Se agrava la destrucción en la costa de
Parque del
Plata
A un año
de iniciadas las obras de restauración de la desembocadura del arroyo Solís
Chico y la playa de Parque del Plata, las consecuencias del proyecto solo
empeoraron la situación.
Víctor L. Bacchetta (SUDESTADA)
El 30 de
octubre de 2020, en Parque del Plata, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi,
inauguró las obras y anticipó, eufórico, la recuperación de un kilómetro y
medio de playa por medio de una nueva salida para el arroyo Solís Chico. El
proyecto había sido autorizado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente
(Dinama), a partir de un estudio del Instituto de Mecánica de los Fluidos e
Ingeniería Ambiental (IMFIA).
El sábado
último, varias comisiones de vecinos del balneario convocaron al público y a la
prensa a observar el estado actual de las obras, en lo que es un grito de
alarma e impotencia a la vez. El avance de la destrucción en la zona de playa
es constatable a simple vista, pero hasta el momento han fracasado todas las
tentativas para discutir con el equipo técnico responsable las medidas que
están siendo adoptadas. “Yo me hago cargo, yo soy responsable”, ha
respondido enfáticamente a los vecinos Luis Anastasía, uno de los principales
técnicos de la Dinama en el proyecto, junto con César García. El equipo
supervisor se completa con el director de Gestión Ambiental Leonardo Herou,
Fabricio Pedrín y Gerardo Vanerio, de la Intendencia de Canelones, que es
ejecutora de las obras, y Tania Vecchio, la alcaldesa de Parque del Plata.
Cartel
que anuncia la obra con los logos de la Intendencia de Canelones y el
Ministerio de Ambiente.
Entre los
responsables políticos de este proyecto, además del intendente Orsi y el
ministro de ambiente, Adrián Peña, oriundo de Canelones también, asume un papel
protagónico el diputado Alfonso Lereté del Partido Nacional. Lereté se atribuye
haber destrabado la desinteligencia entre la Intendencia y el Ministerio para
encarar unas obras que eran reclamadas por vecinos del lugar desde hace 25
años.
Sin
embargo, lo central es la evaluación del problema y las medidas a adoptar. Los
técnicos deben ser los mejor preparados para proponer soluciones, pero no
pueden ignorar a los que tienen el saber propio de vivir en el lugar y que
serán destinatarios últimos del proyecto. Los vecinos advirtieron algunas de
las posibles consecuencias, no fueron escuchados y ahora sienten que sus
temores fueron confirmados por los hechos.
El problema principal que se
pretende resolver es la deriva de la desembocadura del Solís Chico paralelo a
la costa de unos 1.400 metros hacia el oeste, cortando el acceso a la playa
desde el balneario. Las obras se iniciaron con la apertura de una salida más
directa del arroyo en un lugar donde ya se había abierto de forma natural en el
pasado, de acuerdo con los estudios hidrodinámicos del IMFIA.
Se
construyeron luego con retroexcavadoras dos diques de arena cortando el flujo
del arroyo hacia lo que era el cauce actual, utilizando dunas formadas por los
vientos que estaban cubriendo la rambla en ese tramo. Paralelamente, en la
playa se armarían cercas captoras para propiciar la formación de médanos para
posteriormente ser vegetados y evitar así la reiteración del traslado de arena
por los vientos.Las medidas de mayor impacto eran la abertura cerca de la curva
del arroyo hacia el oeste y el primer dique de arena para impedirle continuar
en esa dirección. Como era previsible, la marejada propia de los temporales del
sudeste ensanchó la abertura y habilitó el ingreso del río, a la vez que el
caudal del arroyo fortalecido por las lluvias fue socavando el dique artificial
e incluso ganando terreno en la ribera norte. Que esa hubiera sido una salida
natural del arroyo en otro momento no significaba que se pudiera consolidar; en
el pasado hubo otras aberturas naturales que se volvieron a cerrar. Al mismo
tiempo, la arena recién colocada formando el dique artificial no podía
compararse con la del cauce constituido naturalmente a lo largo de los años. El
dique se fue desmoronando y se intentó reconstruir con sucesivas tandas de
arena.
En tales
circunstancias, los técnicos comenzaron a utilizar mallas y tubos de geotextil
o geotubos, supuestamente previstos en el proyecto inicial, para frenar la
erosión en la curva que debe hacer el arroyo antes de descargar en el río y en
la ribera norte. En lugar de reducir el problema, la instalación de estos
elementos lo agravó porque acentúan la erosión al ofrecer mayor resistencia a
la dinámica de las aguas.
Tras seis meses de trabajar con
cinco máquinas, el primer temporal destruyó en ocho horas lo realizado. Las
aguas llegaron hasta la caseta de guardavidas, que tiene una estructura de
hierro, y también se la llevaron. Con las lluvias, la correntada del Solís
Chico socavó el terreno firme en la ribera norte y avanzó decenas de metros
hacia la calle costanera derribando grandes árboles a los que nunca había
llegado.
Para
evitar la erosión de la ribera norte del arroyo, colocaron un geotubo de 70
metros de largo, pero las aguas ya llegaron al geotubo y lo están socavando en
el frente y el costado. Ante el desmoronamiento del dique de contención,
proponen ahora colocar otro geotubo en sentido transversal, a un ángulo de 45
grados (ver figura), para obligar al arroyo a dirigirse hacia el río, lo que
hace prever un nuevo y mayor fracaso.
Frente a esta acumulación de
traspiés, la destrucción mayor generada y la insistencia en el mismo camino,
los vecinos de Parque del Plata están planteando directamente la detención de
las obras y la constitución de una mesa de diálogo con la participación formal
de las autoridades y de las comisiones locales, tanto para rever el proyecto
costero como para el seguimiento de los trabajos posteriores a realizar. Los vecinos
reclaman asimismo la convocatoria de la Comisión de Cuenca del arroyo Solís
Chico y la Laguna del Cisne. En diciembre del año pasado, el Ministerio de
Ambiente realizó el llamado a organizaciones sociales, productivas e
instituciones para integrar dicha comisión pero no la ha convocado. Otra
manifestación de los problemas, tanto del gobierno anterior como del actual,
con la participación social.