salarios

 UN ACUERDO ESPECTACULAR
“La vida no tiene precio, salario digno para quienes la salvamos”. Si usted pensó que ese es un slogan de la salud, se equivocó. Así decía un cartel en la concentración del sindicato policial frente al Palacio Legislativo en reclamo por aumento salarial. Una negociación donde los policías obtuvieron un aumento de un 11 %, por encima de lo laudado por COFE. Negociaron con legisladores de la coalición de gobierno casi en vivo y directo.  A puro ritmo de plena.
El espectáculo contó con la habitual presencia del mediático abogado del sindicato, el que llamativamente posee un protagonismo ajeno al movimiento sindical, donde los abogados son asesores y no ofician de voceros y menos de representantes.  Fue un espectáculo cargado de simbolismo pour la galerie, y en esta nueva era de puros gestos, es importante su análisis.
El sindicato le recordó al gobierno sus promesas incumplidas, sin embargo, esa no pudo haber sido la clave del éxito, pues las promesas fueron muchas, los incumplimientos también, y ningún reclamo anterior, apelando a las promesas de campaña, llegó a buen puerto. ¿La causa del acuerdo podría ser la posición estratégica de la policía? No parece ser ésta la única respuesta habida cuenta en tuvimos una pandemia, siendo la salud vitalmente estratégica, y, sin embargo, tuvimos pérdida salarial.
La policía está en el cruce de camino de la principal promesa de campaña de la coalición de gobierno: la seguridad pública y los resultados negativos en política de seguridad golpean directamente en la línea de flotación del gobierno.  Fue y es el tema central del libreto gubernamental.
El acuerdo trató de granjearse la simpatía de la “familia policial” haciéndole un guiño a un sector que está en el medio de una tormenta política debido a un alza estrepitosa de homicidios. También sirvió para enviar un tiro por elevación al resto del movimiento sindical.  Sea cual sea la causa última de este acting político, está claro que cuando el que reclama tiene como herramienta de trabajo un arma calibre 38, parece que los argumentos tienen otro peso y las soluciones, otra presteza. El acuerdo se dio en el medio de un despliegue de gestos (legisladores caminando hacia los manifestantes, negociación en el mismo momento y salida con los brazos en alto en señal de victoria!), con el consabido grado de espectacularidad a la que  tan afecto es este gobierno.
Tenemos que tomar debida nota del cambio de rumbo en las negociaciones colectivas, tanto desde el punto de vista estratégico, discursivo y también simbólico.
Guy Debord escribe en “La sociedad del espectáculo” (1967) que "Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación". La vida social pasará de “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”.
Cualquier parecido, no es coincidencia.
Rosalba Hunter Indart
Integrante del Consejo Central de FUS