que en la actualidad, somos
un 56.2 % más pobres que a fines de los 50. Esto ocurrió como consecuencia de los
procesos de devaluación ya citados, procesos que por otra parte, tuvieron como
contrapartida un aumento importante de riqueza, de la población que cuenta con
mayores recursos, sobre todo por efectos de la exportación de bienes y servicios. Es
importante recordar que el Uruguay como país, no exporta, quienes lo hacen son las
empresas pertenecientes a ese sector y son sus dueños los que reciben los beneficios
de dicha actividad. En otras palabras, este país, a través de sus políticas en economía,
ha creado una situación que se mantiene tal cual en la actualidad, según la cual, el
aumento de la pobreza soporta el aumento de la riqueza de los que tienen más
recursos en dólares.
Como ya vimos en la parte 1, los salarios docentes han seguido esa misma lógica, no
así los que pertenecen a los integrantes de los gobiernos de turno, por ende, cuando
desde dichos gobiernos se justifican carencias y problemas en la Educación, debido a la
presencia de alumnos que provienen desde sectores con menos recursos, o sea los de
mayor vulnerabilidad, estos últimos son, en definitiva, producto de las consecuencias,
de las políticas en economía que los propios gobiernos aplican.
OTRO ASPECTO PROBLEMÁTICO
Por otra parte, existe casi uniformidad sobre que lo que hagamos en el presente,
repercutirá de alguna forma en el futuro dentro de 30 o 40 años. De acuerdo con dicha
lógica, este presente es el futuro a 30 o 40 años, de lo que sucedió, de lo que hicimos
en ese período, que es nuestro actual pasado. Sin embargo, en esta parte de la misma
afirmación, no existe unanimidad, algo que por sí solo debería asombrarnos. Incluso
para gran parte de la sociedad, ser revisionista, hurgar en el pasado en búsqueda de
las causas reales sobre lo que hoy nos pasa, no está para nada, bien visto y por tanto
no existe esa disposición en las autoridades, ni en ningún otro colectivo social, lo que
resulta altamente curioso, por no decir sesgado a favor de ciertos intereses de una
cierta parte de la población.
De esta forma, la sociedad toda se ha impuesto, una autocensura hacia lo que sucedió
en el pasado y por tanto, se niega a sí misma, a poder conocer las causas reales de lo
que estas situaciones, generaron en el actual presente.
En materia educativa, mirar al pasado recibe como justificación, que los sistemas
educativos de esa época, eran elitistas, que sólo permitían su tránsito por el mismo, a
una pequeña porción de alumnos, en general de la clase de mayores recursos.
“Eso es totalmente falso, de existir características elitistas, no eran del Sistema
Educativo, sino de la sociedad toda, pues ese y no otro, fue el argumento central
para que este país naciera de la forma que lo hizo, fue exactamente eso, ser servil a
los sectores más acaudalados.”
Sin embargo, esa tesis fue impuesta sobre la sociedad, que como consecuencia de las
devaluaciones citadas, comenzaron a gestar un cada vez mayor fraccionamiento del
tejido social y por ende de un cada vez mayor sector de la población, que fue
categorizado como de alta vulnerabilidad y por ende, de una cada vez mayor dificultad
para los niños y adolescentes provenientes de esos sectores, para culminar sus
estudios, principalmente por una necesidad de sus familias de que ellos deban
participar de los ingresos del núcleo familiar a través de una inserción laboral en cada
vez, una edad más temprana.
Esto último trajo aparejado consecuencias negativas, para que quienes estudiaban,
tuvieran los tiempos mínimos necesarios para aprobar los cursos, a través de un
aprendizaje cada vez más sólido, así como de la madurez de sus herramientas
cognitivas, algo que debería ser el objetivo central del tránsito de dichos estudiantes
por su trayecto educativo, pero que obviamente no ocurre desde 4 o más décadas
atrás.
Y más allá del marketing con el que se vendieron a la sociedad, esa y no otra fue la razón de ser
de todas las reformas educativas que se implementaron, desde 1986 al 2024. Todas ellas por
supuesto prometieron lo mismo, mejoras en la formación de los Docentes y mejoras en los
aprendizajes y desarrollos cognitivos de los estudiantes y una a una, todas no solo fracasaron
en sus promesas, sino que complicaron más dichos aprendizajes.
Esta situación ha creado una estructura donde reina la incertidumbre y la mediocridad, en la
cual toda novedad, tecnológica o no, que sirva para omitir diferentes responsabilidades en la
conducción educativa y por ende en la realidad que caracterizan a los aprendizajes precarios y
bajos niveles de desarrollo cognitivo desde hace 4 décadas.
Hay que tener en cuenta que cada vez que un país devalúa su moneda en
relación a otra y sobre todo a una que funciona como patrón monetario
mundial, esto favorece al sector exportador y a aquellos que posean
ahorros en esa moneda, ejemplo el Dólar. Pero esta situación genera
efectos muy negativos sobre quienes tienen ahorros en la moneda local,
genera inflación, baja de salarios o directamente pérdida de fuentes
laborales. Esta catarata de devaluaciones del peso uruguayo sobre el dólar
efectivamente hizo eso, perjudicando también a las jubilaciones. Las
devaluaciones generan aumento de pobreza y por otro lado, más riqueza a
quienes poseen activos en dólares.
Enrique


